Esta es la hora del amor

La Iglesia tiene, por tanto, una Agenda alternativa a la 2030 de la ONU que está sirviendo también para no pocas tropelías globales. Una agenda que se enmarca en una adecuada relación entre antropología, política y economía. El primer postulado de esta nueva Agenda es el de huir de toda tentación de poder en la nueva presencia de la Iglesia en el mundo. La propuesta cristiana debe superar el entrelazado de sociedad e Iglesia, trono y altar. La confianza en el poder, a la hora de organizarse la Iglesia, ya no es viable en un mundo en el que el poder se ha convertido en un ídolo que en vez de liberarnos genera experiencias de alienación en las formas de organización social, producción y consumo, con lo que se hacen difíciles las relaciones como la donación y la solidaridad.

La Agenda 2033 tiene que ver con los dos mil años de la muerte de Jesucristo, el Jubileo de la Redención. Se trata de vincular caridad, unidad y paz. Caridad como forma nueva del amor de plenitud, para que la Iglesia se convierta en un hospital de campaña, tienda del encuentro, que anuncia sin miedo la verdad sobre el hombre y el mundo y así favorece una convivencia en paz, en justicia y libertad. La Agenda 2033 convierte a los cristianos en «misioneros enamorados que enamoran». En resumen, solo el amor es digno de fe.