El cura DJ que se hizo viral pinchando en la JMJ: «Tengo un montón de sesiones este verano en mi agenda»

El sacerdote portugués, de 49 años y capellán militar, explica que «hace dos meses jamás me habría imaginado esto». Reconoce que «para mucha gente es raro ver a un cura DJ, pero no para mi parroquia». En la iglesia de San Miguel de Laúndos, donde es párroco desde 2006, descubrió su vocación por la música. «La parroquia tenía una deuda y creamos el club Ar de Rock Laúndos para pagarla». Pero el bar no sólo sirvió para saldar su cuenta sino que también consiguió «reunir a la gente». Y viendo la maña del sacerdote poniendo música, fueron los mismos feligreses quienes le dijeron: «Sigue pinchando, ve a clases para volverte cada vez mejor y mejor».

Entonces, con el apoyo de su comunidad, comenzó a formarse en las escuelas PRO-DJ de Lisboa y Oporto. Durante 17 años ha estudiado a fondo no sólo cómo pinchar, sino también «cómo preparar nueva música y no ponerme nervioso». «Esto es algo que ha crecido con la parroquia y lo más importante es disfrutar».

«El arzobispo anterior que teníamos en Braga nunca entendió lo que hacía, pero siempre me apoyó», dice Guilherme Peixoto sobre Jorge Ferreira da Costa Ortiga, quien dio luz verde a su trabajo como pinchadiscos. «Él era de otra generación, pero siempre tuve su respeto, incluso cuando tocaba a las tres de la mañana». El sacerdote explica que pincha en discotecas absolutamente corrientes sin ninguna relación con la Iglesia. De hecho, tras la entrevista tiene una sesión en Pulse club, una famosa discoteca en la localidad portuguesa de Chaves que agotó sus entradas antes de que la JMJ de Lisboa lo volviera famoso. «Tengo un montón de sesiones este verano en mi agenda», añade.

La confianza de los prelados en este pinchadiscos sigue intacta desde 2006. Y ahora que su diócesis cuenta desde 2021 con un nuevo arzobispo, José Manuel Garcia Cordeiro, también le permiten realizar su servicio. «Cuando le expliqué mi misión la entendió, aunque para un obispo a veces no sea fácil entender el tecno». Es precisamente por él que pudo pinchar en la JMJ de Lisboa. «Me contó que le llamaron preguntando por mí y dijo que yo era de confianza y tenía su apoyo».

El padre Guilherme explica que, cuando pincha, «no estoy pensando si puedo llevar a la gente a la Iglesia». «Mi idea es ir donde están los jóvenes, entenderlos, y dejar que la música hable». Por eso sus tracklists combinan música tecno con «mensajes de esperanza y alegría con las voces de Juan Pablo II o el Papa Francisco». También con música tradicional portuguesa que está intentando relanzar para los jóvenes. Y sobre los asistentes a sus espectáculos, afirma que «quizá a veces alguno beba de más, pero de los jóvenes siempre se dice que no saben comportarse y lo único que he recibido es respeto».