El Papa visita la tumba del Rey Balduino y pide recordar su abdicación «ahora que se abren camino leyes criminales»

Francisco no ha precisado si se refería a leyes concretas, algo poco probable. En Bélgica, la eutanasia está en vigor desde el año 2002, y desde 2014 se puede practicar también a menores de edad. Un 3,1% de los fallecimientos en este país en 2023 han sido fruto de eutanasia, 3.423. Algunas asociaciones denuncian que en ocasiones se da por supuesto que el paciente está de acuerdo.

También en Bélgica se ha despenalizado la posesión de hasta 3 gramos de cannabis para uso personal. En cuanto al aborto, es legal en las 12 primeras semanas.

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Javier Martínez-Brocal | corresponsal en el vaticano

En 1990 Balduino decidió renunciar durante unas horas al trono por un conflicto de conciencia, pues no consideraba justo ratificar y que entrara en vigor la ley que despenalizaba el aborto, aprobada por la Cámara y el Senado de Bélgica. Así, el 4 de abril de 1990, delegó sus potestades invocando un artículo de la constitución que evocaba «la incapacidad temporal para reinar del representante de la Corona». Fue un gesto arriesgado porque podría haber perdido la jefatura de Estado.

Para que retomara sus funciones, el 5 de abril la Cámara de Representantes tuvo que votar si consideraba concluido el periodo de «incapacidad para reinar», decisión que obtuvo 245 votos a favor, 93 abstenciones, 57 ausencias y ningún voto contrario.

Para la historia queda la carta que envió al entonces primer ministro Wilfried Martens, en la que solicitaba que se reconociera su derecho a la libertad de conciencia. «¿Sería normal que yo sea el único ciudadano belga al que se le obliga a ir en contra de su conciencia en un asunto esencial?», se preguntaba. «¿Es que la libertad de conciencia existe para todos menos para el rey?», insistía.

Balduino reinó desde 1951 hasta su fallecimiento a los 62 años, el 31 de julio de 1993 en España, en su residencia de verano en Motril (Granada). Uno de sus grandes apoyos fue su esposa, la aristócrata sevillana Fabiola de Mora y Aragón, cuya tumba también ha visto Francisco. Precisamente, Fabiola acompañó en 1995 a su predecesor Juan Pablo II, cuando visitó la tumba de Balduino.

Este sábado el Papa se ha reunido con obispos, sacerdotes y religiosos del país en la basílica del Sagrado Corazón de Koekelberg, que presume de ser la quinta iglesia más grande del mundo. Se trata de un templo imponente, iluminado con vidrieras de art decó, que contrasta con el declive del catolicismo en Bélgica.

«Hemos pasado de un cristianismo establecido en un marco social acogedor, a un cristianismo 'de minorías' o, mejor dicho, de personas que dan testimonio», ha reconocido el Papa en este lugar. Allí ha solicitado a los obispos y sacerdotes que muestren que «en la Iglesia hay lugar para todos y ninguno debe ser fotocopia de nadie. La unidad en la Iglesia no es uniformidad, se trata más bien de encontrar la armonía en la diversidad». También ha dado públicamente las gracias a una voluntaria de un centro de ayuda a víctimas de abusos, por «transformar la rabia y el dolor en ayuda, cercanía y compasión».

Por la tarde, Francisco se ha trasladado a la «Université Catholique de Louvain», en la Valonia, a unos 30 km de Bruselas. En el aula magna de este centro ha hablado a los estudiantes sobre ecología integral.

Durante la visita, ha recibido una carta escrita por 50 estudiantes, con reflexiones sobre su encíclica Laudato si'. Los estudiantes critican que el texto «invisibilice» a las mujeres, pues no cita a ninguna teóloga y le reprochan que la Iglesia católica se limite a «exaltar su papel maternal y prohíba su acceso a los ministerios ordenados». «¿Cuál es el lugar de la mujer en la Iglesia?», le preguntan.

Francisco ha respondido que sobre esta cuestión «pesan agresiones e injusticias, junto con prejuicios ideológicos», y ha invitado a reflexionar sobre el carácter femenino sin contraponerlo al masculino. «Es necesario recuperar el punto de partida: quién es la mujer y quién es la Iglesia. La Iglesia es el pueblo de Dios, no una empresa multinacional», ha comenzado. Ha añadido luego que «lo característico de la mujer, es decir, lo que es femenino, no está establecido por el consenso ni por las ideologías. Y su dignidad está asegurada por una ley originaria, no escrita en el papel, sino en la carne».

«A partir de esta dignidad, común y compartida, la cultura cristiana elabora siempre nuevamente, en los diferentes contextos, la vocación y misión del hombre y de la mujer y su ser recíproco para el otro, en la comunión. No el uno contra el otro, en reivindicaciones opuestas, -el feminismo y el machismo- sino el uno para el otro», ha añadido. «Es feo cuando la mujer quiere hacer el hombre, la mujer es mujer«, ha agregado. Y ha recordado como otras veces que «la Iglesia es mujer, no varón».

Su respuesta no ha convencido a la universidad UC Louvain, que nada más marcharse Francisco ha publicado un comunicado tomando las distancias y calificando las palabras del Papa. Critican en concreto que el Papa haya dicho que «la mujer es acogida fecunda, cuidado, entrega vital». La consideran una «posición determinista y reductiva».

Curiosamente, el discurso a los estudiantes tenía ecos ratzingerianos. Era una invitación a no ceder al relativismo intelectual, «pues sin la verdad, nuestra vida pierde sentido». «Estudiar tiene sentido cuando busca la verdad, y buscándola se comprende que estamos hechos para encontrarla. La verdad se deja encontrar; es acogedora, disponible, generosa. Si renunciamos a buscar juntos la verdad, el estudio se convierte en un instrumento de poder, de control sobre los demás».