El CEO de OceanGate, tiempo antes de la implosión del Titán: «Es una de las cosas más seguras que haré en mi vida»

En dicho encuentro, Rush aseguró que no tenía «ningún deseo de morir» y que «nadie» lo haría bajo su supervisión tras las dudas planteadas por Lochridge respecto a la seguridad del submarino. «Tengo una nieta muy querida. Estaré presente», señaló el CEO de OceanGate, quien agregó: «Entiendo este tipo de riesgo y lo afronto con los ojos bien abiertos. Creo que es una de las cosas más seguras que haré en mi vida».

Lochridge declaró el pasado martes como testigo y calificó el Titán como «inseguro». Sostuvo además que discutía con Rush a menudo por la seguridad de los pasajeros, algo que se puede comprobar en la transcripción de su reunión con el director ejecutivo de la compañía en 2018. «No había forma de que aprobara esto; la tragedia era inevitable», manifestó el ingeniero, quien no tenía confianza en cómo se estaba construyendo el sumergible.

«No voy a hacer lo que quieres», recalcó Rush al ingeniero durante el encuentro. «No estás de acuerdo con esto y no quiero ponerte en esta posición. No puedo obligarte a trabajar en un proyecto que crees que tiene el potencial de matarme y de destruir una industria», añadió el CEO. Finalmente Lochridge fue despedido.

Después de dicha reunión, el exdirector de operaciones marinas compartió sus preocupaciones con la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (OSHA), según recoge el medio británico 'BBC'. Sin embargo, Lochridge asegura que la agencia nortemaericana hizo oídos sordos, lo que sumado a la presión recibida por los abogados de OceanGate hizo que abandonara la lucha y firmara un acuerdo de confidencialidad. El ingeniero sostiene que de haberse investigado, la tragedia podría haberse evitado.

La investigación en torno al accidente del submarino estima que el Titán implosionó durante su descenso al Titanic el 18 de junio de 2023. Tan solo una hora y 45 minutos después de sumergirse se perdió el contacto con los pasajeros: a bordo iban, además de Rush, el explorador británico Hamish Harding; el experto en submarinos francés Paul-Henri Nargeolet; y el magnate británico-paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman.

Cuando se perdió la conexión con el Titán, se puso en marcha una operación de rescate que duró hasta el 22 de junio, momento en el que se conoció el fatal desenlace. Se cree que los tripulantes murieron en el acto cuando se produjo la implosión, ocasionada por la gran presión que ejerció el Atlántico Norte sobre el aparato, que se encontraba a una profundidad de más de dos millas (casi cuatro kilómetros).