El Papa Francisco pide la completa abolición de la pena de muerte

En 2018 el Papa modificó el texto del Catecismo de la Iglesia católica para precisar que la pena de muerte es en todos los casos sin excepción «inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona».

A través de un video mensaje difundido este miércoles por la «Red Mundial de Oración del Papa», Francisco asegura que «para la Iglesia es un signo de esperanza que cada día crece más en todo el mundo el 'no' a la pena de muerte».

«Desde un punto de vista jurídico, la pena de muerte no es necesaria. La sociedad puede reprimir eficazmente el crimen sin quitar definitivamente a quien lo cometió la posibilidad de redimirse», explica ahora el Papa Francisco. Asegura que además «la pena capital no ofrece justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza y evita toda posibilidad de deshacer un posible error judicial».

Explica que, en términos morales, «la pena de muerte es inadecuada porque destruye el don más importante que hemos recibido: la vida». La visión cristiana del pecado y del pecador subraya que «siempre, en toda condena, debe haber una ventana de esperanza», y en estos casos, «hasta el último momento, una persona puede convertirse y puede cambiar».

«Pido a todas las personas de buena voluntad que se movilicen para lograr la abolición de la pena de muerte en todo el mundo. Recemos para que la pena de muerte, que atenta contra la inviolabilidad y dignidad de la persona, sea abolida en las leyes de todos los países del mundo», concluye el Pontífice.

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La pena de muerte ha sido ya abolida en 108 países, pero otros 60 han suspendido las ejecuciones o impuesto moratorias en su aplicación. Se sigue aplicando en 55 países.

Amnistía Internacional contabilizó 579 ejecuciones a lo largo del año 2021, un 20% más que en 2020. Se produjeron en 18 países, la mayoría en China, Irán, Egipto, Arabia Saudí y Siria. La organización no dispone de datos completos sobre condenas y ejecuciones en China, Corea del Norte y Vietnam, donde teme que fuera aplicada a miles de personas. Asegura además que a finales de 2021 había en todo el mundo 28.670 personas condenadas a muerte en espera de ser ejecutadas.