Cáritas saca los colores a Sánchez

¿Pero no estamos gobernados desde 2018 por quienes enarbolan la bandera de la lucha contra la exclusión social denominada ahora progresista? ¿Acaso las políticas de presión fiscal, el aumento de ingresos de Estado, no está destinado a medidas políticas distributivas? «Estamos ante una dinámica que nos muestra un claro carácter estructural de la realidad de la exclusión social, preexistente a las crisis, y de la incapacidad de la economía y de las políticas para romper los ciclos de pobreza y exclusión social», señaló Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas. Cáritas es la Iglesia. Si no es así, no sería esta Cáritas.

Sigamos la lógica que propone uno de los pocos economistas cristianos de los que me fío, Enrique Lluch Frechina. La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) cree en el destino universal de los bienes y en la preferencia por los pobres. Así parece coincidir con los objetivos históricos del socialismo. La DSI defiende la propiedad privada de los medios de producción, la confianza en la sociedad civil y su libre iniciativa, el Estado al servicio de las personas y no al contrario, garantiza la libertad de pensamiento, de oposición al gobierno y a sus actuaciones. En este sentido la DSI aprueba más las instituciones capitalistas que las socialistas. «Es posible construir sociedades en las que instituciones como el mercado, la libre iniciativa, las empresas y la sociedad civil, puedan dirigirse a lograr otros objetivos y en especial el de favorecer a quienes menos tienen», afirma este economista. Quizá con otra política y otros políticos.