El informe de EE.UU. sobre Covid denuncia imposiciones arbitrarias

El informe, demoledor para los gestores de la respuesta a la pandemia desde 2020, concluye que «los pasaportes de vacunas, pese a carecer de una base científica sólida, se convirtieron en un confinamiento de facto para los estadounidenses no vacunados» y que el distanciamiento social y el uso de mascarillas «carecían de fundamento científico», cuestionando «la validez de una estrategia uniforme de confinamientos y distanciamiento social».

Noticia Relacionada

El Supremo confirma que Madrid no tenía orden de medicalizar las residencias durante la pandemia

Sara Medialdea

Desestima el recurso del Ayuntamiento de Leganés que pidió, como el de Alcorcón, esta atención médica en sus centros de mayores y presentaron denuncias

La comisión, liderada actualmente por los republicanos, incluye también a demócratas y expresa sorpresa por la respuesta del doctor Anthony Fauci, coordinador médico de la pandemia bajo Donald Trump y Joe Biden. Al ser interrogado sobre las medidas arbitrarias que provocaron un paro económico y aislaron a miles de personas, Fauci respondió que las decisiones «surgieron sobre la marcha».

Según el informe, Fauci admitió que la recomendación de mantener seis pies de distancia no se basó en estudios científicos sólidos, sino que «simplemente apareció». Otros altos funcionarios de salud pública también reconocieron en 2024 que muchas de estas medidas carecían de un sustento científico claro.

Además, los diputados lamentan una imposición de una serie de dogmas que impidieron una investigación científica adecuada del origen del virus. Lamentan los integrantes de la comisión que se acallara la hipótesis de que el virus pudiera haber escapado de un laboratorio en Wuhan cuando finalmente parece ser lo más probable. Cuando algún experto apuntaba a un posible accidente científico, se le tachaba de racista por supuestamente atacar a China. Ahora el informe concluye que el Covid-19 probablemente se originó en un laboratorio en China, argumentando que el virus presenta características biológicas no observadas en la naturaleza, los casos iniciales estuvieron vinculados a un solo paciente, y el Instituto de Virología de Wuhan carece de las medidas de seguridad necesarias para investigaciones de este nivel.

Se destacan en el informe los daños económicos y de salud mental ocasionados por los confinamientos prolongados, que afectaron especialmente a los más jóvenes. Asimismo, cuestiona el mandato de vacunación, señalando que se ignoró la inmunidad natural como factor relevante en las políticas sanitarias. El informe critica a la Casa Blanca por exagerar la eficacia de las vacunas y la necesidad de dosis anuales, lo que habría generado desconfianza entre la población.

Dice que la obligatoriedad de vacunación no estuvo nunca respaldada por la ciencia y causó más daño que beneficio. Sí defiende la validez de las vacunas, sobre todo para personas en grupos de riesgo, como se hace con otras inoculaciones, pero es muy crítico con la restricción de movimiento para personas que optaran por no recibir la inyección, fuera por el motivo que fuera.

Critica el informe que la administración Biden obligara a personas sanas a cumplir con los mandatos de vacunación contra el coronavirus, infringiendo, dice, libertades individuales, afectando la preparación militar y desestimando la libertad médica, al «imponer una vacuna novedosa a millones de personas sin evidencia suficiente que respaldara dichas decisiones políticas».

Al respecto, es tajante, al afirmar: «Es probable que muchos estadounidenses, especialmente los jóvenes y sanos, optaran por vacunarse bajo la premisa de que así evitarían contagiar a sus seres queridos. Cuando esta premisa resultó ser falsa, la frustración entre la población fue comprensible. Esto podría haber contribuido también a las bajas tasas de personas que decidieron recibir dosis de refuerzo posteriores».

La comisión denuncia que decisiones como los confinamientos, el uso de mascarillas y las medidas de distanciamiento social resultaron, en muchos casos, ineficaces e incluso perjudiciales. En particular, se critica el impacto negativo del uso prolongado de mascarillas en niños pequeños, que podría haber contribuido a retrasos en el desarrollo del habla y el lenguaje, debido a la reticencia de los menores a comunicarse mientras las usaban. Afirma: «Los ensayos clínicos analizados no mostraron una reducción clara en las infecciones virales respiratorias con el uso de mascarillas médicas o quirúrgicas».

Sobre las medidas de distanciamiento social, el informe subraya sus consecuencias económicas dañinas, como el aumento del desempleo y el cierre vertiginoso de miles de negocios. Advierte: «La reducción de la demanda de los consumidores, las restricciones operativas y los efectos económicos a largo plazo resultaron en una de las recesiones más graves de la historia reciente. Si bien las consideraciones de salud pública fueron prioritarias, los costos económicos posteriores ponen de relieve, la necesidad de una política más mesurada que contemple tanto la salud como la economía».

Además, el informe sugiere que más opiniones de economistas, empresarios y educadores deberían haber sido consideradas para prever mejor los efectos a largo plazo de estas políticas. Por ejemplo, el cierre prolongado de escuelas, sin un respaldo científico claro, provocó pérdidas históricas en el aprendizaje de una generación entera, un aumento en los problemas de salud mental de los niños y un aumento muy alarmante en los intentos de suicidio entre adolescentes, según datos oficiales.

Dado que los republicanos son mayoría en esta comisión, el informe incluye numerosos elogios a Donald Trump, destacando su papel en la aceleración del desarrollo de las vacunas y su decisión de cerrar las fronteras a los vuelos procedentes de China desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, se señala que muchas de las medidas criticadas fueron implementadas durante su mandato, cuando Trump aún ocupaba la Casa Blanca. El propio expresidente contrajo el Coronavirus y tuvo que ser hospitalizado, dado su perfil de riesgo por edad y peso.

El informe también dedica duras críticas a la respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), calificándola como «un fracaso abyecto». Se acusa a la OMS de aceptar sin cuestionamientos la información proporcionada por el régimen comunista chino y de no presionar a las autoridades de Pekín para que fueran más transparentes sobre lo que sabían del virus antes de informar al mundo sobre los contagios.