El Papa confía a un economista español las finanzas del Vaticano

Maximino Caballero es laico y ocupaba, hasta ahora, el segundo puesto en la Secretaría para la Economía

Sustituye al jesuita español Juan Antonio Guerrero, que renuncia al cargo por problemas de salud

Juan Antonio Guerrero, a la izquierda, y Maximino Caballero, derecha, en una visita al Vaticano del alcalde de Mérida, Antonio Osuna @ayto_merida

Javier Martínez-Brocal

Corresponsal en el Vaticano

El Papa confía de nuevo las finanzas del Vaticano a un español, pues este miércoles ha renunciado al cargo «por motivos personales» el jesuita de Mérida Juan Antonio Guerrero Alves, tras casi tres años al frente de la Secretaría para la Economía. Francisco ... lo sustituye por su principal colaborador, Maximino Caballero Ledo.

Guerrero ha explicado a su equipo que se trata de problemas de salud. Aunque la Oficina de Prensa vaticana no menciona el motivo de la renuncia, añade que «el Santo Padre le asegura sus oraciones».

La renuncia entra en vigor este mismo jueves 1 de diciembre. Como homenaje, el Papa Francisco ha solicitado explícitamente que el comunicado oficial incluya que «agradece calurosamente al padre Guerrero la dedicación mostrada en su servicio a la Santa Sede». Además, subraya que ha «conseguido poner en orden el departamento de economía, un trabajo duro y exigente que ha dado muchos frutos».

En una carta de despedida a sus colaboradores, Guerrero Alves menciona que este año le operaron y que está siguiendo un tratamiento médico cuyos efectos secundarios le dificultan el gobierno de este departamento. También confiesa que dadas las circunstancias se marcha «con tristeza, pero también con una inmensa gratitud al Señor, al Santo Padre y a todos vosotros y con la satisfacción de que juntos hemos hecho una contribución a la reforma económica pedida por el Papa Francisco».

«Hemos ayudado a fijar reglas más claras (en cuestiones económicas y financieras en la Santa Sede), pero todavía hay muchas cosas por hacer: centralización de inversiones, mayor regulación y simplificación de los procesos de contratación, para hacerlos más transparentes y ágiles; la puesta en marcha de la Dirección de Recursos Humanos, que es un nuevo reto para mejorar las condiciones y el clima de trabajo en la Santa Sede; la planificación de un mayor uso de los procedimientos informatizados», explica.

Como balance, reconoce que en el camino han constatado «avances y retrocesos, pero a lo largo de los años vemos un progreso real. No estamos ahora en el mismo punto en el que empezamos». Les recuerda que «ser un órgano de control siempre significa estar en una posición molesta para los controlados». Por eso, les aconseja trabajar «con humildad y espíritu de servicio y colaboración con las demás instituciones curiales. La economía debe ser siempre servidora, nunca ama, y más en una institución como la Santa Sede».

Efectivamente, la Secretaría de la Economía es uno de los departamentos que más problemas ha creado al Papa Francisco y a sus predecesores, y durante la gestión de Juan Antonio Guerrero Alves, le ha dado una tregua.

Guerrero Alves ha conseguido por ejemplo elaborar un código que marca las reglas en materia de adquisiciones y obras públicas en el Vaticano, para evitar corruptelas. También, otro para centralizar las inversiones financieras de los departamentos del Vaticano, tanto para evitar derroches como para que no se contribuya a sectores que contradigan la ética cristiana, que ahora debe aplicarse.

Además, ha rediseñado los presupuestos de la Santa Sede para que no se vean sólo en perspectiva de ingresos y gastos, sino teniendo en cuenta su «misión», desde las obras de caridad hasta la difusión del mensaje del Papa.

El Papa apreció que cuando este sacerdote aceptó ser prefecto, puso como condición no ser ordenado obispo ni nombrado cardenal, para poder regresar serenamente a sus encargos habituales cuando concluyera su misión en el Vaticano.

Lo sustituye su brazo derecho, Maximino Caballero Ledo, quien desde agosto de 2020 ha hecho un trabajo impecable como secretario general de este departamento. Es también extremeño y amigo de infancia de Guerrero Alves, está casado, tiene dos hijos y cumplirá 63 años en unas semanas. Estudió Economía en la Universidad Autónoma de Madrid y hizo un MBA en el IESE de Barcelona.

Cuando el Papa le fichó, Caballero trabajaba como alto ejecutivo de Baxter Healthcare Inc., una compañía de EE.UU. experta en productos del sector biomédico, por ejemplo, para cuidados intensivos y quirófanos.

Como prefecto, ahora toma el mando de la Secretaría para la Economía, que «ejerce el control y la vigilancia en materia administrativa, económica y financiera sobre las instituciones curiales, oficinas e instituciones vinculadas a la Santa Sede», y «sobre el Óbolo de San Pedro y sobre los demás fondos papales».

En estos dos años y medio que lleva en el Vaticano, se ha ganado el respeto de la Curia. Ahora necesitará también una buena dosis de paciencia para no perder la calma entre «avances y retrocesos».

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios