Guía de estilo del hombre elegante para sorprender estas fiestas

Siempre que llegan estas fechas tratamos de echar una mano a aquellos hombres indecisos con la estética para las fiestas navideñas. Actualizamos la guía de estilo en función de las tendencias y tratamos de darle una vuelta de tuerca más allá de prendas concretas, intentando destacar también aquellos factores que deben marcar nuestros estilismos en los días grandes de la Navidad.

El estilo personal es, por supuesto, indiscutible . Pero no es el único factor de decisión que debemos tener en cuenta. El contexto importa, y mucho, casi tanto o más que nuestro gusto personal, ya que este último siempre podemos adaptarlo al primero. Sin embargo, no hay manera de “arreglar” un look inapropiado para según qué contexto por muy elegante o moderno que este sea.

Esto es, no tiene sentido ponerse un tres piezas y corbata en una cena familiar en casa donde lo más arreglado que llevan los demás son unos pantalones vaqueros y una camisa y tampoco parece lógico quitarnos la corbata si pasamos la Nochevieja, por ejemplo, en un restaurante u hotel con cena de gala. De hecho, esto último, probablemente, no nos lo permitan porque todavía hay muchos espacios que mantienen unas normas mínimas de etiqueta en las cenas navideñas.

Por este motivo, en nuestra opinión, podemos diferenciar dos formas de encarar la elección de vestimenta de cara a las fiestas navideñas en función del contexto de cada una de ellas: sastrería sí o sastrería no .

La primera incluye distintas alternativas. El esmoquin clásico, reservado exclusivamente para fiestas donde se exija por protocolo de estilo; el traje convencional y clásico de dos piezas, con corbata incluida, que es un comodín para distintos tipos de celebración, incluido aquellas que se lleven a cabo en un ambiente familiar pero con un cierto grado de formalidad; y el tres piezas, que en esta época del año recomendamos que sea de lana. Este último puede ser la manera de marcar distancias en una cena o comida, ya sea en casa o en un restaurante, donde el resto de comensales también opten por este nivel de formalidad con sus estilismos. Quizá menos apropiado parezca la cuarta alternativa, muy de moda en las últimas temporadas, el traje cruzado, pero que no termina de lucir en fiestas donde pasamos tanto tiempo sentados en la mesa.

Si no te quieres complicar la vida pero tienes claro que debes llevar traje, un diseño en azul marino o gris que esté perfectamente cortado y sin arrugas es una opción infalible. Siempre puedes, además, añadir un extra de sofisticación o de informalidad con los complementos, especialmente con la corbata y el pañuelo. Eso sí, olvídate de la pajarita, por favor, que ya hace tiempo que se esfumó por completo ese amago que tuvo de convertirse en el sustituto de la corbata. La pajarita, para el esmoquin.

Si lo que quieres, en cambio, es ser protagonista de la Nochebuena, la Navidad o la Nochevieja familiar a través de tu armario, los diseños estampados de aire invernal —Príncipe de Gales, trajes jaspeados en tweed o de espiga, por ejemplo–, pueden ser una opción más que correcta. Mejor en tres piezas y con unos complementos impolutos, que estén a la altura del traje y no echen por tierra el nivel del mismo.

No tiene misterio la manera en la que podemos clavar un outfit perfecto navideño renunciando a la sastrería si el contexto lo permite. Tampoco, en el lado negativo de la balanza, deja demasiado margen de maniobra, cosa que lamentarán los más creativos y atrevidos.

Los pantalones, en la medida de lo posible, deben ser de pinzas. Ya tienes 360 días del año para llevar tus 501, así que dales un descanso en las citas navideñas y opta por unos pantalones que no sean vaqueros . No tienen que ser unos chinos clásicos, de comercial de seguros, salvo que estos sean parte de tu estilo habitual. Hay muchísimas opciones más contemporáneas y actualizadas para ser elegante y también ir a la última: por ejemplo, los pantalones holgados, de aire retro y minimalista, que pueblan estos días los escaparates de las tiendas de moda masculina.

Los puedes llevar con zapatos e incluso con unas deportivas que sean también de estética vintage, a poder ser blancas, y con un bonito jersey de punto. De cuello vuelto o no, trenzados o lisos, según tus gustos personales y de dónde vaya a tener lugar la celebración, ya que estos pueden jugarnos una mala pasada si la calefacción está muy alta. A cambio, con una blazer son un combo perfecto porque te puedes quitar la chaqueta durante la cena o comida y mantener una imagen impecable. La clave es que no recurras a colores estridentes ni diseños estampados, y que des prioridad a la calidad del nudo y a una paleta de colores conservadora, con el azul marino y el marrón como opciones destacadas.

El cárdigan con camisa e incluso con corbata , si te apetece romper un poco con lo habitual, y las chelsea en vez de los clásicos zapatos o las deportivas blancas retro, son alternativas válidas para looks navideños casual, al igual que lo son las combinaciones de dos colores de chaqueta y pantalón. Hasta el traje liso oscuro lo es combinado con un suéter y un calzado más desenfadado.

Solo en Nochebuena y Navidad, si en vuestra familia sois fans de este tipo de prendas graciosas, puedes atreverte con un jersey navideño, pero si no hay forma de quitarte la idea de la cabeza, por favor, intenta al menos que no sea el mismo de los últimos cinco años.

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