Faltan 5.000 médicos para evitar el colapso de los centros de salud
Las comunidades con paros convocados reclaman más recursos para la Atención Primaria y la garantía de un «tope» de 34 pacientes por jornada
Cataluña, Madrid, Andalucía, Navarra, Extremadura y la Comunidad Valenciana siguen con las movilizaciones tras fracasar las negociaciones con la Administración
Barcelona
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Iniciar sesiónLos cimientos del bienestar sanitario se tambalean. La Atención Primaria, puerta de entrada al sistema público de salud y dique de contención contra la saturación de las urgencias hospitalarias, lleva años castigada por la infrafinanciación y el aumento de la presión asistencial. La ... pandemia precipitó en 2020 la crisis sobre la que los expertos llevaban décadas advirtiendo. Ratios de más de 70 pacientes al día y jornadas de hasta 45 horas semanales para unos profesionales que hace meses ya traspasaron «sobradamente» el límite de sus capacidades.
La 'Cenicienta' del sistema sanitario público está «enferma» y los médicos de las comunidades más pobladas de España -representan más del 60 por ciento de la población española- se han plantado ante la «insostenible» situación. Madrid prendió la llama de las movilizaciones en noviembre de 2022 y sigue en pie de guerra. Otras comunidades, como Cataluña, la Comunidad Valenciana, Andalucía, Navarra o Extremadura, siguen su estela y han convocado también paros para las próximas semanas como «ultimátum» a la Administración. Cantabria está estudiando reactivarlos ante la falta de respuesta de las autoridades sanitarias y Aragón las desconvocó el miércoles tras alcanzar un principio de acuerdo con la Consejería de Salud. Antes, se desactivaron en Baleares y Canarias.
En todos los territorios subyacen problemas comunes: la elevada presión asistencial y la «extrema» degradación laboral como consecuencia de la falta de inversión en el sistema. Las comunidades que han optado por las movilizaciones reclaman unos 5.000 facultativos más en conjunto para poder garantizar una asistencia de calidad. Quieren también que aumenten las partidas para esta especialidad y que las ratios de pacientes no superen el límite de 34 diarios, según datos facilitados por la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), el Sindicato Médico Andaluz (SMA) y CSIF. Las protestas, que amenazan con paralizar la primera línea de fuego de la sanidad pública llegan en un momento de máxima fragilidad asistencial, con los ambulatorios y las urgencias saturadas por el impacto de los virus respiratorios y el Covid-19.
En España hay 36.075 médicos de familia, pero solo Castilla-La Mancha alcanza la ratio de un médico por mil habitantes
Según datos facilitados por el Ministerio de Salud, en España hay 43.159 facultativos en la Atención Primaria (36.075 de ellos médicos de familia). La ratio de profesionales por cada 1.000 habitantes se sitúa en todas las comunidades por debajo de un médico, excepto en Castilla-La Mancha (1,1). CSIF cifra en 9.000 los que se necesitarían de más para resolver la situación precaria en la que se encuentra la especialidad. El jueves, el sindicato envió una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emplazándole a liderar un pacto de Estado y «a convocar de forma urgente el Consejo Interterritorial de Salud para estudiar el déficit de personal, el colapso de la Primaria y la saturación de los hospitales».
Cataluña
Precariedad y 9.000 jubilaciones a la vista
Cataluña será la primera comunidad en seguir los pasos de Madrid. Tras no alcanzar ningún acuerdo en la reunión mantenida el pasado miércoles con la Consejería de Salud -este lunes tiene otra agendada-, la sanidad catalana mantiene su calendario de movilizaciones que arrancarán los próximos días 25 y 26 de enero y seguirán el 1, 2 y 3 de febrero. Un total de 25.000 profesionales de la sanidad pública y concertada están llamados a secundar la huelga convocada por el sindicato Médicos de Cataluña (MC) contra la «degradación de la especialidad». «El sistema sanitario se encuentra en una pendiente sin frenos», advirtió el secretario general de MC, Xavier Lleonart, durante la presentación de los paros.
El sindicato alerta de las «condiciones indignas para poder trabajar» de los facultativos de la comunidad, con ratios que superan los 60 pacientes al día, y personal facultativo que trabaja más de 40 horas semanales. Las ratios se disparon a partir de la pandemia cuando hubo una contratación extraordinaria de 1.500 facultativos (de todas las especialidades), muchos de ellos estudiantes sin título de especialidad, y otros ya jubilados. Médicos de Cataluña advierte, asimismo, de la fuga de talento al extranjero o a la privada, de las jubilaciones que se producirán en los próximos años (un total de 9.000 en la próxima década), y de la desafección de los profesionales por la precariedad laboral, lo que creen que llevará en 5 o 6 años a una «sanidad de beneficencia». Según los datos que maneja la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC), en Cataluña faltarían unos 1.000 médicos de familia más, facultativos que, según afirma el presidente de la CAMFiC, Antoni Sisó, «no se pueden fabricar de golpe».
Jordi Aparicio es uno de los cerca de 6.000 galenos de centros de salud catalanes que la próxima semana harán oír su voz en la calle. «No tenemos otra opción que las movilizaciones», precisa el facultativo en declaraciones a este diario. Lleva 27 años trabajando como médico de familia en el centro de atención primaria Sant Llàtzer de Tarrasa (Barcelona). «Quiero ser médico desde los cinco años y no me planteo abandonar, aunque en la sanidad se han traspasado todos los límites y el paciente ya sufre la situación», denuncia Aparicio, que ha visto en sus casi 30 años de ejercicio como el sistema público catalán se precipitaba hacia «un punto de difícil retorno» como consecuencia del «tijeretazo sanitario» de 2011, la falta de inversión de la última década, y la «estocada fatal» de la pandemia. «Cuando empecé a ejercer atendía a unos 25-30 pacientes por día. Después de la pandemia nos fuerzan a asistir a entre 40 y 50», asegura. «A veces se nos colocan hasta diez visitas no presenciales en la misma hora. Nos resulta difícil hacer nuestro trabajo de la forma que se merece el paciente y la situación empeora de forma exponencial», denuncia Aparicio.
Comunidad Valenciana
Déficit de médicos y falta de planificación
La Comunidad Valenciana también se ha plantado ante la degradación de la medicina de familia y ha convocado protestas para los próximos días 6 de marzo, 3 de abril y 8 de mayo tras aplazar la movilización que tenía prevista para el pasado 17 de enero. En la Comunidad, 6.000 de los alrededor de 9.000 contratos Covid que se hicieron por la pandemia se convirtieron en nuevas plazas estructurales desde mayo del año pasado. De éstas, 1.600 fueron para Atención Primaria. En concreto, según anunció la Generalitat, 310 se destinaban a médicos de familia. No obstante, los sindicatos insisten en que todavía existen problemas en el dimensionamiento de la plantilla de facultativos en algunos servicios como urgencias o geriatría y dificultades para cubrir las plazas creadas en pediatría de Primaria y medicina de familia, entre otras especialidades.
El sindicato CESM-CV, convocante de la huelga, ha exigido un aumento de 180 médicos de medicina familiar y 50 pediatras de Atención Primaria. En total, 230 profesionales más en los centros de salud, informa Toni Jiménez. El sindicato CC.OO. ve también con preocupación los problemas que pueden venir a corto plazo por «la falta de previsión para formar al personal -en referencia a la oferta de plazas MIR- de cara al relevo generacional» ante las jubilaciones que se avecinan.
Madrid
Punta de lanza de las movilizaciones
La Comunidad de Madrid ha sido punta de lanza de las protestas en los centros de salud. Arrancó las movilizaciones en noviembre para reclamar una mejora de las condiciones para los profesionales de la medicina de familia y también de los de las urgencias hospitalarias. La huelga en la Atención Primaria es ya indefinida, en un conflicto con derivadas políticas, denuncia la presidenta Ayuso. Según los convocantes, la razón de los paros es la disparada presión asistencial con agendas de hasta 70 pacientes diarios. El sindicato convocante de las protestas Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores en Madrid) reclama reducir a 34 la cifra de pacientes diarios y más inversión en la especialidad. Urge también a que se cierre un «plan de choque real» para reflotar la situación en la Atención Primaria. Sus reivindicaciones se centran en «limitar la sobrecarga laboral y garantizar visitas de al menos 10 minutos por paciente; aumentar las retribuciones e incentivar y hacer atractivos los puestos de tarde». La Comunidad contrató en 2020 a 11.224 profesionales sanitarios con motivo de la pandemia, de los cuales 1.067 eran facultativos. La mayoría de ellos, según las centrales, no renovaron contrato.
Andalucía
Sesenta pacientes al día y 5 minutos de visita
Andalucía está también en la trinchera contra la precarización de la medicina familiar. El Sindicato Médico Andaluz (SMA), convocante de un paro para el 27 de enero, confía en que las autoridades sanitarias hagan un gesto de última hora para desbloquear el conflicto. El déficit de profesionales (las centrales cifran en 1.500 los médicos que se necesitan para mejorar la situación), la presión asistencial (agendas con ratios de entre 50 y 60 pacientes diarios) y la precariedad laboral centran las reivindicaciones del sindicato. Rafael Carrasco, presidente del SMA, destaca la sobrecarga asistencial como cuestión nuclear para «dignificar» la profesión y mejorar «la calidad asistencial».
«En Andalucía hay una distribución muy desigual de la población. En algunos centros los médicos de familia pueden dedicar 10 minutos a un paciente y en otros el tiempo se reduce a cuatro minutos», señala Carrasco. Recuerda que las reivindicaciones del sindicato para desactivar las movilizaciones se centran en tres: «No superar la ratio de 35 pacientes por día (médicos de familia) y 25 pacientes por día (pediatras); acabar con las agendas paralelas que duplican la carga asistencial y permitir a los profesionales poder trabajar de forma remunerada por las tardes». «Si ves a 60 pacientes al día y solo les dedicas 5 minutos, 40 de ellos vuelven a pedir cita porque no les resuelves el problema», asegura.
«Cuando entro por la puerta de mi casa estoy tan cansada que no soy capaz de pensar. A veces solo he ingerido un yogur»
La doctora Ana M. P. (no quiere dar el nombre real por miedo a represalias), de 55 años, lleva en activo desde 2002. Ejerce en un centro de salud de Málaga desde hace tres años. Su experiencia da fe de las «consecuencias nefastas» que ha tenido en la profesión la falta de planificación y de inversión en esta especialidad. Muchos días de la semana sobrepasa holgadamente su horario (de 08.00 horas a 15.00 horas) debido a las visitas no agendadas a las que tiene que hacer frente.
«Casi nunca desayuno. Me tomo un yogur corriendo en la consulta cuando hago un paro para ir al baño. Muchas veces es lo único que ingiero hasta que llego a casa», confiesa a este diario la facultativa. «Cuando entro por la puerta de mi casa estoy tan cansada que no soy capaz ni de pensar. Este ritmo afecta a tu vida familiar y a tu capacidad de formarte», denuncia. Cuando acaba su «extenuante» jornada laboral su mente sigue conectada. «Pese al esfuerzo que hago, tengo la sensación de que me he dejado de hacer cosas y eso psicológicamente me afecta», alega.
Aragón
Aparca los paros tras un pacto «in extremis»
En Aragón se ha firmado un armisticio, al menos por ahora. Sindicatos médicos y el Servicio Aragonés de Salud cerraron esta semana un acuerdo que neutralizó la huelga fijada para los días 23 y 24 de este mes. Las centrales consideran que se han admitido las principales reivindicaciones que presentaron, entre ellas limitar las agendas a 35 pacientes y las de los pediatras a 28, y aumentar progresivamente el presupuesto global para la especialidad. Desde la CESM cifran en 130 los médicos que hacen falta en este territorio para garantizar la calidad asistencial.
Durante la epidemia tampoco se cuidó a la especialidad. «No se contrató específicamente a ningún médico más en tierras aragonesas. En algunos casos, se cambió un tipo de contrato precario por otro menos precario. La única contratación, si podemos llamarla así, fue la prolongación de servicio de los médicos a punto de jubilarse o la incorporación de algunos que ya estaban jubilados», afirma a ABC el presidente de Semergen-Aragón, Ángel Vicente.
Pilar Gonzálvo, médico de familia desde hace 20 años, estaba dispuesta a ir a la huelga. Esta profesional de la Primaria lidia diariamente con agendas de entre 40 y 50 pacientes. Entre la Nochebuena y la Nochevieja de 2021, llegó a una situación límite con 114 pacientes asistidos en solo 12 horas. Gonzálvo se resiste a «dejar de hacer las cosas bien» pese a lo adverso de la situación, aunque sea a costa de su salud física y psicológica. «Sigo llamando a mis pacientes para ver cómo siguen, aunque reconozco que es complicado», dice la especialista. «Hay que hacer algo, primero por nosotros, pero también por los pacientes y para salvar la Atención Primaria», arguye Gonzálvo, quien critica la falta de planificación de la Administración. «Faltan médicos y faltarán más con las jubilaciones, y no lo han previsto con el agravante de que un médico no se forma en un año», precisa.
Extremadura
Lucha para dignificar la especialidad
Otro territorio con las espadas en alto es Extremadura. El Sindicato Médico de Extremadura (Simex) fijó huelga para los próximos 26 y 27 de enero en la comunidad. Las reivindicaciones son similares a las del resto de territorios: sobrecarga laboral con agendas de hasta 70 pacientes diarios y más recursos. Exigen también la «dignificación» de la profesión mejorando las condiciones laborales para hacer atractiva la especialidad y evitar deserciones. Las centrales estiman en 400 el déficit de médicos de primaria.
Navarra
«Medidas urgentes» contra la saturación
Por último, los profesionales de Navarra decidirán en los próximos días qué hacer con la huelga que tienen prevista para el próximo 1 de febrero. Reclaman medidas urgentes para resolver la saturación de los centros de salud y mejorar las condiciones de trabajo. El Sindicato Médico de Navarra (SMN) calcula en unos 75 los médicos necesarios para que la situación se encauce.
Mientras tanto, en Cantabria se plantean reanudar las movilizaciones si la Administración no responde a sus demandas y se cierra un pacto como en Baleares y Canarias.
La Atención Primaria está enferma y los sindicatos tienen clara la receta que podría evitar que empeore su cuadro: dimensionar las plantillas. CSIF cifra en 9.000 los médicos que se se necesitan en toda España para sanar a la especialidad.
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Fernando Hortangas, presidente de Sanidad del sindicato, sabe, sin embargo, que es una solución a corto plazo. «Hemos pedido al presidente del Gobierno un pacto de Estado para resolver definitivamente el problema. Sin él, las soluciones son solo parches que no atacan el fondo del problema», concluye.
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