Europa fracasa en el reciclaje de ropa usada
Cada europeo produce más de 15 kilos de desechos textiles por año, y serán 20 kilos en 2030. El 85% sale de los hogares. El 65% de las prendas ya empleadas acaban directamente en el vertedero
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Iniciar sesiónEn defensa de la economía sostenible, la gobernadora de Baja Austria ha difundido recientemente un consejo que no solamente le ha valido su propio hashtag viral, sino también un especial del dúo satírico Stermann y Grissemann en el programa «Willkommen Österriech» de la ORF. «Cuando ... se trata de sostenibilidad, cada persona debe empezar por sí misma a hacer del mundo un lugar mejor, comenzando por la ropa: no es necesario tener diez vestidos de noche en el closet, basta con tres», dijo. Si bien el ejemplo pudo haber sido más afortunado, lo cierto es que Johanna Kikl-Leitner estaba señalando certera al agujero negro de sostenibilidad que arrastra el sector textil europeo, basado en hábitos de consumo cíclico. Cada persona en Europa produce más de 15 kilos de desechos textiles por año en promedio, cantidad que habrá superado los 20 kilos per capita en el año 2030. El 85% de estos desechos sale de los hogares.
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Muchos minoristas textiles se jactan de que están tomando la ropa usada de sus clientes y dándole una nueva vida en otro armario. «Cerremos el círculo», anuncia H&M. «Lo recuperaremos», ofrece C&A. Zalando quiere incluso hacer del reciclaje de ropa y de la moda de segunda mano el nuevo corazón de su modelo de negocio, o al menos de eso presume la empresa. Pero la realidad dista mucho de estos buenos propósitos: menos del 1% de la ropa desechada logra ser reciclada en nueva moda. Al menos una quinta parte de los residuos textiles podría volver a convertirse en ropa, según el estudio de la consultora McKinsey del que salen todos estos datos, pero de los 7,5 millones de toneladas de textiles usados que se acumulan en Europa cada año, más del 65% acaban directamente en los vertederos o en la incineración de residuos. El resto se recolecta y recicla, pero generalmente solo como ropa de segunda mano o como un producto reciclado, que en realidad significa trapos.
Los autores del estudio, el primero que evalúa el reciclaje textil en Europa, estiman que las inversiones necesarias para la creación y gestión de las las plantas de reciclaje y mejora de la recogida y clasificación de ropa usada ascenderían a 7.000 millones de euros en el continente. También calcula que el sector podría dar lugar a 15.000 nuevos puestos de trabajo. «El reciclaje textil podría convertirse definitivamente en una rama rentable de la economía», asegura uno de ellos, Karl-Hendrik Magnus, que estima en 8.000 millones de euros el volumen de ventas que la gestión circular de los productos textiles puede generar al año. «Es posible obtener un rendimiento anual del 25% en la industria del reciclaje y se podrían ahorrar cuatro millones de toneladas de emisiones de CO₂, además de agua y productos químicos», añade. Sobre todo, las nuevas tecnologías están impulsando las posibilidades del procesamiento mecánico del algodón y existen también nuevos métodos de procesamiento para fibras de viscosa y pruebas para el procesamiento químico de tejidos de poliéster usados. Sin embargo, la recolección y el reciclaje todavía se ven frenados por estructuras fragmentadas a pequeña escala y por la escasez del trabajo automatizado.
Esta es la cifra de empleos que según el informe de la consultora podría alumbrar el reciclaje textil en Europa
La ropa vieja debe clasificarse según su calidad, deben quitarse los botones y cremalleras, además de comprobar la composición de las fibras. En particular las fibras mixtas siguen siendo un problema sin resolver para el reciclaje en fibras textiles. Al final del proceso, si logramos aumentar el reciclaje de moda, esto también podría «permitir una mayor producción de moda en Europa», dice el consultor de McKinsey Jonatan Janmark, «podrían surgir nuevas materias primas si se cuenta con la inversión necesaria». Y para ello serán bienvenidos los recursos públicos.
En junio se ha celebrado en Fráncfort la segunda conferencia del proyecto ReHubs, impulsado por Euratex para convertir Europa en el foco industrial del reciclaje textil y que dará sus primeros pasos en septiembre. Su objetivo es la construcción de hasta 250 centros de clasificación y reciclaje textil hasta 2030, fecha en la que espera contar con 500 empresas asociadas, según el director comercial de Lenzing y miembro del consejo de ReHubs, Robert van de Kerkhof, que calcula un beneficio económico de entre 1.500 y 2.000 millones de euros, además de beneficios intangibles como procesos de relocalización. Entre las 19 empresas asociadas hasta ahora al proyecto figuran Inditex, Decathlon, Recover y Lenzing.
Pero si bien las empresas y las legislaciones se van concienciando, los consumidores continúan ajenos a la necesidad de reciclar la ropa. «Durante muchas décadas se ha reciclado en forma de donación a Cruz Roja, Cáritas, Humana o Kolping. Mas de la mitad de toda esa ropa termina vendida en países pobres, pero es imposible vender toda la ropa que recibimos en Europa y el resto termina convertido en paños de limpieza o material aislante», describe Elisabeth Mimra, responsable de Viena de las tiendas Carla, a través de las que Cáritas vende ropa usada. «Compro ropa aquí de vez en cuando», reconoce Anna, una de sus clientas habituales, «pero tengo problemas de conciencia para hacer donaciones, primero porque se destruye la industria textil en países africanos donde es muy necesaria y segunda porque el reciclaje deberia ser premiado con una contraprestación, como en el supermercado cuando devuelves para reciclar las botellas de plástico».
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