Cómo llevar las camisetas de tu equipo favorito más allá del terreno de juego

Dejando a un lado el tema NBA y playa para otro momento aprovechando que quedan muchos meses por delante para que vuelva a dañarnos la vista - las gafas de sol pueden servir también para evitar sus consecuencias, no las de la luz solar…-, vamos a adentrarnos en un terreno de arenas movedizas en las siguientes líneas que no se puede seguir evitando por más tiempo, el de las camisetas de fútbol dentro del street style. ¿Son compatibles?

Hasta hace menos de un lustro eran una afrenta al buen gusto, pero no es menos cierto que cada año, con público en los estadios o sin él, las ventas de las nuevas equipaciones de los principales equipos y selecciones se disparan . Hace mucho que ya no es solo es un nicho exclusivo de coleccionistas y los diseños retro, y prueba de ello son esas terceras equipaciones que parecen cualquier cosa menos la camiseta del equipo al que representan. Puras herramientas de marketing que no se identifican con el escudo que llevan en el pecho en la mayoría de casos. Pero la gente las compra en masa.

Y esto no es algo de este año, ni este lustro, ni siquiera de la década que está a punto de acabar. Desde el año 94, fecha en la que se celebró el mundial en Estados Unidos, Nike se metió de lleno en el fútbol -en Francia 98, por ejemplo, ya vistió a Brasil-, y este paso fue decisivo para que se afianzara una tendencia que ya venía con fuerza desde los años 80 , década en la que sobre todo Adidas diseñó algunas de las camisetas de fútbol más bonitas de la historia. De esas a las que quitas el escudo y hasta los más antis de esta moda que tengan gusto por lo retro se las pondrían porque les parecerían lo más cool.

La industria de la moda tenía dos opciones: seguir viviendo dándole la espalda a la realidad de que las camisetas de fútbol gustan o tratar de asimilar dicha tendencia para buscar la forma de que encaje con cierto estilo dentro de la moda urbana. Y ya hace tres años aproximadamente que hay sellos de referencia que han optado acertadamente por lo segundo. Ya que se llevan, por lo menos que sea con sentido, debieron pensar Virgil Abloh y Off-White , o el diseñador ruso Gosha Rubchinkskiy , que aprovechando que en el 2018 su país organizó el mundial de fútbol, decidió explorar las posibilidades de las camisetas de fútbol en la moda urbana.

Damos por hecho que muchos lectores estarán en desacuerdo con lo que van a leer, pero si algo tiene la moda es que una disciplina capaz de abrazar a todo el mundo. Basta con no explorar un camino tan arriesgado como este si te sigue sin gustar, pero legitimemos, porque así lo lo han hecho ya marcas como las mencionadas -hasta el desaparecido David Delfín se marcó una colección inspirada en las bufandas del mundo del fútbol en el año 2016-, que sí es un camino válido para muchos hombres. Lo importante es encontrar la forma de explorarlo, reconociendo que el sendero, en este caso, es estrecho y con una caída libre a ambos lados del mismo.

Por eso, para poder darle una oportunidad a las camisetas de fútbol más allá de las pachangas del domingo y de los días de partido, es necesario tener humildad y los pies en la tierra. Lo primero, para entender lo que anteriormente hemos mencionado: ese deseo masivo de llevarlas, especialmente entre los hombres, que ya no tienen problema en lucir las de equipos que no son el suyo. Y lo segundo, para no pasarnos de frenada; esto es, se les puede encontrar un resquicio para llevarlas con cierto gusto, pero su campo de acción es limitado , seamos realistas.

Es tan simple como complicado llevar bien las camisetas de tu equipo favorito fuera del terreno de juego porque solo hace falta una cosa, pero no es sencilla de llevar a cabo: simplificar al máximo sus posibilidades . Dos caminos claros al respecto, bien aprovechar el boom reciente de la ropa deportiva y combinarlos con joggers, unas deportivas modernas y una riñonera, aunque el riesgo de parecer un cantante de trap esté ahí; o bien la que potencia el aire nostálgico del pasado, de ese que huele al fútbol de toda la vida cuya esencia parece olvidada. ¿Cómo? Llevándola con unos jeans clásicos y con un toque muy vintage, metida por dentro del pantalón . De nuevo, aprovechando una tendencia actual rescatada de finales del siglo pasado que aporta cierta formalidad a una prenda que es de todo menos seria, la camiseta, y más si cabe en el caso de las equipaciones deportivas. Como inspiración, si al mirarte al espejo te ves en alguna ciudad inglesa en la década de los 90, es que vas por buen camino.

Los vaqueros, y no cualquier tipo, sino los de estética noventera, rectos y holgados, clásicos en definitiva -nada de skinnys o slim fit, por favor- son su tope. Importante también, dado que suelen ser diseños estampados, coloridos o con publicidad, llevarla como capa exterior o, en su defecto, debajo de una sudadera; que nunca juegue un papel secundario como segunda capa. Como mucho, con una chaqueta deportiva lisa con capucha, como las que lleva Connell en ‘Normal People ’. Si se lleva como tal, que sea interior, y que solo se vea al despojarte de la capa superior. Otro ejemplo más de que es mejor no forzar las cosas cuando no dan más de sí.