El colegio de las gemelas Anastasiia y Aleksandra se siente señalado: «Hay alumnos de 85 nacionalidades»

Lo mismo hacían en el parque del Caballo (plaza Dolores Medio), donde a la madre de las niñas, Olga Glebova, le gustaba tanto detenerse a leer en uno de los bancos, mientras sus hijos solían jugar en el área de los columpios. «Eran niñas introvertidas. También su madre es reservada y muy educada», dice en este punto Iryna, ucraniana que da la merienda a sus dos hijos.

Por su parte, Iryna Czakladnova, de la asociación En Acción y Cooperación por Ucrania, contrasta que el padre, Igor Zuev, es más abierto, dispuesto a ayudar, aunque «estaba muy enfadado desde que estalló la guerra». En su perfil de Facebook, el padre luce la bandera amarilla y azul, así como condenas al «mentiroso» de Putin y su guerra sin sentido. Se volcó en recabar palés de comida, acelerar el envío de ambulancias y camiones repletos de fármacos desde marzo de 2022. Ahora su colaboración con estas asociaciones era más discreta.

Noticia Relacionada

El último plan de Aleksandra y Anastasiia

Érika Montañés

Chuches, juegos y lectura en el parque del Caballo, y la fiesta por su 12 cumpleaños: aunque todo Oviedo las busca, fue una muerte sin luces rojas. Las rutinas de las adolescentes rusas se mantuvieron en los días previos a su suicidio

Rosty Gurin, de la asociación Viche (significa 'asamblea'), trabó amistad con él. Ucraniano y ruso compartían su deseo de llevar «la gloria» a Ucrania y el pesar por haber salido de su país. «Nuestros hijos van juntos al club de triatlón de Oviedo, vamos casi todos los días a recogerlos. Incluso las dos chicas habían hecho un par de entrenamientos para entrar, pero no continuaron«, comenta.

No eran triatletas, pero sí buenas bailarinas. La profesora de baile y después docente en prácticas en el colegio de La Ería confirma que «eran muy suyas», en el sentido de que «se está diciendo que estaban integradas y que hablaban perfectamente el castellano, pero recuerdo que, en 2019 y 2020 cuando les enseñaba danza moderna, no. Se refugiaban la una en la otra; nunca hacían planes por separado. Tú conoces a otros gemelos que acaban haciendo amigos cada uno por su lado, pero ellas no. Se retraían por el idioma. Después, cambiaron de extraescolar y no las tuve más», dice Janel García. «Conozco a su profesor de inglés y en el centro están muy afectados«, secunda la maestra.

El acoso escolar sobrevoló como culpable poliédrico y fantasmagórico los tejadillos del colegio –dependiente del Ayuntamiento– donde Aleksandra y Anastasiia cursaban sexto de Primaria. «Respetad nuestro dolor; sois una pesadilla», afea al informador una empleada del comedor, mientras distrae a los niños que celebran una fiesta en el patio. Los padres que recogen a sus pequeños tampoco tienen ganas de hablar. «Se ha puesto en tela de juicio al colegio, al profesorado y a los compañeros...», espeta la tía de uno de los chavales.

Lucía tiene a su ahijada Ainhoa estudiando en la clase de las niñas rusas y subraya que «en el centro todos hacen piña, y no es por nada, pero es un colegio diez». «No es tan fácil –contrasta Janel–; hay alumnos de 85 nacionalidades y el idioma dificulta a veces las relaciones y la enseñanza». Solo un caso de acoso escolar había activado antes el protocolo pertinente por su gravedad. Ese caso se desestimó, subraya el AMPA de La Ería en un comunicado que enfatiza el buen trabajo que hace el profesorado y la dirección, de la mano de Inmaculada Arigita. No van a hacer declaraciones que ahonden en la herida, confirma David en el centro.

Se sienten juzgados pese a que la investigación niega que el 'bullying' explique el caso. «El suicidio es multicausal, hay muchos factores», dice Diana Díaz, de ANAR, entidad que detuvo en 2022 a 1.270 niños en su tentativa de suicidio. Son más de tres niños cada día del año. 4.554 jóvenes telefonearon pensando en la idea de quitarse la vida.