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En silla de ruedas de por vida por una prótesis de cadera defectuosa: «Estoy muerto en vida»

Pensaban que con el implante conseguirían una mejor calidad de vida, pero les provocó un «calvario» que siguen arrastrando hasta hoy

La Fiscalía pide indemnizar con 7 millones de euros a 19 pacientes con prótesis de cadera defectuosas

Marta Sirera en la silla motorizada por la que se mueve, junto a su perrita y sus muletas INÉS BAUCELLS
Elena Calvo

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Más de quince años han transcurrido desde que Marta Sirera pasó por quirófano con la idea de mejorar su vida. Nació con una luxación de cadera y sabía que en algún momento de su edad adulta necesitaría una prótesis, pero eso no le impidió ... llevar a cabo una vida normal. Consiguió posponer la operación hasta los 51 años, cuando el dolor ya era muy intenso, hasta el punto de que solo con dar unos pasos sentía el roce entre los huesos. Tras implantársela notó cómo disminuía el dolor que en los últimos años la había acompañado. Estaba contenta, centrada en recuperarse de la intervención y con la vista puesta en poder volver a ponerse esos tacones de 8 centímetros que tanto le gustaba llevar y tanta seguridad le aportaban. Pero en lugar de eso llegó un «calvario» que a día de hoy sigue sufriendo: su prótesis de cadera estaba defectuosa y se ha quedado coja de por vida.

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