Brasil lanza el mayor fondo climático para salvar las selvas tropicales con apoyo de Noruega, Francia y Portugal

El TFFF no funciona como una donación, sino como un mecanismo financiero que paga a los países por conservar sus bosques

Lula llama a la acción a los líderes en la Cumbre del Clima pero esconde su deseo de buscar petróleo en el Amazonas

Foto de familia del presidente Lula y Antonio Guterres (en el centro) con participantes en la Cumbre del Clima REUTERS

Verónica Goyzueta

Enviada Especial a Belém do Pará

Una de las principales apuestas de la diplomacia brasileña en la Cumbre de Líderes de la COP30, el Fondo Florestas Tropicais para Sempre (TFFF), presentado oficialmente por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en el primer día del evento, comenzó con ... compromisos iniciales que ya suman 5.500 millones de dólares, de Indonesia, Noruega, Francia y del propio Brasil.

A cada apretón de manos, Lula pasaba el sombrero pidiendo apoyo para esta ambiciosa iniciativa financiera que busca transformar la conservación de las selvas tropicales en un activo global.

La propuesta, liderada por Brasil, pretende captar unos 125.000 millones de dólares en recursos públicos y privados mediante emisiones de deuda de bajo riesgo. El dinero será invertido en activos seguros de renta fija, y los beneficios se distribuirán entre los países que mantengan sus selvas en pie, con pagos anuales por hectárea conservada. Este mecanismo de inversión quiere demostrar que preservar estos ecosistemas es una opción económicamente viable. Al menos el 20 por ciento de los fondos se destinará a los pueblos indígenas y comunidades locales. En definitiva, se pagará a los países que salven sus bosques.

Hasta ahora, Brasil e Indonesia han comprometido 1.000 millones de dólares cada uno. El jueves, el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, anunció el mayor aporte: 3.000 millones de dólares. «No tenemos tiempo que perder si queremos salvar las selvas tropicales del mundo. El nuevo TFFF puede ofrecer financiación estable y a largo plazo a los países relevantes. Es fundamental que Noruega apoye esta iniciativa», declaró.

El fondo también recibió el respaldo del presidente francés Emmanuel Macron, que contribuirá con 500 millones de euros en los próximos cinco años, y de Portugal, con un millón de euros. Alemania ha manifestado interés y se espera que anuncie su contribución este viernes, durante el segundo día de la Cumbre de Líderes en Belém. Mientras tanto, el Reino Unido, representado por el príncipe Guillermo y el primer ministro Keir Starmer, aún no ha confirmado su participación en el fondo. La prensa británica informó que, por ahora, los ingleses no contribuirán.

Se busca la complicidad de Europa

El gobernador del estado de Pará, Helder Barbalho, anfitrión de la cumbre, destacó la importancia del compromiso europeo. «Europa y sus países son históricamente socios nuestros en este contexto de movilización global. Esperamos la responsabilidad ambiental de estos países para que podamos tener una COP de absoluta implementación», dijo en entrevista exclusiva al ABC.

El TFFF no es una donación, sino un mecanismo financiero que remunera a los países por conservar sus bosques. La ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, explicó que el fondo ya alcanzó la mitad de la meta de aportes prevista para el primer año. «Tanto recursos públicos como privados tendrán su dinero de vuelta, y lo más importante, su dinero de ida también para la protección de las selvas», afirmó.

La estructura del fondo prevé beneficar a pueblos indígenas y comunidades locales, y prohíbe inversiones en combustibles fósiles. Los países prioritarios son Brasil, Indonesia y la República Democrática del Congo, aunque más de 50 naciones con selvas tropicales han manifestado interés en participar.

El ministro noruego de Clima y Medio Ambiente, Andreas Bjelland Eriksen, detalló que el aporte de su país se distribuirá en diez años, condicionado a que la contribución noruega no supere el 20% del total del fondo y que se alcancen al menos 10.000 millones de dólares en aportes. «Seguimos apoyando donaciones, como las hechas al Fondo Amazonía, pero vemos también en la participación privada un instrumento importante de financiación ambiental», dijo.

Encrucijada climática

Para André Guimarães, director ejecutivo del Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia (IPAM), la sociedad civil espera resultados concretos. «Queremos salir de esta encrucijada climática en la que nos metimos. Para eso, necesitamos dinero, compromiso y visión política estratégica. Es lo que esperamos», afirmó.

Con el TFFF, Brasil busca consolidar una estructura permanente de financiación para la conservación de las selvas tropicales, reconociendo su valor como patrimonio global y no solo como responsabilidad de los países que las albergan.

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