Los conservadores se suman al matrimonio gay en Estados Unidos
Demócratas y republicanos acercan posturas para aprobar la ley federal que lo proteja en todo el país
La Casa Blanca luce los colores de la bandera arcoiris
Con un 71% de estadounidenses a favor del matrimonio gay, los demócratas y un grupo de republicanos negocian a toda prisa para poder dotarse de una ley federal que lo proteja en todos los estados, algo necesario después de que el Tribunal Supremo, en ... su última sentencia sobre el aborto, dijera que cualquier derecho de este tipo debe o bien figurar en la Constitución, o bien estar regulado por el Capitolio.
Las elecciones parciales de noviembre, sin embargo, se han convertido en un contratiempo para varios republicanos que quieren votar a favor, pero que temen pagar un precio en estados o distritos más conservadores que el resto de la nación. Esta semana, cuando parecía que ambos partidos iban a llegar por fin a un consenso, y la llamada Ley por el Respeto del Matrimonio iba a aprobarse en el Senado, un grupo bipartidista de cinco senadores anunció que la votación será después de las elecciones parciales, que se celebran el 8 de noviembre. Según dijo la senadora Tammy Baldwin, demócrata de Wisconsin, hay votos republicanos suficientes, y la aprobación de la ley es solo una cuestión de tiempo.
«Se ha elaborado con un lenguaje de sentido común que respeta la libertad religiosa y las diversas creencias de los americanos, al tiempo que defiende nuestra opinión de que el matrimonio encarna los más altos ideales de amor, devoción y familia», dijo Baldwin.
Que los demócratas tengan el apoyo expreso de un grupo de republicanos como Rob Portman de Ohio o Thom Tillis de Carolina del Norte demuestra que el del matrimonio gay es un asunto que comienzan a asumir también como propio los conservadores. Donald Trump fue, de hecho, el primer presidente republicano en activo que lo apoyó en campaña y desde la Casa Blanca. Es más, antes de Trump, nunca un presidente había ganado unas elecciones apoyando expresamente las uniones del mismo sexo (Barack Obama cambió de parecer sobre el tema ya en la presidencia). Otros líderes del Partido Republicano, como el expresidente George W. Bush y su vicepresidente Dick Cheney, lo han acabado apoyando tras oponerse hace dos décadas.
Muchos republicanos en el Senado, la Cámara decisiva para esta ley, se oponen aún abierta o calladamente, algunos por una cuestión de cálculo político y otros por convicción. El senador Ron Johnson, de Wisconsin, dijo que no veía problema en apoyar la medida, pero luego se desdijo. En noviembre se enfrenta a la reelección. Ted Cruz, de Texas, se opone porque semejante ley iría en contra de la libertad religiosa de aquellos que se resisten al matrimonio gay por su credo. Y otros, como Marco Rubio, de Florida, votarán en contra porque «no existe riesgo», cree, de que los estados prohíban estas uniones.
Sin embargo, para los demócratas sí que existe ese riesgo. La premura obedece a que en junio el Supremo anuló su sentencia de 1973, por la que permitía los abortos hasta que el feto sea viable. Ahora, nueve estados prohíben el aborto totalmente, y cuatro lo hacen hasta las seis semanas de gestación.
Trasfondo electoral
Ambos asuntos, el aborto y el matrimonio gay, han dado fuelle electoral a los demócratas y han colocado a los republicanos en una situación delicada ante las elecciones parciales. Los dos tienen un apoyo mayoritario entre la población norteamericana. Un 55% de estadounidenses declaran estar a favor de la interrupción del embarazo, según la consultora Gallup, que es la que estima el 71% de personas favorables a las uniones homosexuales.
Esta misma semana, ante la confusión de las distintas leyes del aborto por Estado, y tras la derrota en referendo de una enmienda que lo hubiera prohibido en Kansas , el senador conservador Lindsey Graham, de Carolina del Sur, presentó una ley federal que lo permitiría hasta las 15 semanas de gestación, algo similar a lo que se da en Europa. Pero ni los demócratas ni los republicanos se han sumado a esta propuesta, que parece destinada a fracasar.
En el caso del matrimonio gay, la ley antes mencionada tiene mayores posibilidades. Los demócratas solo necesitan a diez senadores republicanos porque necesitan una mayoría de 60 votos de 100 para poder aprobarla. En este momento cada partido tiene 50 escaños, más el del desempate, que tiene la vicepresidenta, Kamala Harris.
Ya en julio, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley con el voto favorable de 47 republicanos, de un grupo parlamentario de 212. Aquella unión bipartidista hizo pensar a los líderes demócratas en el Senado que la aprobación de la ley sería más rápida de lo que finalmente ha sido.
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En EE.UU. el matrimonio gay quedó legalizado en 2015, cuando el Tribunal Supremo dictó a favor en una sentencia. Antes lo habían aprobado 37 estados de 50, además de la capital federal. Según datos del censo en 2021, alrededor del 58% de las 980.000 parejas del mismo sexo del país están casadas y sobre el 42% son parejas de hecho.