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Un tratamiento para evitar la obsesión de morderse a sí mismo y autodestruirse

Detrás de las 7.000 patologías infrecuentes hay también miles de familias a la búsqueda desesperada de diagnóstico y tratamiento. La investigación es su única oportunidad

Un niño se muerde la mano ABC

Hace diez años la Fundación Mutua Madrileña apostó por financiar la investigación de las enfermedades raras, las grandes olvidadas. Desde entonces ha destinado más de cinco millones de euros al apoyo y financiación de 73 proyectos. Algunos ya han supuesto avances en el diagnóstico y tratamiento de estas patologías olvidadas. He aquí tres de ellos:

Síndrome de Lesch Nyhan

La enfermedad autodestructiva que obligaba a extraer los dientes

Hay quien nace predispuesto genéticamente a autodestruirse. Todo comienza por la falta de una enzima, la HGprt, que provoca una producción excesiva de ácido úrico como la que genera la 'gota'. El primer síntoma aparece al mes de vida con una insuficiencia renal. Es cuando la orina de los bebés con el síndrome de Lesch-Nyhan adquiere un color rojizo, como el de los ladrillos, por el exceso de ácido úrico. Pero esto es solo el principio de una enfermedad devastadora que también deja consecuencias neurológicas. Lo peor llega al año de vida. Entre el primero y los nueve años de vida es cuando debuta el comportamiento autolesivo tan característico de esta enfermedad ultrarrara de la que hay 600 afectados en el mundo.

«Su obsesión es morderse las manos y autolesionarse. También golpean y se golpean. No tienen un problema grave de inteligencia, sino de conducta. Esto significa que son conscientes de su enfermedad y del daño que se originan, pero no pueden evitarlo», cuenta Mar García Romero, neuropediatra del Hospital La Paz de Madrid.

El único tratamiento posible es la utilización férulas que impiden que puedan doblar el codo para evitar que la mano llegue a la boca y se muerdan y otros mecanismos de contención. «El momento más terrible para las familias es el baño cuando tienen que quitarles las sujeciones y deben evitar que se lesionen. Toda su obsesión es hacerse daño», asegura.

La situación es tan grave que en algunos casos se ha llegado a extraer los dientes de los afectados para evitar que se muerdan.

En el Hospital La Paz se está probando otra alternativa: inyectar toxina botulínica en la musculatura masticatoria para paralizarla y reducir el daño de la mordida. Y, ¡funciona!», asegura García Romero. «No mejoramos su enfermedad, aunque gracias al bótox muerden con menos fuerza sin impedirles masticar alimentos».

Rosa Torres, investigadora del IdiPAZ ABC

Con la ayuda a la investigación de la Mutua, en el hospital madrileño también ha podido caracterizar y hacer un seguimiento a la mayor parte de los pacientes españoles con esta enfermedad, algunos ya en edad adulta y desarrollar nuevos modelos de investigación para conocerla mejor.

En esta línea, Rosa Torres, investigadora del IdiPAZ ha conseguido un modelo celular con técnicas de edición genética que imita la enfermedad y ha dado origen a nueve publicaciones científicas.

Cistinosis

Una lentilla, capaz de liberar un fármaco para proteger los ojos

Detrás de la cistinosis se esconden las historias de los 57 afectados diagnosticados en España, en su mayoría niños y adolescentes. Esta enfermedad se ceba especialmente con el riñón y los ojos, órganos en los que «se depositan cristales por un defecto en un transportador de la cistina, impidiendo su adecuado funcionamiento». La explicación la ofrece el facultativo del departamento de Farmacia Hospitalaria del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago de Compostela (IDIS), Anxo Fernández, que incide en que esta enfermedad empieza por producir una visión borrosa que se detecta ya desde niños.

«El único tratamiento paliativo disponible es la cisteamina, que ayuda a disolver esos cristales», aclara el experto, pero a nivel oftalmológico la administración se realiza a través de colirios, lo que dificultaba su absorción y su adherencia. La solución la dio el Servicio de Farmacia del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela, gracias a dos ayudas a la investigación en salud de la Fundación Mutua Madrileña. El promotor de la iniciativa fue el propio Fernández, que desarrolló un hidrogel inteligente que facilita que los fármacos permanezcan durante periodos elevados de tiempo sobre la superficie ocular, pudiendo mejorar el tratamiento del paciente. Así, este hidrogel oftalmológico se convierte en gel cuando entra en contacto con la superficie ocular. De esta forma, se aumenta el tiempo de retención del fármaco en el ojo y se permite una liberación controlada de este.

Anxo Fernández, con su equipo de Farmacia Hospitalaria del IDIS Miguel muñiz

«Las ventajas de los servicios de farmacia es que vemos de primera mano los problemas que tienen los pacientes» asegura el experto, que aclara que el tratamiento se acaba de formular como monodosis «para que los niños lo puedan llevar al colegio, por ejemplo, en la mochila». Además, y volcados en mejorar la calidad de vida de los afectados por esta dolencia —muchos de ellos población pediátrica— Fernández se puso al frente de un equipo multidisciplinar e internacional que busca nuevas moléculas que puedan mejorar el tratamiento de la cistinosis. Su trabajo se centra en testar bajo una batería de cientos de miles de fármacos potenciales tratamientos activos contra esta enfermedad. O lo que es lo mismo, persiguen una cura entre medicamentos que ya están comercializados para otras patologías y que ya han pasado los estudios de seguridad . «Este escenario evita muchos pasos para el descubrimiento y puesta en el mercado de nuevos medicamentos» ahonda Fernández. Para hacerlo están estudiando la ruta proteíca alterada, parada obligada dar una respuesta a esta enfermedad rara. «Pretendemos ir a su origen para su tratamiento» manifiesta el experto.

Encefalitis por herpes

Cómo entender las recaídas neurológicas tras una encefalitis por herpes

¿Qué hay detrás de los cuadros neurológicos graves que aparecen en niños tras una encefalitis por herpes? Hasta ahora se desconocía la respuesta a estas recaídas neurológicas a las pocas semanas pero una investigación liderada por Thaís Armangué, responsable de la Unidad de Neuroinmunología Pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat (Barcelona) e investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps)-Hospital Clínic de Barcelona, ofrece una respuesta. Por primera vez, se ha identificado una posible relación de estos síntomas neurológicos graves con la respuesta de nuestro sistema inmunológico.

Thais Armangué, neuropediatra del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona

Según la investigación liderada por Armangué, los cuadros neurológicos que sufren algunos niños que han padecido una encefalitis herpética se deben a que el sistema inmunológico responde «de forma desmedida contra el virus, en concreto generando anticuerpos contra varios receptores celulares, especialmente contra los receptores NMDA (ácido N-metil-D-aspártico) y otras proteínas neuronales». «Esta respuesta exagerada de nuestro sistema inmunológico hace que aparezcan estas consecuencias neurológicas graves que pueden confundirse en algunos casos con secuelas de la encefalitis herpética pero que en realidad son fruto de una encefalitis autoinmune», explica Armangué en declaraciones a ABC.

«Comprobamos que hasta en un cuarto de las ocasiones el sistema inmune reacciona exageradamente ante la encefalitis por este virus y provoca estos nuevos síntomas, lo que lleva a una nueva encefalitis de peores consecuencias», resume la investigadora. Aunque la morbimortalidad es alta, el conocimiento aportado por esta investigación permite reconocerla, tratarla y mejorar sus síntomas. «Gracias a estudiar tantos casos desde la infección viral nos ha permitido ver que esta grave complicación puede ocurrir a todas las edades pero con síntomas diferentes. En menores de cuatro años se presenta en forma de movimientos anormales (coreatetosis), alteración del nivel de conciencia y crisis epilépticas. En los niños más mayores y en las personas adultas se manifiesta con síntomas psiquiátricos, que hasta hace poco se confundían con secuelas de la encefalitis viral», explica la responsable de la Unidad de Neuroinmunología del Hospital Sant Joan de de Déu.

Para investigar cuándo, por qué, y quién presenta estos cuadros neurológicos posteriores a una encefalitis herpética, el proyecto recibió de 2016 a 2020 un total de 147.945 euros de financiación de la Fundación Mutua Madrileña. Las encefalitis pediátricas son enfermedades muy graves y con una gran morbilidad. La identificación de mecanismos inmunomediados en estas patologías es de gran importancia porque los pacientes se podrían beneficiar de inmunoterapia.

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