No «nuestra» Iglesia, sino «Su» Iglesia
«La Iglesia no es la tradición, dice el supuesto cardenal Benítez, la Iglesia no es el pasado, la Iglesia es lo que hagamos en adelante»
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Iniciar sesiónNo pretendo hacer propaganda de la película «Cónclave», de la que el vaticanista John Allen (que no es precisamente un conservador furibundo) ha dicho que es «absurdamente inverosímil», que sus personajes son «caricaturescos» y su desenlace es «políticamente correcto», mientras que un cinéfilo como ... el obispo Erik Varden ha dicho que no la encontró ofensiva «porque no es lo suficientemente interesante para ofender». Sin embargo, sí me parece interesante fijarme en una afirmación de uno de los personajes de ese cónclave, porque plantea una cuestión que está a la orden del día: «La Iglesia no es la tradición, dice el supuesto cardenal Benítez, la Iglesia no es el pasado, la Iglesia es lo que hagamos en adelante». O sea, nosotros inventamos la Iglesia, que será lo que queramos que sea. Si esto fuese así, la Iglesia sería como cualquier otra creación humana, y llegaría simplemente a donde puedan llegar sus miembros. Sería «nuestra» Iglesia, la que fabricamos nosotros, y su capacidad de responder a las necesidades de los hombres sería bastante limitada. Por desgracia, consciente o inconscientemente, esa idea está a veces presente en algunos ámbitos eclesiásticos.
Por el contrario, lo interesante es que las gentes, a lo largo de la historia, puedan encontrar a la Iglesia de Cristo, esa que no hemos hecho nosotros, que proviene de Él y que es más de lo que nosotros podemos imaginar e inventar. La tarea de cada nueva generación será entonces profundizar en lo que Cristo nos ha regalado ya; volver a las fuentes de agua viva que nosotros no podemos producir, al Evangelio, a la enseñanza de los apóstoles y de sus sucesores, a la gran Tradición encarnada por los santos de todos los tiempos. Todo ese patrimonio tenemos que hacerlo nuestro en las circunstancias actuales, deshaciéndonos de la ganga que se ha ido adhiriendo para que reluzca el oro.
¡Claro que la Iglesia es la Tradición!: la Tradición viva (no es una foto vintage) que sigue desplegando riquezas desconocidas al afrontar nuevas preguntas y desafíos. Y sí, es importante lo que hagamos en adelante, sobre todo es importante una conversión continua, un sí renovado a Cristo en cada nueva circunstancia histórica. Sin eso la Iglesia se vuelve aburrida, inoperante, un nido de conspiraciones. A ese respecto, Varden señala lo estéril que resulta hablar de la Iglesia cuando la fe está ausente de ella. Como lo que refleja tristemente esta película.
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