Cortes eléctricos y carreteras anegadas tras un diluvio de dos horas en Ibiza

La tormenta Ex Gabrielle ha descargado con una violencia inusitada desde primera hora de la mañana y en apenas tres horas ha convertido a Ibiza en una isla anegada. El diluvio ha desbordado los principales viales, ha colapsado el tráfico y ha obligado al Ayuntamiento a cerrar el primer cinturón (E-10), mientras la Policía Local desviaba la circulación y numerosos coches quedaban atrapados en los aparcamientos más bajos. Al mediodía, la alerta naranja se ha transformado en roja y los móviles han comenzado a vibrar con el aviso de Emergencias: «Riesgo extremo de inundaciones. Evite desplazamientos». Para entonces, la isla ya estaba sumida en el caos.

En apenas dos horas han caído 200 litros por metro cuadrado, un volumen de agua que ha superado la capacidad de drenaje y ha convertido las principales carreteras en ríos. La E-10 y la E-20 han quedado cerradas, los túneles anegados y varios centros de salud han sufrido goteras e inundaciones. La práctica totalidad de las consultas programadas en el hospital de Can Misses, en Ibiza, se han visto suspendidas a causa de la tormenta. Varios pacientes relataban que el agua se filtraba dentro de las propias consultas por las numerosas goteras del edificio, recientemente reformado. El suelo de las salas estaba completamente empapado y el agua caía directamente del techo. El aeropuerto también se ha visto afectado, con retrasos en despegues y aterrizajes por la acumulación de agua en las pistas.

«El potencial de daño de la tormenta ha ido evolucionando», ha reconocido el director general de Emergencias, Pablo Gárriz, tras la reunión del comité técnico asesor. En su comparecencia ha admitido que la situación ha obligado a mandar de inmediato el aviso a la población. Desde ese momento, las prioridades han quedado claras: auxiliar a los atrapados, atender a los vulnerables y contener el caos urbano.

Los colegios de Ibiza y Formentera han suspendido las clases por la tarde. Mientras tanto, los autobuses han dejado de circular y la ciudad de Ibiza ha quedado prácticamente paralizada.

Ante la magnitud del temporal, el Gobierno balear comandado por Marga Prohens (PP) ha reclamado la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Un primer contingente ha partido desde Bétera para reforzar los rescates, mientras que otra dotación se preparaba en Denia con maquinaria pesada. Desde Mallorca, los medios propios como Ibanat se han preparado para desplazarse, y se ha montado un puente aéreo con helicópteros para trasladar efectivos.

La consejera de Administraciones Públicas, Antonia María Estarellas, confirmó que la alerta roja se mantendría, como mínimo, hasta las 16.00 horas, momento en que Aemet reevaluó el riesgo y rebajó la situación a alerta naranja. Pese a la intensidad del temporal, Estarellas lanzó un mensaje de calma: «Lo tenemos todo monitorizado». Aunque el aviso rojo ha sido desactivado, las autoridades insisten en extremar las precauciones en los desplazamientos.

En Formentera, la lluvia concedía una tregua durante la noche, pero el gobierno regional no descartaba que el temporal pudiera desplazarse también a la isla. Por precaución, una hora después de activar la alerta en Ibiza, ha remitido el mensaje de Es-Alert a los vecinos de Formentera, pidiéndoles que estuvieran preparados ante un posible empeoramiento de la situación.

Mientras tanto, en Ibiza, la imagen de coches atrapados en los charcos, familias refugiadas en comercios y sanitarios achicando agua en centros de salud retrataba el impacto de una jornada que pasará a la memoria de la isla como una de las más difíciles.

Los Bomberos continúan trabajando para rescatar a personas atrapadas en vehículos y viviendas, según informó este martes el Consell Insular. La institución ha indicado que las principales entradas a la ciudad, procedentes de Sant Antoni y Santa Eulària, permanecen cerradas, al igual que la E-10. El Consell ha subrayado que, en caso de emergencia, la ciudadanía debe comunicarse exclusivamente con el 112, ya que la central de los Bomberos se encuentra saturada. Las autoridades insisten en extremar la precaución, evitar desplazamientos innecesarios y seguir al pie de la letra los avisos oficiales.

En paralelo, la emergencia se agravó por la tarde en Puig des Molins, donde un desprendimiento de la ladera golpeó de lleno a dos hoteles de la cadena Vibra, provocando escenas de pánico. El balance provisional fue de tres heridos leves y el desalojo de 220 turistas, que fueron reubicados en establecimientos de Platja d'en Bossa, una de las más visitadas de la isla.

En la zona intervinieron los Bomberos, la Policía Local, la Policía Nacional y los equipos del 061. Al cierre de esta edición, la presidenta Marga Prohens, se encontraba en Ibiza participando en la reunión de seguimiento de esta crisis. Acompañada por el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, y los alcaldes de todos los municipios, la jefa del Ejecutivo autonómico se trasladó al centro de mando del Parque de Bomberos de Ibiza para reforzar la coordinación y evaluar sobre el terreno las necesidades más urgentes de una isla que encara una de las jornadas más difíciles de los últimos años. Está previsto que este miércoles se desplacen también a la isla varios consejeros autonómicos para supervisar la evolución de la emergencia, coordinar sobre el terreno con las autoridades locales y evaluar las necesidades más inmediatas en materia de seguridad, infraestructuras y asistencia ciudadana