Los guardianes de la salud mental en los colegios

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Llegó de la mano de Celso Arango, director del Instituto de Salud Mental del Gregorio Marañón. Él mismo detalla cómo surgió esta iniciativa tan necesaria en un momento en el que la incidencia de trastornos mentales en niños y adolescentes se encuentra en máximos históricos y en aumento a nivel mundial, especialmente tras el inicio de la pandemia COVID-19. La propia Asociación Española de Pediatría (AEP) recuerda que esta ha provocado un aumento de hasta el 47 % en los trastornos de salud mental en este sector de la población.

«Nace precisamente por la detección de un mayor número de patologías mentales y una necesidad de realizar prevención y detección precoz en centros escolares, así como de formar a profesionales de la educación en aspectos relacionados con la salud mental. Trabajamos conjuntamente la Fundación Alicia Koplowitz y equipos de psiquiatría infanto-juvenil del Marañón en un proyecto piloto basado en programas que habían demostrado ser eficaces en otros países. Y su expansión es gracias a la Fundación mencionada así como a la financiación adicional de la Fundación Nemesio Díez», relata el psiquiatra.

El experto hace hincapié en que «la realidad actual de desbordamiento dentro del sistema educativo con alumnos con problemas relacionados con la salud mental (suicidios, conductas autolesivas, trastornos de conducta alimentaria, consumo de sustancias y adicciones comportamentales, etc.) hace que este modelo -que sigue las recomendaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y permite un abordaje comunitario y desestigmatizante con énfasis en la promoción de la salud y prevención- será, como sucede ya en otros países, asumido por otras comunidades autónomas».

Ya se ha empezado a escribir, bajo el microscopio de la ciencia, su coste y eficacia. «Estamos realizando con la London School of Economics (LSE) un estudio de coste-eficiencia financiado por la Fundación Nemesio Díez. Esperamos tener resultados en el plazo de un año. La respuesta subjetiva por parte de los centros, equipos directivos y profesorado así como el alumnado y AMPAS está siendo muy positiva», apostilla.

De momento, y a la espera de los resultados finales, los profesionales involucrados (personal sanitario y educativo) reconocen que la clave del éxito del proyecto está en llevar la salud mental a donde está la población infanto-juvenil. Jorge Vidal, coordinador del proyecto de salud mental y educación, explica que está mostrando un crecimiento progresivo relacionado con ventajas documentadas y cada vez más reconocidas para llevar la salud mental a los menores 'donde están'. «Ahora somos cinco equipos con tres profesionales (psiquiatra, psicólogo clínico y enfermera especializada) y empezamos con uno. Nos reunimos cada 15 días con el equipo directivo de los centros, con los menores afectados y las personas involucradas, como las familias. Los objetivos: hacer intervenciones directas con alumnos que presentan problemas, facilitar y agilizar las citas médicas en el hospital y realizar su seguimiento. También hacemos reuniones periódicas con profesores para analizar los casos e incluso sesiones con los padres de los alumnos para concienciarles sobre la importancia de la salud mental».

Lola Moreno, jefa de Psiquiatría del Hospital Universitario del Sudeste, acentúa la importancia de uno de los pilares del programa: «La formación de los profesores es otra de las patas importantes del programa con el objetivo de que vean cuanto antes las señales de alerta. Muchos docentes ya han realizado un curso de formación online para dicha detección».

Un dato preocupante es el que aclara Marta Cuadros, jefa de estudios del CEIP Carretas de Arganda del Rey: «Estamos viendo conductas y situaciones que empiezan muchos antes. Creemos que se ha adelantado la edad de manifestación de problemas de salud mental. También hemos visto cómo ahora nos cuesta más detectar el 'bullying', porque las nuevas tecnologías lo han complicado. Ahora, el acoso se practica desde móviles o internet. Fuera de las aulas».

La radiografía de los trastornos de salud mental que está saliendo a la luz la detalla, por su parte, el doctor Vidal. «En el caso de Primaria estamos asistiendo a un aumento de casos trastornos del espectro autista así como problemas de comportamiento. En los institutos se ha incrementado el número de adolescentes con depresión, crisis de ansiedad, autolesiones y trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia».

El programa cuenta con otros pilares fundamentales. Uno de ellos se ocupa de la vuelta al centro de aquellos estudiantes que han estado ingresados. Recuperar la rutina puede ser complicado, por lo que se trabaja con los profesores, los alumnos y las familias con el objetivo de que el alumno se sienta protegido cuando regrese a clase. Pero también se atiende a aquéllos que ya han sido diagnosticados con algún trastorno mental. De esta forma, colaboran con su centro de salud en el diseño del plan terapéutico y valoran si ha habido un cambio en el estudiante a lo largo de la intervención.

Nadie pone en duda que la prevención y detección precoz de problemas de salud mental en menores debe dejar de ser una asignatura pendiente en España. Y los pasos correctos para lograrlo ya han empezado a darse, lo que minimiza el fracaso escolar, el estigma así como previene que los trastornos de salud mental se 'asienten' con el paso del tiempo.