Oklahoma abre la puerta a los colegios concertados religiosos en EE.UU.
El estado acaba de autorizar un centro católico, dentro de una tendencia creciente a dedicar dinero público a la educación privada
«Los obispos y la polarización social», por José Francisco Serrano Oceja
Una reunión del Consejo de Colegios Concertados Oklahoma, del pasado abril, en la que se discutió sobre la creación del centro católico
No hace mucho que la idea de un colegio financiado con dinero público -como ocurre con muchos centros concertados en España- era una planteamiento irrealizable en EE.UU. Aunque las referencias religiosas están muy presentes en la vida pública de la primera potencia ... mundial -desde el 'In God We Trust, el lema del país, a las alusiones a Dios en las juramentos de cargos-, la separación entre Iglesia y Estado se mantiene cuando toca el bolsillo de los contribuyentes.
Pero las cosas están cambiando en la educación de EE.UU. Esta semana se ha producido un hito en ese sentido: la autorización del primer centro educativo religioso financiado con dinero público. Se trata de un 'charter school' católico en Oklahoma, que empezará a funcionar en el otoño de 2024 de manera virtual.
Los 'charter school' son un formato similar al de los colegios concertados. Son autónomos, no dependen del distrito escolar de su zona, pero operan con dinero público. Deben presentar resultados a las autoridades, pero gozan de flexibilidad organizativa y mayor independencia en la elaboración del curriculum y la forma de impartir clase.
Una fórmula alternativa
Es un concepto reciente: arrancaron en Minnesota a comienzos de la década de 1990 y, desde entonces, se han extendido por todo el país, como una fórmula alternativa para las familias que desean otras opciones que el centro público de su distrito.
Después de un proceso de muchos meses, el Consejo Estatal de Colegios Concertados Virtuales de Oklahoma votó a favor de dar luz verde a la puesta en marcha de un centro que será operado por la Archidiócesis de Oklahoma City -la mayor ciudad del estado- y la Diócesis de Tulsa, la segunda mayor ciudad. Era una votación que tenía pendiente a buena parte del sector educativo de EE.UU. y a los activistas tanto de la libre elección de centro como a los defensores a ultranza de la educación pública. La autorización se concedió por tres votos a favor y dos en contra, después de tres horas de discusión. El centro se llamará Colegio Virtual San Isidoro de Sevilla e incluirá formación religiosa en su currículum.
«Esto es una victoria para la libertad religiosa y para la libertad educativa», celebró el gobernador de Oklahoma, el republicano Kevin Stitt, defensor del proyecto y que tiene la prerrogativa de nombrar a los miembros del consejo que tomó la decisión.
«Esto es una victoria para la libertad religiosa y la libertad educativa»
Kevin Stitt
Gobernador de Oklahoma
Está por ver si el San Isidoro de Sevilla ve la luz en otoño del año que viene. La autorización es solo el comienzo de una batalla judicial que se espera larga y que podría llegar hasta el Tribunal Supremo de EE.UU. La organización Estadounidenses Unidos por la Separación de Iglesia y Estado ya ha anunciado que tomará «todas las acciones legales posibles para combatir esta decisión y defender la separación de iglesia y estado que establecen tanto la constitución de Oklahoma como la de EE.UU.»
También mostró su posición contraria el fiscal general de Oklahoma, Gentner Drummond: «Es muy decepcionante que los miembros del consejo violaran su juramento y aprobaran la financiación de colegios religioso con nuestros impuestos».
La decisión se enmarca en una tendencia creciente a permitir que haya dinero público en la educación privada. Es imposible separarlo del giro conservador que tomó el Tribunal Supremo durante el mandato de Donald Trump, que tuvo la oportunidad de colocar a tres de sus nueve magistrados.
En los últimos años, el Alto Tribunal ha emitido tres sentencias que muestran un espíritu acomodaticio de la Primera Enmienda, la que establece la libertad de expresión y de confesión, frente al llamado «muro de separación» entre Iglesia y Estado que se ha defendido de manera tradicional, siempre que las autoridades no favorezcan a una confesión frente a otras.
El año pasado, por ejemplo, los magistrados hicieron esa interpretación en un caso en Maine, un estado con baja densidad de población, donde el Gobierno da dinero a las familias con pocas opciones de centros educativos para que los lleven tanto a un colegio público como a uno privado, siempre que sea secular. El Supremo dictó que los padres que no tuvieran un centro público cerca también podrían enviarlos con ese dinero a un centro privado religioso.
El colegio católico de Oklahoma es un hito, pero el dinero público ha entrado en la educación religiosa desde hace tiempo. Es conocido que muchos centros privados religiosos reciben dinero público de manera indirecta, por ejemplo, en forma de subvenciones (en el caso de las 'yeshiva' de Nueva York, donde la comunidad ultraortodoxa es un bloque de votos muy demandado, lo hacen a espuertas y sin apenas control de las autoridades).
Cheques escolares
Pero cada vez hay más posibilidad de hacerlo de forma directa por parte de las familias, a través de cheques escolares. Arizona, por ejemplo, ha establecido desde el año pasado un sistema por el que los estudiantes que optan por centros privados, incluidos los religiosos, reciben 7.000 dólares para pagar la educación (casi lo mismo que el estado se gasta por estudiante en los centros públicos).
Es un sistema que este año también han adoptado Iowa y Utah y que ya han propuesto los gobernadores -todos republicanos- de Arkanas, Carolina del Sur, Virginia y la propia Oklahoma.
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Pero si el colegio San Isidoro de Sevilla acaba siendo una realidad, el cambio en la educación estadounidense podría ser sistémico. En la actualidad, el 8% de los centros educativos de EE.UU. son 'charter schools'. Si a las confesiones religiosas se les permite acceder a la misma financiación que los centros públicos sin renunciar a a su formación confesional, la expectativa es que en el futuro haya muchos más.