Guía de estilo de calzado masculino
Manual definitivo para entender de una vez por todas cuándo y cómo llevar cada uno de los estilos
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Iniciar sesiónSi hay un elemento infravalorado en cualquier armario, esos son los zapatos . No es así para los hombres más elegantes, quienes son conscientes del peso que tienen estos en cualquier look. Y es que de nada sirve llevar un traje impoluto, un outfit que ... combine con maestría las últimas tendencias, o lucir los complementos más elegantes y caros del mundo si al dirigir la mirada hacia la parte inferior del espejo se aprecia que los zapatos están sucios, desgastados o simplemente que son de mala calidad.
No olvides que si algo de lo que llevas puesto hablara, sería el calzado. Lo hace incluso cuando no se le puede poner ningún pero, y este es precisamente el reto que debes proponerte alcanzar en lo que respecta a los zapatos : que te definan como un hombre que se preocupa por cuidar hasta el último detalle de su estilo.
Pero tranquilo que no estás solo en este camino hacia el aprendizaje, este pequeño manual que hemos elaborado puede ayudarte a conseguir tal ansiado objetivo con éxito .
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Botines
Los cordones, ya sea por su ausencia o por su presencia, dividen en dos a los botines protagonistas en la moda del siglo XXI. Los tipo chelsea, fabricados casi siempre en piel, de diseño cerrado y ajustado como un guante, con una característica superficie elástica en el lateral -o en su defecto con cierre de cremallera-, y con un ligerísimo tacón, son la alternativa más estilosa para los hombres que no se ven con zapato clásico. Enfrente, tienen a los diseños híbridos entre la estética militar y el calzado técnico de montaña, generalmente con suelas gruesas neumáticas, diseños menos sofisticados pero un punto más versátiles que los botines sin cordones.
SÍ. Como pareja de baile de los vaqueros de corte estrecho.
NO. Con traje en una boda o evento muy formal.
SÍ. Con unos pantalones carrot fit, sobre todo los chelsea.
NO. Salvo que vayas de safari o a la montaña, con pantalones cortos.
SÍ. Con un jersey de punto es una combinación ganadora el 100% de las veces.
NO. Preferiblemente, evitar pantalones ‘straight fit’ o de corte recto porque se comen buena parte de los botines y los desluce.
SÍ. Cuando tu objetivo es lucir casual sin recurrir a las zapatillas deportivas.
NO. Con ropa de corte muy deportiva tienes cientos de modelos de zapatillas que van a funcionar mejor que los botines.
SÍ. Con traje sin corbata en un contexto desenfadado.
NO. Sin calcetines o que estos sean excesivamente cortos.
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Zapato clásico
Un vestidor masculino sin al menos un par de zapatos elegantes está cojo salvo que el dueño sea capaz de hacer magia con los botines. Pero para acertar con el zapato clásico, el primer paso es aprender a diferenciarlos : el oxford es la cumbre del calzado elegante y sofisticado masculino, y el derby es la elección un punto menos formal. La diferencia fundamental entre ambos es cómo están cosidas las palas laterales, que en los derby queda exterior, de forma que el zapato es más ancho que el oxford, donde se cose por dentro para que sea una única pieza. Unos y otros, si están perforados, se denominan brogue, y la versión de zapato clásico con cierre de hebilla, sin cordones, se llama monk. En todo caso, el negro siempre es la opción ganadora y el marrón la alternativa más acertada.
SÍ. Con traje y corbata son un ‘must’ de por vida.
NO. Con pantalones pitillo, simplemente porque no se llevan por mucho que haya quien insista.
SÍ. Cualquier modelo de suela gruesa neumática, la última versión de moda de los zapatos clásicos.
NO. Con calcetines blancos.
SÍ. Para ir a la oficina, indiscutiblemente sí.
NO. Si no van perfectamente limpios.
SÍ. A los pantalones ‘straight fit’, los que han dado relevo a los pitillo y a los tobilleros, forman un combo perfecto.
NO. Con bermudas. Se nos ocurren bastantes alternativas más acertadas.
SÍ. Con calcetines estampados o en colores atrevidos si el conjunto del look y tu personalidad los permiten.
NO. Con unos joggers; está bien jugar pero no tiene gracia si no hay opciones de ganar.
3
Mocasines
Junto a los náuticos, son el zapato masculino por excelencia de la temporada cálida, pero a diferencia de estos destacan por el enorme rango de combinaciones que ofrecen gracias a su versatilidad y a la gran variedad de versiones diseñadas a partir de sus líneas clásicas, que son las de un zapato de piel, bajo, cerrado, flexible y sin cordones. Pueden ser lisos, estampados o con motivos decorativos como los flecos, las borlas o las hebillas , y el material de la suela marca notablemente el nivel de formalidad del diseño. Las neumáticas le dan un carácter más relajado a los mocasines en comparación con las tradicionales suelas de cuero.
SÍ. Aprovechando que la tendencia es recuperarlos, con los vaqueros noventeros de papá.
NO. Cuando hace un frío que pela.
SÍ. Con unas bermudas en verano si no te gusta el calzado abierto.
NO. Con unos pantalones de pinzas ‘straight fit’ cuyo bajo se apoye en el calzado, porque parecerá que llevas el pie hundido.
SÍ. Con un traje en primavera verano son una elección confortable y elegante.
NO. Con calcetines bajos tobilleros, el horror.
SÍ. Con pantalones de pinzas beis cuyo no pase más allá del tobillo son la combinación ganadora para los hombres con gusto por lo clásico.
NO. Fuera del ámbito urbano no terminan de encontrar su sitio y no parece que vayan a encontrarlo nunca.
SÍ. Con calcetines blancos altos son la apuesta más fuerte del momento; solo para valientes dispuestos a jugar.
NO. Con chándal o pantalones tipo cargo, por motivos obvios en los que no hace falta detenerse.
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Zapatillas
Aunque la tendencia del último lustro ha sido la de competir por llevar el diseño más ugly, y Balenciaga ha conseguido que permanezcan gracias a su apuesta por renovarlas inspirándose en las zapatillas de montaña, poco a poco están recuperando su lugar en el zapatero masculino los diseños clásicos. La mayoría de las firmas mantienen vivos sus modelos más icónicos de la segunda mitad del siglo pasado, que siguen plenamente vigentes a punto de entrar en la década de los veinte del siglo XXI. Lo ideal, teniendo en cuenta que no tiene nada que ver un estilo de otro, es apostar por la variedad y en todo caso evitar aquellas con las que sientas que vas disfrazado por mucho que se lleven.
SÍ. Con todos los vaqueros del mundo mundial, siempre sí.
NO. En eventos formales, por mucho que hayas visto en Instagram que alguien presume de haberlas llevado.
SÍ. Si son blancas, con traje azul marino y camiseta blanca, en homenaje a los 90.
NO. Cuando tengas que aportar una dosis de formalidad a un look casual, sobre todo en el contexto laboral.
SÍ. Cuando saques el cantante de trap que llevas dentro.
NO. Para un día de playa, con barco o sin él.
SÍ. Cuando te apetezca cambiarles la cara a unos pantalones de pinzas siempre y cuando el contexto lo permita.
NO. Cuando te mires al espejo y veas que por mucho que se lleve ese diseño, no va contigo.
SÍ. Con calcetines altos blancos, incluso los diseños negros, porque así las llevan los hombres que marcan tendencia.
NO. Deja el calzado técnico para su uso original, hacer deporte, que para eso es técnico.
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