Felipe de Edimburgo, un siglo de elegancia

Casi un siglo, buena parte del mismo dedicado a la vida pública, que ha dado para mucho, tanto que nos deja un legado imborrable: el de haber sido uno de los hombres más elegantes de la historia contemporánea , en especial de la segunda mitad del siglo XX.

Incluso cuando su rol ha sido secundario a lo largo de su vida porque las luces llevan décadas enfocando a su esposa, la reina Isabel II, Felipe de Edimburgo supo encontrar su espacio para brillar. Y la moda tiene mucho que ver en ello.

Felipe de Edimburgo dio con la tecla muy pronto, dejándose influenciar por las peculiaridades únicas características del estilo british por excelencia pese a haber nacido en Grecia, y las interpretó a las mil maravillas. Tanto que muchos expertos le señalan como el verdadero heredero del duque de Windsor, Eduardo VIII, seguramente el hombre más influyente y decisivo en que la moda masculina británica sea una referencia mundial incomparable desde hace tantas décadas.

Visto con la perspectiva del tiempo, tiene mucho mérito el estilo propio que ha paseado durante casi un siglo Felipe de Edimburgo porque su vida ha tenido lugar entre dos iconos de la moda británica: el mencionado Eduardo VIII y su propio hijo, Carlos de Inglaterra , cuyo estilo se acerca más al del tío de su madre que al de su propio padre.

Pero el duque de Edimburgo supo abanderar a la moda británica para que esta mantuviera el sitio histórico en el que luego le ha ayudado a mantenerse el príncipe Carlos , y lo hizo sin renunciar a su propia fórmula, mucho más austera y clásica que la de su antecesor y predecesor en dicha comparativa histórica, pero con un toque british inconfundible. Lo que puede parecer un estilo clásico y conservador si se compara con el de su hijo, por ejemplo, roza la vanguardia cuando se pone el foco en los hombres del resto de casas reales europeas, incluida la española.

La calidad textil de sus trajes y sus camisas, la exquisitez de su zapatero, - desde sus zapatos de John Lobb a las botas tipo Hunter -; su atrevimiento con las corbatas y los complementos -sombreros, gorras de invierno o gafas de sol entre otros-; o la apuesta y el respeto por los clásicos británicos como las gabardinas, las chaquetas cruzadas, el tweed y también el kilt en ocasiones puntuales -la falda escocesa-, son señas de identidad del estilo de Felipe de Edimburgo, en el que también ha tenido durante toda su vida un peso capital el influjo militar. No en vano, es un héroe de guerra británico, pues combatió en la II Guerra Mundial en las filas de la Marina Real.

Y es que el marido de Isabel II tuvo que renunciar joven a la carrera militar, pero nunca dejó de ser un militar en potencia . Al menos en cuestión de estilo. Pocos hombres han lucido el uniforme como él, y esa pose militar, por decirlo de algún modo coloquial, le ha acompañado siempre, hasta cuando se ha quitado la corbata, ya sea para estar en el campo, jugar al polo o pilotar aeronaves, una de sus grandes pasiones adultas.

Seguramente mucho tenga que ver en ello su tío, Lord Mountbatten, último virrey de la India y mentor de Felipe, un hombre con un marcado carácter militar , como se puede comprobar no solo en las fuentes históricas, sino también en la ficción. Ahí está ‘The Crown’, la magnífica serie de Netflix en la que Tobias Menzies interpreta con maestría el papel del duque de Edimburgo -en las primeras temporadas lo hace Matt Smith-.

En Felipe de Edimburgo, de cuyo estilo poco ha quedado de su Corfú natal, la isla griega en la que sucede la historia de otra serie de éxito reciente, ‘Los Durrell’, en cuyo elenco brilla precisamente Josh O’Connor , el príncipe Carlos en ‘The Crown’, también ha tenido mucha influencia el deporte y la vida campestre . Pero esto es difícil que no ocurra en el estilo de cualquier miembro de la familia real británica contemporánea, ya sea hombre o mujer. El polo y la caza son actividades muy del gusto de todos ellos, y el duque de Edimburgo ha practicado ambas con asiduidad, por lo que sus looks en ambos contextos son también parte del legado de estilo que nos deja. Le quedaban de joven como un guante los polos a su hijo, pero es que de tal palo, tal astilla.

“ Cliente habitual de Savile Row desde que comenzó su noviazgo con la reina Isabel, son sus proveedores los camiseros Turnbull & Asser, Gieves & Hawkes y Haste & Lachter” contaban en este artículo de ABC hace unos meses. Otras fuentes hablan de los trajes que confeccionó para él John Kent, de los abrigos de Ede & Ravenscroft o de los diseños personalizados elaborados por

Hawes&Curtis, esta última sastrería situada en Jermyn Street. En realidad, no hay apellido de Saville Row que le haya dicho que no al duque de Edimburgo. Y no es para menos, estamos hablando de uno de los grandes iconos de estilo masculino del último siglo.