El obispado de Barbastro rompe la negociación con el Opus Dei y deja «en manos de la Santa Sede» la solución al conflicto de Torreciudad

Según el mismo texto, «la solicitud de intervención, que se trasladó la semana pasada a la Secretaría de Estado y al Dicasterio para el Clero, documenta la relación contractual sobre este enclave diocesano desde 1962». También recuerda que en estos cuatro años de negociación, desde que en 2020 se planteara por parte de la prelatura una actualización del estatus jurídico del lugar para que fuera reconocido como santuario, no ha sido posible alcanzar un acuerdo, a pesar de lo cual, desde el obispado manifiestan «plena confianza en alcanzar la resolución de este asunto» que constituye, «una oportunidad para regularizar el estatus de Torreciudad y erigirlo, canónicamente, como santuario».

La nota del obispado ha sorprendió al Opus Dei, que en un comunicado emitido a última hora de la tarde de miércoles, ha reconocido haber «conocido hoy por los medios de comunicación la noticia». En su texto reiteran su «disposición al acuerdo, dentro de los márgenes que ha considerado avalados por el derecho civil y canónico», aunque lamentan que «esa voluntad no ha encontrado la correspondencia que cabría esperar, tras la negativa de la diócesis a alcanzar ningún acuerdo salvo la aceptación de sus propios términos».

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En ese sentido acusan al obispado de tratar de imponer un propuesta de estatutos -para la erección de Torreciudad en santuario diocesano-, diferente a la que había sido pactada antes entre ambas partes. En concreto señalan que el Opus Dei «facilitó su propuesta de estatutos del santuario a la siócesis el 30 de agosto de 2023 y recibió respuesta seis meses después mediante la convocatoria de una reunión técnica en el mes de marzo, que resultó satisfactoria para ambas partes». Sobre aquella propuesta, el obispo había manifestado públicamente que la estudiaría «con diligencia y cariño».

Sin embargo, según señala la comunicación del Opus Dei, «en una reunión posterior del 30 de junio la diócesis entregó un borrador que cambiaba algunos de los puntos más importantes acordados con anterioridad». La nota no especifica los motivos del desencuentro pero, según ha podido conocer ABC, se centran en la ubicación de la imagen de la Virgen -la diócesis reclama que vuelva a la antigua ermita- y en la potestad del obispo para nombrar rector del santuario.

Como ya adelantó este diario, el recurso a Roma del obispado, que rompe de momento las negociaciones con el Opus Dei, se produce después de varias reuniones en las que el acuerdo parecía posible. De hecho, tras la de marzo, el conflicto parecía cercano a su resolución después de que hubiera «cesiones por ambas partes». Por una parte, el obispado olvidaba su pretensión de recibir un canon por cada peregrino, mientras que el Opus Dei renunciaba a la cesión a perpetuidad de la ermita antigua, tal como recoge el acuerdo inicial de 1962.

Como sostiene el Opus Dei, en la reunión de junio los términos acordados habían cambiado. Un extremo que la diócesis no confirma y se limita a afirmar que «el Opus Dei se negó a firmar la propuesta de estatutos». Según ha podido conocer ABC de fuentes cercanas al caso, además de las discrepancias sobre la vuelta de la talla de la Virgen a la antigua ermita, a la que se niega el Opus Dei alegando razones técnicas, también está en juego la fórmula para elegir al rector. El derecho canónico establece que el nombramiento corresponde al ordinario del lugar (el obispo), aunque el Opus Dei, propietario del nuevo santuario, reclama el derecho de presentación de una terna de nombres, de la que elija el obispo, quien, por contra, prefiere escoger libremente.

El pasado domingo el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, presidió por segundo año consecutivo la fiesta mariana de las familias que tradicionalmente reúne a unas diez mil personas a principios de cada septiembre. Normalmente, desde Torreciudad se invita a un obispo distinto cada año aunque en este caso fue el propio Pérez-Pueyo quien pidió volver a presidir el evento. Este año, la intensa lluvia impidió el éxito de ediciones anteriores y los asistentes apenas llegaron a los tres mil.

Son varias las ocasiones en que, después de iniciado el conflicto, el obispo ha presidido la eucaristía en Torreciudad. A la de la fiesta de las familias del año pasado se suma la de de la Inmaculada Concepción de 2023, en la que aprovechó el momento para anunciar que se había reunido con el Dicasterio del Clero en el Vaticano y que Torreciudad pasaría a ser «un santuario diocesano cuando así sea procedente». Sin embargo, este domingo Pérez Pueyo no ha hecho ninguna referencia al problema, a pesar de que sus reuniones y la petición a la Santa Sede se habían hecho unos días antes, la semana pasada, según reconoce el obispado.

El conflicto entre el Opus Dei y la diócesis por el control de Torreciudad saltó a la luz pública en julio de 2023 cuando, el obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo, nombró como rector del santuario al sacerdote diocesano José Mairal Villellas, con el objetivo «del cuidado pastoral y ministerial hasta que se regularice la situación canónica existente entre ambas instituciones». Una decisión sorprendente, pues hasta ese momento todos los rectores de Torreciudad habían sido sacerdotes de la prelatura y que desvelaba la disputa entre ambas entidades sobre cuál debía ser el estatus de Torreciudad, dónde debía ubicarse la imagen original de la Virgen y en quien recaía la responsabilidad pastoral del lugar.

En 1962 la diócesis de Barbastro cedió al Opus Dei a través de un acuerdo enfitéutico -a cambio de un canon anual- la antigua ermita de Torreciudad vinculada espiritualmente al fundador de la Obra, José María Escrivá de Balaguer, desde que fue llevado en peregrinación por su padres cuando era un niño como promesa después de superar una grave enfermedad. Más tarde, en 1975, el Opus Dei a unos metros de la iglesia original, construyó un nuevo recinto al que trasladó la imagen original de la Virgen. Desde 1962, el canon anual fijado en el acuerdo original de 3.200 pesetas sólo se ha actualizado para convertirlo a euros y desde 2002 el Opus Dei ingresa 19,23€ cada año en la cuenta del arzobispado.

Casi medio siglo después de su consagración, tampoco el estatus canónico del nuevo templo parece acorde a la realidad pastoral que se vive en el lugar, que recibe más de 200.000 peregrinos cada año. Desde su fundación es considerado de oratorio semiprivado, el mismo que las capillas de los casas de espiritualidad o de religiosos. De ahí, que en el año 2020 fuera el propio Opus Dei quien pidiera al obispo que lo elevara a santuario.

Sin embargo ese cambio de estatus implica la aprobación de unos nuevos estatutos y que tanto la responsabilidad última de la actividad pastoral como de nombrar rector recaiga de forma directa en el obispo. En la negociación, la diócesis reclamó la actualización del contrato de cesión original, que consideraba agotado y reclamó cambios como que la imagen de la Virgen fuera restituida a su lugar original en la ermita antigua e imponer un canon por peregrino de unos 3 euros, lo que supondría unos 600.000 euros anuales.