Mónica Armani, la arquitecta del lujo sostenible

Las Colinas Golf and Country Club , el resort más lujoso de la Costa Blanca con 330 hectáreas y una baja densidad de viviendas construidas, se ha convertido en el oasis perfecto donde la italiana ha llevado a cabo de forma integral este proyecto para Somium, la marca Premium del Grupo Marjal con más de 40 años de historia.

Mónica Armani comenzó trabajando con su padre, arquitecto racionalista creador de la casa familiar de grandes cristaleras, que le contagió su pasión por Mier van der Rohe y la escuela Bauhaus. Sobre el significado de la nueva Bauhaus, apunta que en realidad «el concepto es siempre el mismo. Hacer arquitectura duradera, con conceptos claros y líneas modulares. Nunca hago algo que dure un año o para una portada de periódico. Me gusta hacer arquitectura muy racional, definida , un concepto interior de modo de vivir».

Susan Davies, Brand Strategist de Mónica Armani, define la filosofía del estudio, -que va desde la arquitectura, al diseño de interiores o el diseño de muebles-, como el diseño de moléculas. «Significa que cada proyecto que hacemos tiene sus propias moléculas, únicas, que conectadas con el lugar, los alrededores, los detalles y con un poco de magia se convierte en realidad», asegura Armani.

Junto a su marido, el también arquitecto Luca Dallabetta, comenzaron su propio camino que con la exitosa mesa 'Progetto' se amplió a los muebles y el interiorismo: «Él es más técnico, yo más creativa, pero decidimos juntos. Siempre diseño algo porque está en mi piel, va conmigo, si no sería un proyecto estándar. Queremos transmitir emociones. En Morning Breeze cada espacio de la casa trasmite una emoción. Es una casa muy social, con la terraza, la piscina… pero a la vez muy privada».

Javier Fur, CEO del Grupo Marjal, considera clave la sostenibilidad como pilar de su empresa en estos nuevos tiempos: «Tienes que preservar el ecosistema, la naturaleza al hacer una intervención, aportar valor. Aunar una propuesta integradora no invasiva, como se ha dicho muchas veces de este sector. Mejorar el entorno y no destruirlo».

Con esta hoja de ruta compartida, Mónica Armani, tras conocer a Javier Fur en unas jornadas empresariales en Alicante en 2016, empezó a idear esta villa sostenible sin renunciar por ello a la comodidad y el diseño. Un diseño modular con un dormitorio principal y dos suites, una zona de spa y piscina infinita estilo acuario de dos pisos.

En un complicado terreno elevado sobre una pequeña colina con vistas al espectacular campo de golf la arquitecta no dudó en utilizar la última tecnología con drones para evitar la solución más sencilla que era cortar la colina, apostando por un proyecto respetuoso y “más conectado con la tierra”.

Materiales de proximidad y proveedores locale s dieron forma a la villa cuyo acceso principal es una enorme puerta de 7,20 metros de altura en acero y aluminio de una sola pieza, de la empresa Vicente Torres, una empresa local, sexta generación de familia de herreros. Javier Fur destaca que son «una compañía incoformista, que ha querido siempre promover la inquietud y proponer retos a sus proveedores. Desde el carpintero, al herrero… Hay muy buenos profesionales en la comunidad valenciana, mucho conocimiento de construcción».

El pavimiento y las piedras proceden de canteras del entorno y con ellos la diseñadora italiana ha fabricado en exclusiva para esta vivienda el suelo a modo de reinterpretación de los mosaicos tradicionales . Placas solares en la cubierta, sistema de renovación del aire con recuperación de calor, asialmiento térmico con máximo ahorro energético, ventilación cruzada o iluminación LED son otros de los detalles sostenibles de la villa.

«Es un proyecto kilómetro cero. Lo más lejano es el mobiliario, llegado desde Italia de dos de las firmas para las que Mónica Armani diseña muebles», subraya Fur.

En exclusiva para esta villa Mónica ha creado la mesa de centro en el salón, en la cocina la mesa de hornigón aligerado para Tribù, las sillas Tosca para Tribù, una lámpara artesanal diseño exclusivo para el proyecto, al igual que las camas de los dormitorios, de fabricación artesanal con estructura de madera tapizadas con tejidos de alta calidad y las mesitas, o el espejo Madison para B&B Italia.

Sobre el espejo, la arquitecta apunta que «tiene una forma especial. No es redondo, ni cuadrado. Está inspirado en los años sesenta, en las gafas de sol de Jackie Onassis. Me gustan los sesenta, atemporales, elegantes, y ella era una icono de la elegancia». El mobiliario exterior, -sillas, mesas y hamacas-, son también de Mónica Armani para Tribù.

Tras la visita guiada por la villa Mónica Armani, entusiasmada con el resultado final del proyecto, concluye: «Me gustaría vivir aquí. Se respira paz. Tengo curiosidad por saber quién vendrá a vivir aquí».