Los universitarios que cursan un máster ingresan un 11% más que los graduados

El estudio 'La inserción laboral de los universitarios 2013-2023: Evolución, diferencias por estudios y brechas de género', consultado por ABC, constata que las ventajas de los jóvenes con estudios universitarios a la hora de acceder al mundo laboral «se han incrementado notablemente en el último decenio», período en el que se han creado 437.000 nuevos puestos de trabajo para jóvenes de entre 22 y 29 años, de los cuales un total de 345.000 (un 79%) han sido ocupados por titulados de esta franja de edad, lo que supone un aumento del 58% con respecto a 2013. Del total de empleos netos ocupados por universitarios, un total de 315.000 (un 76%) corresponde, según los datos del estudio, a puestos altamente cualificados.

Las estadísticas de la Fundación BBVA refrendan, asimismo, una caída importante de la tasa de desempleo entre el colectivo, que ha pasado del 29,2% de 2013 a un 12,5% en 2022. También muestran otro aspecto positivo: que el porcentaje de jóvenes titulados con trabajos por debajo de su formación, se ha reducido del 30% al 22% en el mismo período. «La mejora en la ocupación de los universitarios ha tenido dos componentes. Una, el aumento del número de puestos de trabajo y dos, la intensificación mayor de los puestos altamente cualificados, que son los puestos directivos, los de técnicos, científicos y profesionales. En este ámbito, este tipo de empleos ha aumentado en estos 10 años un 76%. Es una cifra muy elevada», señala Francisco Pérez, director de Investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y coautor de U-Ranking.

Otro de los factores que contribuye a la mejoría de algunos aspectos de la inserción laboral es, según señalan los autores de la investigación, ampliar su formación con un máster -estos titulados han duplicado su peso sobre el total de egresados, al pasar de representar un 22% en 2013 a un 42% en 2022-. Sus ventajas con respecto a los estudiantes de grado se observan, sobre todo, en el ajuste del puesto de trabajo al nivel de estudios cursados, y en los salarios obtenidos. Según los datos analizados, la base de cotización media de los másteres es un 11% superior a la de los graduados.

«Ser egresado de máster tiene ventajas, fundamentalmente, en dos aspectos: en el ajuste de su trabajo a lo que sería el nivel de estudios, aproximadamente tienen 12,3 puntos porcentuales por encima de los estudiantes de grado y también los ingresos», señala Joaquín Aldás, investigador del IVIE y coautor de U-Ranking. Precisa que en 2022, los ingresos aproximados por la base media de cotización eran aproximadamente 3.400 euros anuales superiores en máster que en grado.

Por ramas de estudio, las tres cuartas partes de esta creación de empleo se concentran en cinco sectores de actividad: las actividades profesionales, científicas y técnicas (23%), las sanitarias y servicios sociales (21%), la información y las comunicaciones (12%), la industria manufacturera (11%) y la educación (9%). En estos cinco sectores se concentra el 82% de los 315.000 empleos altamente cualificados creados entre 2013 y 2023 para jóvenes universitarios.

Respecto a la brecha de género, los datos confirman que ha desaparecido en cuanto al nivel de inserción pero constatan dos puntos a mejorar: que las mujeres siguen teniendo peores contratos y cobrando menos. Según el informe de la Fundación BBVA, acceden a las universidades con iguales o mejores cualificaciones que los hombres y tienen mejor rendimiento en sus estudios (menos abandono y mayor porcentaje de finalización de sus estudios en la duración teórica de las titulaciones). Por ambas razones, el predominio de las mujeres frente a los hombres entre las personas graduadas es muy nítido (60%-40%). Por contra, las mujeres presentan peores datos en sus bases de cotización (brecha salarial), en el porcentaje de empleos a tiempo parcial, y en el porcentaje de contratos indefinidos (salvo en las ramas de ciencias y artes y humanidades).

«El último decenio ha supuesto un importante proceso de convergencia entre el resultado de inserción laboral de hombres y mujeres, llegando a hacer desaparecer diferencias en indicadores como las tasas de afiliación o el ajuste laboral, que ya son exactamente los mismos en hombres y mujeres. Sin embargo, sí que existen, aunque insisto, se están reduciendo, diferencias en otros indicadores como la base media de cotización, aproximadamente un 6% inferiores en mujeres en el año 2022, en el porcentaje de contratos que son a tiempo completo, casi 9,4 puntos porcentuales inferiores, o en los contratos indefinidos que son, recuerdo, 12,1 puntos porcentuales, insisto, en la última cohorte en 2022«.

En el análisis más detallado de la brecha salarial por titulaciones, el estudio revela que los hombres cobran más que las mujeres en 74 de los 92 campos de estudios para los que se dispone de información sobre bases medias de cotización para ambos sexos. En 57 de esos campos la diferencia salarial es superior a los 1.000 euros anuales a favor de los hombres. La presencia de la mujer es mayoritaria en todas las ramas de enseñanza, excepto en ingenierías y arquitectura.

La titularidad de la universidad (pública o privada) es otro de los factores que se ha tenido en cuenta en el análisis, ya que los egresados de centros privados aventajan en la inserción laboral a los que estudian en universidades públicas en algunos aspectos.

Asimismo, a los cuatro años de graduarse, los egresados de las universidades privadas superan en 12 puntos porcentuales a los de las públicas en porcentaje de ocupados cuyos puestos de trabajo se ajustan a los estudios realizados (72,2% frente a 59,9%). Además, las bases de cotización de los graduados que proceden de centros privados son un 12% más elevadas que las de los estudiantes de universidades públicas (32.433 euros al año, frente a 29.006 euros).