Carlo Acutis se convierte este domingo en el primer santo milenial

Todo está listo para la ceremonia que comenzará este domingo a las 10 de la mañana y a la que las autoridades italianas calculan que acudirán al menos 70.000 personas, entre ellas el presidente Sergio Mattarella. Ya el viernes por la tarde, los empleados de la basílica de San Pedro colgaron de la fachada vaticana dos retratos gigantes de Acutis y Frassati, que de alguna forma componen el retablo de esta ceremonia. Desde este día se convierten oficialmente en modelos de vida cristiana y se puede poner su nombre a iglesias y capillas en todo el mundo.

El Pontífice leerá la fórmula de canonización prácticamente al principio de la misa. Tras las palabras en latín, el idioma de las decisiones solemnes de la Santa Sede, las campanas de San Pedro tañerán durante unos minutos para dar la noticia fuera de la urbe. Luego, el Papa proseguirá la ceremonia con muy pocos cambios respecto al resto de domingos y pronunciará una homilía sobre los nuevos santos.

En todo caso la misa va a ser sin duda especialmente emotiva por la presencia de la familia Acutis. Hasta la fecha, su madre, Antonia Salzano, ha hablado en nombre de todos ellos y su padre y sus hermanos han intentado mantener un perfil muy bajo. Sin embargo, hará una de las lecturas de la Biblia en inglés Michele Acutis, hermano del nuevo santo, que a sus 15 años tiene la misma edad a la que falleció Carlo. Más tarde, tanto Michele como su hermana Francesca y sus padres Antonia y Andrea, llevarán las ofrendas al altar antes de la Eucaristía y saludarán al Papa. También leerá una de las peticiones la costarricense Valeria Vargas, protagonista del milagro que ha permitido la canonización de Acutis, pues se recuperó sin secuelas de un trauma craneoencefálico después de que su madre rezara ante la tumba de Carlo en Asís.

En primera fila en el Vaticano estará asimismo la familiar más cercana de Pier Giorgio Frassati, su sobrina nieta Wanda, de 96 años, que entregará a León XIV una reliquia de su tío abuelo en cuanto haya pronunciado la fórmula de canonización, para que sea el primero que la venera.

La tradición católica considera las reliquias como «un recuerdo» de la existencia de la persona que venera, equivalente a nivel familiar con fotografías o objetos de los seres queridos. Lo habitual es que la reliquia evoque algún aspecto característico de la vida del santo. Para esta ceremonia, los Acutis han elegido un fragmento del corazón de Carlo, en concreto, del pericardio, que es la membrana que lo protege y lo recubre. Habitualmente se custodia en la catedral de San Rufino en Asís. Es la misma que emplearon en la beatificación en 2020, y ha peregrinado por muchos países para extender la devoción a este santo. El corazón simboliza la vitalidad de Carlo y su cariño hacia su familia y hacia la Eucaristía.

La familia Frassati ha preferido que el cadáver de Pier Giorgio no fuera exhumado pues han pasado 100 años del fallecimiento, y por eso los promotores de su canonización han preparado un relicario con lana de uno de los jerséis que utilizaba durante sus excursiones a la montaña.

Para que esta ceremonia tenga lugar ha tenido que trabajar con intensidad durante años el cardenal Marcello Semeraro, pues como actual prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, ha presidido el tribunal que ha juzgado los detalles de sus vidas y virtudes. «Pienso que los dos nuevos santos ponene en valor la amistad. Tienen edades y situaciones diferentes, pero han mostrado que la fe no se vive en soledad, sino con otros, en la amistad y en la comunión», explica a ABC. «En el caso de Acutis, ciertamente también llama la atención su interés por ese mundo nuevo de Internet, en el que él quería ayudar», completa.

La canonización de Carlo Acutis estaba prevista para el pasado 27 de abril, pero fue suspendida a causa del fallecimiento del Papa Francisco. La de Pier Giorgio Frassati se convocó para el 3 de agosto, pero León XIV decidió cambiar la fecha y unificarlas en este 7 de septiembre.