El bebé que salvó a su familia de morir en el terremoto de Marruecos
Jadima dio a luz en un hospital de Marrakech el viernes por la tarde, horas antes del terremoto que destruyó su vivienda en el Alto Atlas
Mohamed VI reaparece cuatro días después del terremoto para visitar a las víctimas en un hospital de Marrakech
El viernes a las 23.11 (hora local) el suelo comenzó a temblar en Marruecos. Un temblor que no duró más de 30 segundos pero que será recordado por ser el más fuerte que ha sufrido el país magrebí y ha dejado un ... panorama desolador en el sur de Marruecos.
Pocas horas antes, Jadima, una joven embarazada, comenzó a tener las primeras contracciones. Con su familia, decidieron bajar a Marrakech al hospital universitario Mohamed VI. Iban todos: su marido, su madre, su tía y su hermana. Iba a ser el primer nacimiento en la familia y todos querían estar presentes. Y menos mal.
El bebé nació, una chica, de casi tres kilos. Aún no tiene nombre porque la tradición marca que hasta el séptimo día no lo ponen. La alegría inundó a todos, pero duró poco. El suelo comenzó a temblar y no sabían qué es lo que estaba pasando.
La pequeña duerme junto a su madre
«Todo se movía. Yo aún estaba un poco débil pero agarré a mi bebé con todas mis fuerzas», cuenta a ABC. Después, cuando supieron lo que había pasado y dónde, el terror se apoderó de todos. «Vimos que era por nuestra zona donde había pasado el temblor», cuenta la madre de Jadima. Pasaron la noche en el hospital, ella y el bebé ingresados y la familia en la calle, por miedo a que hubiera otra réplica. La noche del terremoto, a las tres de la madrugada tuvo que salir a la plaza del hospital por «si había más réplicas».
Todos viven en la zona de Azaden, en el alto Atlas epicentro del terremoto. Su casa, de adobe y piedra, ha quedado reducida a escombros. No han podido recuperar nada. Tras el seísmo, pueblos enteros de esta zona, como el de Jadima, han quedado arrasados.
«Pero nosotros estamos vivos gracias a este milagro», dice señalando a su bebé. Posiblemente, gracias a que tuvieron que irse a Marrakech para que Jadima pudiera dar a luz, están vivos.
En un campamento
Después de salir del hospital, intentaron volver a su casa montados en un taxi, pero los escombros en la carretera que habían caído de las montañas habían cortado el paso y era imposible seguir. De ahí, los llevaron al campamento que se ha levantado en Asni, otro de los municipios más afectados por el seísmo, a 48 kilómetros al sur de Marrakech. Viven en una tienda de cuatro metros cuadrados, donde por el día el sol es abrasador y calienta el interior de las tiendas como auténticos hornos. Además, en el campamento no hay lugares para asearse y tampoco retretes. Las condiciones son duras, pero temen que la llegada del frío y de la temporada de lluvias les pille allí. Sin embargo, Jadima agradece a dios poder estar con su hija en esa tienda: «Nos ha regalado una nueva vida».
Por suerte, justo al lado del campamento, el Ejército levantó el lunes un hospital militar donde tienen una tienda dedicada sólo a pediatría. «Nos han dicho que el bebé está bien», dice la abuela de la pequeña.
Ahora, solo quieren que tanto la madre como la hija se recupere y puedan pronto irse a vivir a un lugar mejor preparado para criar un bebé. «Solo deseo que mi hija tenga un futuro, un equilibrio y que pueda estudiar para tener una buena profesión».