Despega el tratado de no proliferación de combustibles fósiles: «Ha habido un punto de inflexión»
La petición de Tuvalu en la Cumbre del Clima agita el debate sobre la necesidad de buscar nuevos mecanismos en la lucha climática
Activistas protestan en la Cumbre del Clima
Una tubería inflable gigante con las palabras «reducir los combustibles fósiles» acaparaba este martes miradas en el exterior del recinto ferial de Sharm el-Sheij (Egipto), donde se está celebrando la Cumbre del Clima número 27 (COP27). Dentro, las conversaciones para luchar contra el calentamiento global apenas avanzan ... . Fuera, aguardaban algunas protestas por la falta de acción. Ante la dificultad de avances rápidos, una iniciativa de la que hace un año casi nadie había oído hablar se ha abierto un hueco: la de crear un tratado de no proliferación de combustibles fósiles, similar al nuclear, que garantice que los recursos se queden bajo el suelo.
Tuvalu, un pequeño país insular de la Polinesia que está siendo engullido por el aumento del nivel del mar, se ha convertido en el primer país en llevar a la cumbre climática de las Naciones Unidas esta idea. «Los mares que se calientan están comenzando a tragarse nuestras tierras, centímetro a centímetro. Pero la adicción del mundo al petróleo, el gas y el carbón no puede hundir nuestros sueños bajo las olas», dijo en la apertura de la cumbre el primer ministro del país, Kausea Natano.
«Hay un gran revuelo en torno a la propuesta del Tratado de Combustibles Fósiles. Hace un año era una idea que muy poca gente conocía. Este año, especialmente desde la convocatoria de Tuvalu sobre la propuesta, ha generado mucho entusiasmo e interés», asegura Michael Poland, director de campaña de la Iniciativa del Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles. El Vaticano, la Organización Mundial de la Salud, más de 70 ciudades (incluidas París y Londres), cien ganadores del Premio Nobel, 3.000 científicos y 1.800 organizaciones de la sociedad civil la han suscrito. A finales de octubre, el Parlamento Europeo también votó a favor de una resolución que pedía dicho tratado. Nueva Zelanda y Timor Oriental lo apoyaron públicamente.
Dalai Lama
La idea no es nueva. Las naciones del Pacífico lo plantearon en 2015, pero no ha sido hasta este año cuando ha logrado apoyos, después de que Vanuatu lo presentara en la Asamblea General de la ONU en el mes de septiembre y de que Tuvalu lo haya hecho a su vez en la COP27. «El punto de inflexión acaba de ocurrir. Históricamente, cuando los países llevan una propuesta de tratado al Pleno de las Naciones Unidas, inicia el camino hacia la negociación de un tratado, a menudo en cuestión de un par de años. Tuvalu y Vanuatu han hecho esto en los últimos meses, trayendo el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles a la Asamblea General de la ONU y las conversaciones climáticas de la ONU», asegura Poland.
Pero, ¿por qué crear este tratado al margen de las cumbres del clima? «Una COP que no aborda los combustibles fósiles, es una COP que no aborda la causa de la crisis», gritaban ayer los manifestantes en Sharm el-Sheij, pocas horas después de que se publicara el primer borrador de acuerdo que, efectivamente, no incluía mención alguna a estos combustibles.
La carta en la que un centenar de premios Nobel (encabezados por el Dalai Lama) suscribían la iniciativa, lo explicaba: «El Acuerdo de París no menciona el petróleo, el gas o el carbón. Mientras tanto, la industria de los combustibles fósiles continúa planificando nuevos proyectos. Los bancos siguen financiando nuevos proyectos». Las previsiones apuntan a que para 2030 se producirá un 120% más de carbón, petróleo y gas de lo que permitiría limitar el calentamiento global a 1,5 °C, uno de los umbrales de temperatura trazados por la ciencia para evitar la intensificación de las olas de calor, las lluvias torrenciales o el aumento del nivel del mar.
La conferencia en la que se desenvuelve la cumbre del clima «es un espacio de toma de decisiones basado en el consenso, por lo que ha sido difícil tener menciones explícitas de la producción de petróleo y gas», explica Poland. Siempre habrá países productores. Por ello, quieren cambiar el proceso: el texto será desarrollado por el club de países que primero apoyan la propuesta, para que después se unan otros. «Ningún país quiere cambiar por su cuenta». Si lo hacen todos, se evita que unas naciones se beneficien y otras no. Las bases serán evitar toda nueva proliferación del carbón, el petróleo o el gas; eliminar progresivamente su explotación hasta que queden erradicados y buscar una «transición justa».
MÁS INFORMACIÓN
Por ahora, el comité que centraliza la iniciativa no espera nuevas adhesiones. «Hemos tenido un interés significativo por parte de varios ministros y estados-nación durante la semana pasada y esperamos que más países se unan a Vanuatu y Tuvalu en los próximos meses, sin embargo, el apoyo formal requerirá decisiones del gabinete de muchos gobiernos que tendrían lugar después de la COP27», afirma Poland.
Ver comentarios