«Mesa gitana»: dos jóvenes denuncian el trato discriminatorio de una pizzería de Huesca

Muy enfadadas, regresaron a la pizzería y pidieron hablar con la encargada, que al saber lo ocurrido les pidió disculpas. Aun así, las chicas solicitaron el libro de reclamaciones y presentaron la queja formalmente. El padre y tío de las chicas, Manolín Giménez, que además es el prior de los gitanos de la ciudad oscense, comenta que esta «etiqueta» las indignó, y que el resto de las mesas estaban identificadas con números.

La familia espera ahora que al hacerlo público no vuelvan a ocurrir este tipo de comportamientos discriminatorios, «porque no es una cosa de buen gusto en absoluto que te traten así de mal», afirma el padre, quien asegura que nunca antes habían afrontado un mal trato de estas características en Huesca.

Desde la Fundación Secretariado Gitano, que además preside en el Estado actualmente la diputada de Cs Sara Giménez, residente y oriunda de Huesca, se ha mostrado su apoyo a las familias de las dos chicas y confían en que «este tipo de cosas no vuelvan a ocurrir».

El coordinador provincial de la entidad, Eduardo Julián Pascual, acusa al establecimiento y sus trabajadores de un comportamiento racista y discriminatorio porque «no es aceptable segregar o identificar a nadie por pertenecer a una etnia o a un colectivo o por tener unas características físicas determinadas», señala, si bien ha querido destacar que Huesca es una ciudad tolerante y que nunca habían tenido que sortear una denuncia de estas características.

 La pizzería es de la cadena Domino's y al conocerlo, se puso en contacto con el padre de una de las jóvenes para solucionar el problema y disculparse. Desde la empresa, Alsea en España, comunican su lamento por lo sucedido y explicita que condena y rechaza "el trato discriminatorio recibido por estas dos clientas y expresa sus más sinceras disculpas, a las personas afectadas y al conjunto de la comunidad gitana, ante la inaceptable actitud de uno de los empleados del grupo".

Además, resalta que "el episodio se trata de un hecho absolutamente puntual, que no refleja los valores de la compañía ni la dinámica de trabajo en las tiendas de todas las marcas del grupo". La compañía afirma estar investigando los hechos y anuncia que tomará las medidas oportunas para esclarecer si existe un caso de mala praxis por parte de alguno de sus empleados y para evitar que este tipo de acontecimientos se repitan en el futuro.

Las dos clientas de la pizzería no han denunciado el hecho a la Policía ni a la Guardia Civil, pese a que podría ser constitutivo de un delito de odio.