Efectos colaterales de la 'Fiducia Supplicans' o bendición a las parejas homosexuales
Desde 1968 no se había vivido en la Iglesia católica un lío semejante
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Iniciar sesiónDesde que se hiciera pública la Encíclica 'Humanae Vitae' (1968) no se había producido en la Iglesia católica un lío tal como el provocado por la 'Fiducia Supplicans', la declaración sobre el sentido pastoral de las bendiciones a las parejas de personas homosexuales o irregulares ... . Al margen de lo que dice el documento, se están produciendo una serie de efectos colaterales que pueden condicionar el futuro inmediato de la Iglesia.
[Artículos escritos por Serrano Oceja]
El primero y más evidente es la polarización, entendida ésta como la tensión de las diferencias, el aumento de la distancia entre posiciones no siempre compatibles y el riesgo de su conversión en conflictos de amplio espectro. La polarización termina discriminando entre los unos y los otros, con lo que se generan dinámicas de señalamiento y de estados de miedo, contrarios a la libertad.
La lista de episcopados nacionales que se han opuesto no es menor. Esta polarización no tiene como eje al Papa Francisco, sino a la interpretación doctrinal del texto. Cardenales nombrados por él como el uruguayo Daniel Sturla, o el miembro del G-9 Ambongo, han planteado serios óbices insistiendo en que no se modificaba la doctrina de la tradición.
La segunda cuestión que se ve afectada es la doctrinal. ¿De qué depende la doctrina para su evolución? ¿De las interpretaciones en cada momento, de determinados intereses, de las demandas de ciertos sectores sociales o de la opinión pública? ¿O es un cuerpo homogéneo y coherente que evoluciona por dinámicas internas? Si hace dos años, el mismo Papa había avalado una respuesta negativa del mismo Dicasterio, ¿qué ha cambiado desde entonces? ¿Sólo el hecho de que haya otro Prefecto? Más datos a una confusión generalizada respecto al papel de la doctrina en la propuesta cristiana y respecto a un Dicasterio destinado a clarificar que ahora tiene que clarificar, con nota posterior, lo supuestamente clarificado.
Y tercero, una desafección a las instancias de autoridad no sólo doctrinal –coherencia con lo que se cree-, que agudiza el fenómeno de las modalidades de Iglesias, parroquias, realidades eclesiales, a la carta. Quizá el pluralismo signifique eso: elegir la Iglesia dentro de la Iglesia.
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