Cómo, cuándo y por qué deberías llevar pantalones con bolsillos este otoño

Seguramente te habías percatado o informado ya de todas ellas porque son las más llamativas e impactan tanto ala moda masculina como a la femenina, pero también hay otras microtendencias que surgen como inspiración en la misma década que tienen especial repercusión en el armario del hombre. El regreso del pantalón cargo es una muestra de ello.

El pantalón de bolsillos está siendo para la moda masculina lo que el mono de estilo ‘workwear’ fue para la femenina durante la pasada primavera, una alternativa muy original a los clásicos de cualquier vestidor. Lo curioso del primero es su historia, mucho más rica de lo que pueda parecer ahora que vuelve a estar de moda tantos años después que prácticamente los millenials lo tenían olvidado, por no decir de las generaciones jóvenes, que probablemente, como mucho, lo asocian a la ropa de montaña o de trabajo.

Como tantas y tantas prendas clásicas de la historia de la moda, y en contra de lo que mucha gente pueda creer acerca de ellos al asociarlos directamente al mundo de la aventura y la naturaleza o el ámbito laboral -son habituales en profesiones que necesitan espacios para guardar herramientas-, hay que buscar en la historia militar para encontrar el origen del pantalón multibolsillos . En concreto, fueron los militares británicos, siempre pioneros en esta relación directa entre ejército y moda masculina por su intensa actividad bélica a lo largo de la historia, los que los llevaron primero como prenda habitual de su uniforme de trabajo -algunas fuentes los fechan ya en los últimos años del siglo XIX- durante la primera parte del siglo XX.

La internalización de los conflictos más allá de Europa con la irrupción de Estados Unidos en las dos guerras mundiales provocó que su ejército también tomara nota de la practicidad de los mismos , adaptándolos también para sus uniformes. Y de ahí dio el salto, ya sí, al universo laboral, que en la segunda mitad del siglo XX vivió el gran boom de la industria, con el desarrollo de fábricas donde estos pantalones jugaban un papel protagonista en el uniforme de los trabajadores. Esto, por mucha crisis de la industria y, por consiguiente, de los oficios tradicionales que haya, no ha dejado de ser así hoy en día: el pantalón cargo, en distintas versiones, sigue siendo casi la única opción para mecánicos, electricistas, pintores, albañiles, etc.

Pero todavía quedaba un último impulso para que el pantalón de bolsillos expandiera su influencia al territorio definitivo, la moda urbana. Por un lado, el gusto por lo práctico de una sociedad occidental que ya en la segunda mitad del siglo XX apostó por empezar a relajar su forma de vestir. Además, la sociedad masculina, sobre todo la norteamericana, tomó nota de lo útiles que podían ser dichos diseños para algunas de sus actividades favoritas entonces, como la pesca o la caza , algo que se extendió a cualquier actividad relacionada con la naturaleza, de manera que las firmas especializadas en ropa técnica lo adaptaron a las necesidades de estas actividades al aire libre.

Pero fue el auge de dos subculturas a finales de los 80 y su boom en los 90, la grunge y la del hip hop, el elemento diferencial que llevó al ámbito urbano el pantalón tipo cargo, cuyos bolsillos dejaron de jugar un papel funcional para hacerlo desde el punto de vista estético, ya fueran en su talla original, ajustada a la cintura y holgado en las piernas, o directamente en formato maxi, seña de identidad del segundo de los movimientos culturales citados.

Con el cambio de milenio y de siglo todo lo que olía a los 90 perdió fuelle, justo lo contrario de lo que ha ocurrido estos últimos años, donde lo ha ido recuperando hasta conseguir convencernos de que volvamos a querer vestir como entonces, en una especie de homenaje de las generaciones jóvenes a sus padres, que también están felices a su vez de poder recuperar su estilo de la juventud ahora en la madurez. Un win-win a todas luces en el que el pantalón multibolsillos tiene mucho que decir.

Las colecciones de otoño-invierno del 2018, con especial protagonismo en las de Nueva York, ya avisaron de su regreso con fuerza, y las firmas más potentes de street style tomaron el testigo de las casas de lujo para ser el vehículo definitivo que ha traído de vuelta estos pantalones a la actualidad desde la pasada primavera.

Una vez superado el paréntesis del verano -la versión corta no ha calado igual que la larga-, los cargo mantienen vivo su protagonismo este otoño, donde son una alternativa a los pantalones tradicionales , como lo fueron los de pana el año pasado. Coinciden, como noventeros que son, con las siluetas que más se llevan dentro de los clásicos, relajadas, y a los colores tradicionales como el beige y el verde caqui se han añadido nuevas opciones cromáticas como el azul marino, el gris, el negro, e incluso el blanco, preferiblemente con diseños lisos a excepción de algunos modelos con print de camuflaje que te permiten arriesgar un poco más con ellos si lo deseas.

A la hora de combinarlos, lo mejor es no tomarlos en serio ; esto es, como la prenda funcional que son, van prácticamente con toda prenda que tenga un punto informal: camisetas lisas o con estampado tipo logo; camisas denim, lisas o con estampados de cuadros, que puedes llevar abotonadas -¡no hasta arriba!- o como sobrecamisa; o algún suéter, oversized si quieres ser trendy también en esto, que te ayude a combatir el frío.

En los pies, eso sí, aunque también lo soportan todo, lo suyo es decantarse por ser fiel a su espíritu militar, acompañándolos en ese caso por un buen par de botas, o “ urbanizarlos ” del todo apostando por unas deportivas llamativas que puedes llevar en tus ratos de ocio pero incluso puedes considerarlos compañeros de trabajo si es que te puedes permitir el lujo de llevarlas a la oficina porque los cargo, si te lo propones, son claros candidatos a ser la parte más original de tu look casual friday.