Como si la Iglesia no existiese

De lo que se trataría ahora es de cruzar estos datos con otros de fuentes propias y ajenas, por ejemplo el CIS, y de contextualizarlos en series históricas. Conclusión: «Somos menos». No lo digo yo, lo dijo el Presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis Argüello, en el acto de presentación de la citada Memoria. Y añadió: «Los números que están aquí, también han de hacernos reconocer que se bautizan menos personas, que se casan por la Iglesia menos personas, que disminuyen otros números… Una Iglesia más pequeña puede ser más significativa». Una glosa de lo que Benedicto XVI afirmó tantas veces sobre el futuro del cristianismo.

Vayamos a los datos puros y duros. Con un evidente sesgo economicista, aunque entiendo que la principal economía de la Iglesia es la economía de la salvación, de la felicidad, que dicen los teólogos, podríamos señalar que gran parte de lo que hace la Iglesia contribuye al PIB con 2.375 millones de euros.

Sacramentos y recursos humanos: 152.426 bautismos, 11.835 de ellos a mayores de 7 años; 162.580 primeras comuniones; 107.153 confirmaciones; 33.500 matrimonios y 26.120 unciones de enfermos. 119 obispos –44 eméritos–; 15.285 sacerdotes; 32.531 religiosos y religiosas; 81.080 catequistas; 587 diáconos permanentes; 957 seminaristas; 7.664 monjes y monjas de clausura.; 9.932 misioneros; 37.000 profesores de religión; 80 asociaciones y movimientos laicales a los que pertenecen algo más de 400.000 asociados; 5.332 cofradías con más de un millón de miembros; 2.500 centros educativos en los que son instruidos un millón y medio de alumnos.

Se calcula que 8,2 millones de personas mayores de 10 años acuden de manera regular a misa. Una pregunta, ¿se puede vivir en España y hacer política como si la Iglesia no existiese?.