Las autoridades de Islandia ya advirtieron de que la isla «podría volver a ser escenario de una erupción volcánica inminente», después de la violenta colada de lava registrada a mediados de enero en la península de Reykjanes, en el extremo suroriental del país. Tres ... semanas más tarde, los islandeses han sufrido en la mañana de este jueves una nueva erupción, en concreto en en la península de Reykjanes —al sudoeste de Islandia— que desde el 18 de diciembre ya ha registrado tres fenómenos de esta naturaleza.
Las imágenes televisivas que han captado la erupción muestran coladas rojas de lava y una nube de humo que surgen de una fisura en medio de la negra noche. «A las 05.30 (locales y GMT) de la mañana, un pequeño sismo empezó a intensificarse al noreste de Sýlingarfell. Unos 30 minutos más tarde, una erupción comenzó en la misma zona», ha explicado la oficina meteorológica islandesa (IMO).
La actividad sísmica se intensificó durante la noche cerca de la localidad, generando la quinta erupción en la península de Reykjanes en dos años
«Según los primeros informes procedente del vuelo de vigilancia de los guardacostas, la erupción tuvo lugar en la misma zona que la del 18 de diciembre. La fisura mide alrededor de tres kilómetros de largo», afirmó este servicio. Por el momento, solo ha cerrado un balneario geotérmico que se encontraba próximo a la erupción. Se desconoce si este nuevo brote de lava afectará al pueblo de Grindavík, cuyos 4.000 habitantes tuvieron que ser evacuados el pasado 14 de enero, tras el paso de varios ríos de lava que incendiaron algunas casas.
Para evitar esto, las autoridades islandesas iniciaron en noviembre la construcción de diques que pudieran ayudar a desviar los flujos de lava ardiente lejos de las viviendas y las infraestructuras indispensables.
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