Temor a que la nueva ley del juego desvíe a los jugadores a webs de apuestas ilegales

La ley afecta a todos los jugadores de azar, aunque se establecen restricciones específicas para los llamados jugadores vulnerables, aquellos con menos de 25 años y los que soportan grandes pérdidas de forma continuada.

Pese a la importancia de la regulación, ayer el ministro de Consumo, Alberto Garzón, no tuvo la oportunidad de defenderla en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Tampoco la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, le destinó un segundo de su intervención a destacarla al hablar de los acuerdos y aprobaciones realizadas por el Gobierno.

El texto deja una sensación agridulce a los actores implicados. El temor que comparten desde asociaciones de usuarios y la patronal del juego es el riesgo a que se produzca un trasvase de jugadores a sitios web online ilegales, donde no se cumple ninguna de las medidas de prevención, protección o buenas prácticas que recoge la ley española.

Aunque desde el Consejo Empresarial del Juego valoran la introducción de mecanismos para proteger y educar a los consumidores en el juego seguro, destacan su disconformidad con otros aspectos, como la introducción del registro de jugadores intensivos obligatorio, que no implica la voluntad de los usuarios, como ocurre en el registro de autoprohibición. «Que tú decidas como individuo prohibirte es positivo, el problema es que sea el Estado el que lo imponga sin tu consentimiento», añade Alejandro Landaluce, director de la patronal del Juego.

Asimismo, considera «arbitraria» la distinción entre jugadores intensivos por su edad, en vez de utilizar otros parámetros como los ingresos o su situación económica. Según el Real Decreto, se considerarán jugadores intensivos a aquellos usuarios que registren pérdidas semanales superiores a 600 euros durante tres semanas seguidas, aunque la cifra disminuye a 200 euros de pérdidas en en el caso de los jóvenes (menores de 25 años).

Un aspecto que también destacan desde la Asociación Española de Jugadores de Apuestas Deportivas (Aejad), tachando de «absurda» las cantidades, ya que se limita a cada casa de apuesta y no de forma unitaria. Por lo tanto, un jugador que pierda 500 euros durante tres semanas consecutivas en cinco empresas de juego diferentes no cumpliría el requisito por el que se consideraría jugador intensivo.

En cualquier caso, el mayor riesgo para los usuarios es desplazar la actividad del juego a espacios ilegales o privados, donde será más difícil actuar antes posibles irregularidades. Una posible vía de escape ante los mensajes de lectura obligatoria por cada hora de juego o la limitación del uso de la tarjeta de crédito para utilizar los depósitos en el caso de los denominados jugadores intensivos.

Desde las asociaciones de usuarios afectados por el juego valoran positivamente la medida impulsada por el ministerio de Consumo, aunque señalan fallas y posibles mejorías que no han superado la fase de alegaciones durante la elaboración de la ley.

La Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar) lamenta que las restricciones se limiten al juego online debido a la importancia que siguen teniendo las apuestas presenciales. Un aspecto que, sin embargo, escapa de las competencias del ministerio de Consumo, ya que en este caso correspondería a las comunidades autónomas.

Aunque consideran las nuevas restricciones como un paso en la dirección correcta, con la implementación de informes mensuales donde se reflejen las horas de juego y el balance de ganancias y pérdidas, descartar a las casas de apuestas físicas supone un «análisis parcial» de este fenómeno según la Fejar.

Por su parte, la Asociación Centro Catalán de Adicciones Sociales (Acencas) también se muestra favorable a la norma, aunque considera insuficiente el período por el que los usuarios que se inscriben en el registro de autoexclusión pueden volver a jugar. La versión del anteproyecto establece seis meses de plazo para que un consumidor que se ha autoexcluido del juego pueda volver y consideran que seis años sería un periodo más beneficioso para evitar comportamientos insanos.

El presidente de Acencas, Francesc Perendreu, también destaca otro aspecto no incluido: las apuestas y juegos de azar sin dinero. Aunque pueda parecer inofensivo, existen múltiples portales web de esta naturaleza, donde no se aplica la regulación al no haber dinero de por medio. Basta con una rápida búsqueda en cualquier navegador con palabras como «ruleta gratis» o «tragaperra gratis online» para comprobar la proliferación de estos sitios web. Un campo de entrenamiento donde cosechar los hábitos perjudiciales que la ley del juego pretende enmendar.