Un Café Con...
Philippe Starck: «Mi mente funciona sin mí. Soy un monstruo de la intuición»
entrevista exclusiva
Directo, excéntrico, poliédrico y tremendamente prolífico, el diseñador y arquitecto francés vive en medio de la naturaleza y se confiesa un adicto a crear
Un café con... Fernando Ojeda

Nada es usual en Philippe Starck. Ni sus obras -desde objetos cotidianos como un exprimidor, grifos, motos o muebles hasta hoteles, casas prefabricadas o yates-, ni su ritmo de producción -a los 75 años, lleva más de 10.000 diseños firmados-, ni su forma de trabajar -a mano, sobre papel de calco y con lápiz, ambos de un tipo y marca determinados-, ni su vida -desde hace unos años, sumergido en una finca en medio de la naturaleza en Sintra, Portugal, junto con su cuarta mujer y quinta hija-. Tampoco iba a serlo, por tanto, tomarse un café con él. Para empezar, el famoso diseñador industrial francés solo bebe zumos e infusiones naturales y ocasionalmente algún «vino orgánico sin sulfatos». Además, aunque para trabajar necesita la soledad de su estudio y absoluto silencio a su alrededor (también para esta charla) y puede dedicarse un día entero a ello sin parar ni a comer, para esta entrevista solo concede diez minutos, y se percibe que su mente tiende a inquietarse y a lanzarse a recorrer sus propios laberintos inexpugnables.
El encuentro se produce aprovechando su visita a España para presentar la monumental almazara que ha diseñado en Ronda, un millonario proyecto que se ha estrenado tras más de diez años en marcha como museo del aceite de oliva y primera prensa de autor del mundo, un poco a imagen y semejanza de la espectacular bodega Marqués de Riscal ideada por su colega canadiense Frank Gehry.
En suelo malagueño, Starck (París, 1949), defensor del diseño emocional, la funcionalidad y la sostenibilidad aplicada a todo ello, ha querido levantar sin embargo una obra emblemática, para ser visitada y recordada, rotunda. «Aquí nada es normal», declara al abrirla a la prensa, horas antes de su apertura al público. «Esto no es un edificio, no es un proyecto arquitectónico, es la cristalización de la pasión de las pasiones», añade impactado, según cuenta, por las personas y la cultura locales, a las que rinde tributo en el enorme cubo rojo que ha decidido colocar en lo alto de la serranía rondeña con el cuerno y el estoque -la tauromaquia- y el ojo picassiano casi como todo adorno.
Dueño de un estilo peculiar, irreverente y sensible, bromista y curioso pero a la vez distante, como si detrás de sus ojos su verdadero ser estuviera pegado a un telescopio tremendamente potente desde una lejana galaxia creativa («no soy amable, pero nunca miento», advierte, por ejemplo), Starck elige una gran sala vacía para sentarse a hablar con Summum.
La creatividad es su sello, ¿cree que algún día se le agotará?
Me preguntas si mi creatividad anormal se terminará un día…No lo creo, porque es una enfermedad y sería raro que desapareciera completamente. Tengo la fantasía de pensar que si dejo de crear debería desaparecer, como un polvo, como un perfume. Así que la respuesta es no, porque es lo único que quiero hacer.
Dice que dedica todo el día a trabajar, y eso aún siendo ya alguien conocido, reputado. ¿Cómo mantiene esa energía y la curiosidad?
Estás sorprendida porque trabajo de 12 a 14 horas al día, pero yo no soy un empresario, eso significa que en casa no tengo una compañía donde la gente crea y diseña y yo debo firmar un contrato. Yo no sé mi alfabeto, no sé la tabla de multiplicación, no sé nada de la vida real. Estoy muy enfermo, estoy enfermo de creación. Es mi droga, es mi vida, soy un fantasma, no hablo con nadie, vivo en el medio de la nada, ni siquiera soy muy divertido, a veces tal vez, pero es mi vida.
Diseña casas, yates, muebles y cosas, pero vive en medio de la naturaleza. ¿Necesitamos todos estos objetos?
Yo trato de vivir con lo mínimo. Una manera de vivir con un mínimo se llama naturaleza. En la naturaleza todo es esencial, y yo trato de tener solo cosas esenciales para mi familia. En mi caso, vivo como un monje, no necesito nada, solo tener las cosas que uso para cristalizar mis ideas, algo que debo hacer muy, muy rápido, porque nací sin memoria. Si no lo escribo, si no hago el proyecto de inmediato, en pocos minutos lo olvido completamente. Por eso tengo pocas cosas, pero perfectas, todo alrededor de mí siempre es perfecto.
¿Qué necesita para trabajar? Aparte de su mente.
No tengo computadora, no tengo teléfono, sí algo muy bueno para escuchar música y una 'playlist' fantástica. Tengo comida orgánica, comida dietética, aunque dudemos del resultado (bromea señalando su figura). No hay ruido a mi alrededor. Tengo algunos pocos y buenos amigos. No tengo problemas. Mi esposa resolvió todos los problemas en la vida alrededor de mí, ella ha creado una burbuja de cristal. Así que no sé nada de la vida real, porque soy bastante sensible. Y no quiero parecer extraño, pero me tomo de forma muy personal algunas cosas muy fuertes y poco elegantes en la vida, por eso no necesito mucho. Solo el papel que se fabrica especialmente para mí, así puedo viajar y si hay un nivel diferente de altitud o humedad no se ondula ni estropea, y el mismo lápiz japonés desde hace 40 años. Con eso y cualquier mesa de cocina y mi música es suficiente.
Y su cabeza, ¿cómo funciona?
Mi mente funciona sin mí. Eso significa que el mío es un trabajo absolutamente intuitivo, solitario. No soy inteligente, pero soy un monstruo de la intuición. La idea me viene ya terminada, no la trabajo, yo solo espero y la imprimo. Imprimo lo que mi subconsciente me ofrece. Después, lo diseño de inmediato, lo pongo en la mesa y valoro si merece existir o no, por cualquier razón. Lo pongo a prueba, lo limo, lo filtro hasta que esté con unos mínimos.
Lo que dice requiere confianza en uno mismo, porque a veces tienes la intuición pero no te fías de ella.
Es una pregunta muy fuerte. Preguntarme si mi trabajo significa que tengo confianza. Sí y no. No tengo en absoluto confianza en mí. De hecho, tengo una especie de desprecio por mí, no me gusto. Y es por eso que continúo trabajando, porque siempre pienso que debería ser mejor, que debería hacerlo con más honestidad, con más talento, con más creatividad. Necesitas cierta ingenuidad para decir mira, aquí está esto, lo he soñado, creo que puede ser bueno para ti, te lo propongo, puedes tomarlo o dejarlo, si lo quieres, pruébalo y veremos. Y eso es todo. Siempre tengo ansiedad por decirlo. Tengo suficiente locura e inocencia como para tener el coraje de decir esto.
Habla de la funcionalidad de las cosas. En su proceso de creación, ¿cómo están el color, los materiales, la función del objeto y la belleza relacionados?
Hablas de belleza y funcionalidad y cosas así. No estoy para nada interesado en lo que la gente llama belleza o considera hermoso. Porque hoy creemos que es bonito, en tres años lo odiaremos, a los 17 lo volveremos a desear…no es serio. No podemos consumir cosas solo porque nos gustan o no nos gustan. «Dios mío, es tan hermoso!» o «¡Dios mío, es tan feo!» No puedes trabajar así. La primera pregunta es, ¿necesitamos lo que tenemos alrededor de nosotros? Si voy a una tienda y veo esta hermosa copa, la única cosa ecológica que tengo que hacer es decir, «¡Dios mío, me encanta! ¡Dios mío, Philip Starck lo diseñó! ¡Me encanta! ¿Pero, lo necesito?». Honestamente. Y honestamente, en el 80 por ciento de los casos la respuesta será no, es suficiente. Pero si te respondes que sí, en ese caso igualmente tienes que ver si es del material adecuado, ecológico, si tiene el precio correcto, si no ha involucrado trabajo esclavo, si debería comprarlo en tres meses y si ese objeto será capaz de ser parte de mi vida, de la de mi hija y de la de mi nieta. Y si es funcional. Yo soy un funcionalista absoluto. No hago nada que no sea puramente funcional. No es el funcionalismo de los años 20, cuando era solo una cuestión materialista. Mi funcionalismo es con autoconciencia, intuición, fantasía, humor, poesía y un montón de cosas más.



¿En qué momento profesional y vital está? Es muy conocido, ha explorado diferentes campos. ¿Cuál es su propósito ahora?
Mi propósito es seguir respondiendo como puedo a todas las nuevas preguntas que suceden cada minuto. Por desgracia, estamos en un momento de la civilización muy inestable, en el que cada minuto hay una pregunta. Y hay muchas preguntas, lamentablemente las menos importantes, que puedo responder. Sigo haciendo eso. Y después continúo trabajando, porque tengo que crear, porque para mí es lo natural.
¿Se imagina hacer otra cosa que diseñar y crear?
Absolutamente no. Lo repito, yo solo sé crear. Todas las otras cosas no me interesan. Ningún juego, fiesta, vacaciones, fines de semana me interesan, todo eso es aburrido para mí. Siempre viajo con mis papeles porque así me aseguro de que, si tengo la idea correcta, puedo dibujarla. ¿Por qué hacer algo más cuando puedes hacer algo tan emocionante y hermoso?
Y es muy consciente del medioambiente y de lo que estamos haciendo con el planeta y la naturaleza. ¿Por qué sucede? ¿Por qué estamos destruyendo en lugar de crear?
Por suerte, no por mi inteligencia, a los 16 años conocí a un hombre, a un joven ecologista americano, que me explicó todo. Después continué con esto. No soy un ecologista nostálgico, soy un ecologista activo, político y tecnológico, estoy completamente involucrado con ello. Empujo a la industria a tener bioplástico y otros nuevos materiales. Fui de los primeros en hablar de comida orgánica, de hecho creé una compañía dedicada a ello. No hay opción, no hay elección posible. Cuando lees sobre civilizaciones desaparecidas debes saber que sucedió por lo mismo que hacemos ahora nosotros: no manejar bien los recursos, el agua, la comida, y cosas así. Se murieron, extinguieron. Nosotros somos exactamente igual de frágiles, y es por eso que debemos pensar dos veces en todo lo que hacemos.
Estamos en una de sus creaciones. ¿Se enamora de ellas, tiene alguna favorita?
No, nunca me enamoro de lo que hago porque siempre me arrepiento: no es suficientemente perfecto, no está del todo bien hecho. Y también, como dije, porque no tengo memoria. Llegué aquí dos semanas atrás para hablar con un fotógrafo. Y como no recuerdo absolutamente nada, incluso si lo he diseñado completamente durante 13 años como en este caso, cuando llegué y lo vi, lloré. Era tan increíble, tan distinto, tan otro lugar, que lloré. Encontré mi lugar aquí, donde todo parece anormal, extraño, donde todo es exagerado, emocional, poético. Para mí, es un lugar que despierta tu mente. Y eso es muy importante, despertar tu mente. No es que quiera este lugar, soy adicto a él. Siempre soy adicto a algo.
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