Un reloj de lujo que pesa menos de tres gramos y vale casi dos millones de euros

Hay relojes por encima del millón de euros. No es el único que se dispara más allá del millón y medio, casi hasta los dos millones si hablamos en dólares americanos (1.888.000 es su valor en esta moneda), pero no hay ningún reloj que valga tanto en relación a su peso: cada gramo del RM UP-01 Ferrari cuesta más de medio millón de euros.

Todo esto solo son cifras. Alucinantes, pero nada más que cifras económicas, que lo único que reflejan realmente es que estamos ante una pieza única, una pieza única en el lujoso y exclusivo sector de la relojería. Para entender el por qué de este precio y de su ligereza hay que conocer en detalle cómo es el reloj que Richard Mille ha lanzado en colaboración con Ferrari, reloj en cuyo lanzamiento (en otoño del 2023) participó, por cierto, otro deportista español, Carlos Sainz Jr, todavía piloto del Cavallino rampante hasta final de temporada, cuando Lewis Hamilton le tomará el relevo al volante de su Ferrari en el Mundial de Fórmula 1.

Fue en el año 2021 cuando Ferrari y Richard Mille, movidos por «una obsesión idéntica por la excelencia, la precisión, la fiabilidad y la innovación», según la marca de relojes, unieron sus fuerzas para dar forma a una colaboración cuyo fruto es tan ligero como costoso, el reloj ultraplano RM UP-01 Ferrari.

Además del peso y de su precio, de los muchos detalles a simple vista que destacan de este reloj del que solo se han fabricado 150 unidades es su grosor, que apenas alcanza los 1,75 milímetros. Verlo de perfil es absolutamente alucinante.

De estética deportiva, no se puede decir que el reloj no sea también elegante a nivel estético, lo cual ocurre también con todos los coches diseñados por la factoría de Maranello. Este, haber conseguido un reloj bonito y práctico, que se pueda llevar en el día a día como cualquier otro, es uno de los grandes éxitos de Richard Mille, porque la propia firma reconoce que el RM UP-01 Ferrari «ejemplifica un nuevo enfoque de la mecánica relojera en el que la técnica dicta más que nunca la estética».

Hasta conseguir el diseño definitivo, el diseño reloj de casi dos millones de euros y menos de 3 gramos de peso dio muchas vueltas. La propia firma que lo ha creado reconoce que fabricó «docenas de prototipos» e invirtió «más de 6.000 horas de desarrollo y pruebas de laboratorio». La dificultad técnica vino dada, sobre todo, por ese deseo de fabricar un reloj ultraplano, lo que «excluyó un movimiento tradicional con engranajes y manecillas superpuestos», señala Richard Mille. Sin embargo, tenían claro que no iban a renunciar a la arquitectura tradicional de los relojes, con el movimiento montado dentro de una casa.

La decisión de los ingenieros de Audumars Piguet Le Locle y Richard Mille (ambos son responsables de este modelo) fue »distribuir lo que no se podía apilar en una superficie más amplia, creando una simbiosis perfecta entre el movimiento y la caja, cada uno asegurando la rigidez necesaria del otro», y dar protagonismo al titanio grado 5, el material protagonista tanto en la platina como los puentes del reloj. «Una aleación biocompatible de 90 % de titanio, 6 % de aluminio y 4 % de vanadio, muy resistente a la corrosión y de excepcional solidez, que permite al tren de engranajes funcionar sin esfuerzos», explica Richard Mille sobre este material utilizado en las industrias aeroespacial, aeronáutica y automovilística.

El titanio grado 5 aporta solidez y un acabado plano de las superficies, lo cual permite el funcionamiento del tren de engranajes del reloj hiperresistente pese a su ligereza. No en vano, el RM UP-01 puede soportar aceleraciones de más de 5000 G. A modo de referencia, por seguir con el ejemplo de la Fórmula 1, como afirman nuestros compañeros de Relevo, los pilotos están sometidos a fuerzas de 2G cuando aceleran, 5G cuando frenan y entre 4G y 7G al tomar una curva. Otro ejemplo, este experimentable en una visita a Ferrari Land, el parque temático de la marca en el complejo de Port Aventura: su acelerador vertical, la famosa Red Force, permite experimentar una aceleración de 1,35 G: de 0 a 180 km/h en cinco segundos. La del reloj, según la marca, es de 5000 G.

Como decíamos, a partir del titanio grado 5 está mecanizada toda la caja del RM UP-01 Ferrari. Llaman la atención pequeños detalles del diseño como las dos piezas de cerámica ubicadas alrededor de las coronas, piezas que «protegen el bisel de la fricción y garantizan la resistencia al agua del reloj», según explica la marca.

Además, el fondo presenta un acabado satinado y los biseles, donde se integran el selector de funciones del reloj —entre las 10 y las 11—, están pulidos, mientras que detalles como logo de Ferrari, su Cavallino rampante, están grabados a láser en la caja del reloj, que está ensamblada únicamente con 13 tornillos de titanio grado 5 y arandelas de acero inoxidable resistentes a la abrasión.

Por último, también cabe destacar otra innovación técnica del reloj, que prescinde del dardo o pasador y del rodillo de seguridad, piezas que sirven para mover la palanca en caso de impacto. En el caso del RM UP-01 Ferrari, el escape ultrafino patentado por este modelo «traslada la función de movimiento de palanca directamente a la horquilla del áncora», explica Richard Mille. Para ello, su equipo técnico ha alargado la horquilla y ha modificado los cuernos, reduciendo la altura del áncora al no utilizar las dos citadas piezas.

Estas características técnicas descritas a grandes rasgos son solo alguna de las razones de peso por las que el RM UP-01 Ferrari puede tener una esfera tan plana y ligera, que no alcanza los 3 gramos, y costar más de un millón y medio de euros. Y por qué los 150 afortunados que tengan uno de estos relojes, Pharrel Williams entre ellos, son conscientes de haber invertido en una obra de arte, en una pieza maestra, y no solamente en un reloj.