Críticas al gobierno de Sunak por el visto bueno a la apertura de la primera mina de carbón en tres décadas en el Reino Unido
La decisión ha puesto en pie de guerra a los ecologistas y también a los grupos parlamentarios
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Iniciar sesiónEl gobierno del primer ministro Rishi Sunak ha dado su aprobación para la apertura de la primera mina de carbón en el Reino Unido en tres décadas, una decisión que ha puesto en pie de guerra a los ecologistas y también a los ... grupos parlamentarios.
La mina, que costará 165 millones de libras esterlinas (unos 192 millones de euros) estará localizada en Whitehaven, Cumbria, al norte de Inglaterra, donde el proyecto fue aprobado localmente en el 2019, y en ella trabajarán alrededor de 500 personas. Se espera que produzca tres millones de toneladas de carbón metalúrgico por año, el 18 por ciento del consumo anual del país. Fue el ministro encargado de la Cohesión Territorial, Michael Gove, quien hizo el anuncio y detalló que «este carbón se utilizará para la producción de acero».
La decisión choca con la política británica de los últimos años de reducir al máximo el uso de combustibles fósiles, pero Gove aseguró que la mina, además de que contribuirá con «el empleo local y la economía en general», funcionará de acuerdo a los principios de las cero emisiones netas, una declaración que los ambientalistas han calificado de imposible. The Guardian denunció que de hecho producirá unas 400.000 toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año, lo que equivale a poner 200.000 coches más en las carreteras.
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«Ridícula» y «terrible» es como calificó el diputado de Cumbria, y ex líder de los Demócratas Liberales, Tim Farron, la decisión, que en sus palabras supone un «patético fracaso del liderazgo». Más dura fue Caroline Lucas, diputada del partido Verde, para quien esto equivale a un «crimen climático contra la humanidad». Para Alok Sharma, el parlamentario conservador que estuvo a cargo de la COP26 el año pasado en Glasgow, «abrir una nueva mina de carbón no solo será un paso atrás para la acción climática del Reino Unido, sino que también dañará» su «reputación internacional ganada con tanto esfuerzo». Los laboristas dicen que esto prueba que Rishi Sunak es un «primer ministro de combustibles fósiles en una era renovable», y aún un diario conservador como The Telegraph acusó al gobierno de haber «degradado la credibilidad diplomática de este país sin ninguna razón económica convincente», y «ha dañado los esfuerzos de convertir a Gran Bretaña en un centro mundial de tecnología limpia, el verdadero acelerador del crecimiento de esta década si tan solo aprovecharan la oportunidad». Además, advirtió que «la mina será un activo varado mucho antes de que finalice su ciclo de vida comercial en el 2049».
«Abrir una mina de carbón en el Reino Unido ahora es un grave error: económico, social, ambiental, financiero y político», opinó por su parte Nicholas Stern, economista y académico británico especialista en medio ambiente y miembro de la Cámara de los Lores, quien consideró que «económicamente esto es invertir en las tecnologías del siglo pasado», que «socialmente, está buscando empleos en industrias que están desapareciendo» y «políticamente, está socavando la autoridad del Reino Unido en el tema global más importante de nuestro tiempo». De acuerdo con estas afirmaciones están también los activistas de Greenpeace, que creen que el Reino Unido se ha convertido en una «superpotencia en la hipocresía climática«.
Pero los defensores de la decisión argumentan que tras el estallido de la guerra de Ucrania y considerando que el 40 % del carbón necesario para fabricar acero procedía de Rusia, es necesario asegurar la seguridad energética. Pero según The Guardian, la mayoría del carbón producido se exportará, porque la mayoría de los productores británicos de acero lo rechazaran por su alto contenido de azufre. Además, apuntan, la mina es en última instancia propiedad de una empresa internacional de capital privado, con ejecutivos cuyos intereses mineros se han extendido a Rusia, Asia, África y Australia. Así, West Cumbria Mining tiene su sede en Sussex, al sur de Inglaterra, pero es propiedad de una firma de inversión de capital privado, EMR Capital, con sede en el paraíso fiscal de las Islas Caimán. Esto podría ser un problema, ya que Daniel Therkelsen, de Coal Action Network, explicó que sería difícil para las autoridades locales pedirle cuentas a una empresa remota de capital privado.
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