Los pilotos que luchan contra el fuego dicen que el aumento forzoso de horas de vuelo pone en riesgo sus vidas

Esteban Sánchez, secretario general del sindicato, explica a ABC que en ningún momento han sido informados de esta exención, que produce, no sólo un potencial efecto adverso para la seguridad de las operaciones, sino que también afecta directamente a los pilotos.Desde el sindicato alegan que AESA demuestra general desconocimiento en materia «Safety» y en particular, en los efectos negativos de la fatiga sobre la seguridad de las operaciones aéreas, al dejar a criterio de operadores y pilotos, la idoneidad de exceder las horas contempladas en la propia normativa que regula los descansos y actividades: «Parece ser que lo que dice AESA es que es voluntario el hacer ese tipo de exención. No existe ningún tipo de reglamento científico que regule de que manera un piloto o un operador sabe si estos pilotos están con fatiga. Se le hace un test, se le pregunta si está cansado y ya. De esa manera, solo se puede saber si hay fatiga cuando se produzca un accidente«, explica el secretario.

Por el contrario, en el transporte aéreo comercial, si que es obligatorio y se exige que el operador disponga de un Sistema de Gestión del Riesgo de Fatiga (FRM) que esté basado en principios y conocimientos científicos, a pesar de que estos últimos, no están tan expuestos a los peligros que implican la actividad de Trabajos Aéreos.

«Por lo tanto, consideramos que AESA debería ser más exigente con los operadores a la hora de autorizar una exención de este tipo, y no ser tan laxa en sus requerimientos» denuncia el sindicato y recuerda a AESA, que la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) publicó recientemente en su boletín informativo de seguridad, que la situación de falta de personal y servicios en los aeropuertos, que está provocando grandes retrasos y cancelaciones, es mayoritariamente la causante de afectar directamente al nivel de fatiga de las tripulaciones. Y por ello, recomienda a los distintos operadores europeos, la adopción de una serie de medidas relacionadas con las limitaciones de actividad de vuelo para mitigar los efectos y que pide explícitamente a la AESA que «se centre en supervisar la manera en que los operadores garantizan el cumplimiento de los requisitos de actividad y descanso previstos en la norma FTL a la hora de programar las actividades de vuelo».

Otro dato que la Agencia no ha tenido en cuenta, es la temporalidad de los contratos. Un hecho relevante desde el punto de vista de la seguridad, ya que, en este ámbito, el entrenamiento se limita a la campaña de incendios, no como en el caso del Ejército, que cuentan con la posibilidad de entrenarse los 365 días al año para realizar el mismo trabajo. «AESA lo que esta haciendo es colaborar con que las condiciones sean peores. Existen muchos trabajadores que cobran por días, si en 10 días han alcanzado las 80 horas de vuelo serán enviados a sus casas perdiendo 10 días de sueldo viéndose forzados a aceptar la ampliación de 120 horas de vuelo a cambio de su fatiga. En la mayoría de los casos son temporeros, es muy posible que muchos de estos pilotos el resto del año hayan estado recogiendo aceitunas para poder vivir« denuncia Esteban al pedir un protocolo adecuado y asegurando que de esta manera los incendios forestales no llegarían »ni a un 30% de lo que son«.

No obstante, AESA justifica la aplicación de esta medida «excepcional», y sin las garantías suficientes, a que «el fin es participar en la extinción de incendios forestales que se están produciendo en nuestro país, y en los que se están poniendo en riesgo vidas humanas» a lo que el sindicato responde que los pilotos de trabajos aéreos forman parte de esas vidas «humanas», y que, hasta la fecha, las vidas que el fuego se ha cobrado son mayoritariamente de compañeros que se dedican a las labores de extinción de incendios.

Piden, tanto al Estado como a las comunidades autónomas, que se les escuche a las peticiones de reforzar tanto los recursos humanos como los materiales ante esta nueva generación de incendios que están enfrentando: «Estamos habituados al desprecio de todas las instituciones y a las «palmaditas en la espalda» cuando un compañero de extinción de incendios cae en acto de servicio, pero no podemos entender que la principal autoridad que supuestamente se encarga de la seguridad de las operaciones aéreas, AESA, mire hacia otro lado y sea cómplice». El secretario del Sindicato asegura que el siguiente paso será acudir a la EASA para poner fin a esta situación.