'Normal People', la serie que debes ver también por su estilo

'Normal People’ es un fenómeno atípico por muchos factores. De entrada, porque es una historia de amor adolescente y juvenil que no es la típica historia de amor adolescente y juvenil que se convierte en un éxito de masas , especialmente en la televisión. Pero en el mundo anglosajón lo ha conseguido, lo cual es una enorme alegría teniendo en cuenta el poso de la historia de Connell y Marianne, interpretada en la serie por la actriz londinense Daisy Edgar-Jones.

No vamos a desgranar el contenido para que leas la novela y veas la serie sin prejuicios, pero sí diremos al respecto que gusta tanto a adolescentes como a mayores, y que es ideal para compartirla en familia -la serie, obviamente el libro es más difícil-, especialmente si hay adolescentes en casa, porque invita a la reflexión constantemente, y sobre temas tan distintos como el amor o la salud mental, por citar dos ejemplos de las muchas arista que tocan la novela de Rooney y la adaptación audiovisual dirigida por Lenny Abrahamson y Hettie Macdonald -también ha participado en ella la propia Sally Rooney-.

En lo que ‘Normal People’ no es una serie atípica es en las ganas de vestir como sus protagonistas que te entran al verla. Si eres lector de revistas de moda femeninas, te sonará perfectamente de lo que hablamos porque se ha escrito mucho, sobre todo en medios anglosajones, del estilo bohemio de Marianne y lo bien que refleja este la evolución del personaje.

Se puede simplificar mucho más el estilo de Connell, pero precisamente en esa extrema sencillez reside seguramente parte del encanto del personaje y su forma de vestir. Con apenas cinco señas de identidad que se repiten hasta la saciedad en el personaje, al que no abandonan a lo largo de su crecimiento desde el instituto hasta el final de la universidad, Lorna Marie Mugan , directora de vestuario de la serie, construye un personaje masculino honesto y sincero, de esos cuyo estilo grita a voces cómo es realmente. Y es que, incluso en los casos en los que la ropa se quiera dejar en un segundo plano, esta también dice muchas cosas sobre nosotros.

Lo único verdaderamente importante, hasta en esos vestidores reducidos a la mínima expresión como el del personaje interpretado por Paul Mescal, es que sientas una sintonía total con él, que sea tu verdadero espejo. Lo es en el caso de Connell, y por eso dan tantas de apoderarse de sus símbolos.

Entre ellos, el más destacado no es una prenda, sino un complemento. En concreto, una cadena de plata espartana , sin adornos y de grosor fino, de la que el personaje no se separa en toda la serie. Su papel en el estilo de Connell toma tanto peso que hasta tiene su propia cuenta de Instagram la cadena, seguramente por el juego que da a lo largo de toda la serie en las muchas escenas íntimas que contiene, preciosos desnudos pictóricos la mayoría de ellas por cierto. La cadena es una especie de salvavidas para él, y no es casualidad que se haya convertido en el accesorio favorito para el cuello de los jóvenes más fashionistas, como ya te contamos hace pocas fechas en este texto en el que analizamos qué estilo de collares son tendencia.

Más allá de esta, ya sí dentro de su armario, hay tres rasgos que destacan por encima de todo : camisetas lisas, sin licencia alguna para los estampados por discretos que sean; sudaderas de algodón con cierre de cremallera y capucha; y deportivas clásicas negras. Tres detalles que no son otra cosa que el reflejo de la personalidad reservada del personaje, pero que al mismo tiempo son los que permiten conectar con él a lo largo de la serie sin esfuerzo.

Su estilo desnudo es como una autopista hacia su alma para el espectador; es en realidad una forma de ser completamente transparente. Especial atención cobran en este sentido la capucha y el color de sus deportivas favoritas , a contracorriente del blanco que se tanto se lleva en las deportivas clásicas. En una interpretación completamente subjetiva se podrían vincular ambos detalles a la duda permanente en la que vive y a esa necesidad recurrente que siente de recluirse en sí mismo para buscar la comprensión que no encuentra a su alrededor, sobre todo cuando Marianne no está cerca.

A excepción de la mencionada cadena de plata, no hay lugar para la decoración en el Connell de Sally Rooney que Paul Mescal ha hecho suyo. Es más, hasta el corte de pelo del personaje, que evoluciona ligeramente a lo largo de la serie desde un degradado más marcado en la adolescencia a otro más natural y progresivo a medida que madura, es un síntoma más de esa ausencia de pose que hay en él. Y en una forma de vida cuyas relaciones sociales se caracterizan por un preocupante déficit de naturalidad y honestidad, Connell es nuestro salvavidas, como lo es para él su cadena de plata.