Arde en Tenerife el mayor espacio protegido de Canarias: «Lo que se quema es único en el mundo, irrepetible»
La Corona Forestal alberga pinos canarios, exclusivos de las islas, y aves en peligro como una clase endémica de pinzón azul
El incendio «empieza a comportarse de una forma más normal» tras dos días de infierno
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Iniciar sesiónPara la botánica Victoria Eugenia Martín Osorio, el camino entre los pinos canarios de la Corona Forestal de Tenerife resultaba impactante. La humedad hacía crecer los líquenes por los altos troncos de esta especie que sólo existe de forma natural en ... las islas. Una masa forestal que ha creado un ecosistema propio y da resguardo a fauna y flora única en el mundo, como el pinzón azul de Tenerife. Ahora ese espacio está ardiendo. «Lo que se quema es único en el mundo, es irrepetible», explica la profesora titular de Flora y Vegetación Canaria de la Universidad de La Laguna. Su valor, cuenta, «es incalculable».
Con 40.000 hectáreas, la Corona Forestal de Tenerife es el mayor espacio protegido de Canarias. Alberga un alto nivel de especies endémicas, que por sus particularidades solo se han desarrollado en las islas Canarias. Y muchas están amenazadas, como la paloma rabiche, la paloma turqué o el pinzón azul de Tenerife, un pequeño pájaro azulado del tamaño de un gorrión. «Hay muchas aves que solo habitan en zonas inaccesibles, que son las que se están quemando y a las que no llega la intervención humana», cuenta la experta, que apunta directamente a una colonia de cría de las dos palomas endémicas que se está viendo afectada por el incendio, en plena época de reproducción.
La flora también es irrepetible y es la que mayor peligro afronta ahora ante el fuego. La botánica, de hecho, se encuentra dirigiendo una tesis doctoral sobre una orquídea exclusiva de Canarias. «Una de las poblaciones posiblemente haya desaparecido por completo», lamenta. Y el fuego empieza a afectar al Monteverde (Laurisilva y Fayal Brezal), una reliquia viviente del pasado. Unas especies vegetales fundamentales para que la naturaleza funcione. «Hay que conservar el ecosistema en su totalidad. Una plantita de nada que se extingue puede ser la clave del ecosistema», dice.
Cada año, Martín Osorio llevaba a sus alumnos al mirador de Chipeque, uno de los más impresionante de Tenerife. Desde allí observaban el Valle de la Orotava y el pinar de Pinus canariensis, que solo se encuentra en Canarias. «Ese paisaje no lo vamos a volver a ver», lamenta ahora la titular de la cátedra cultural científica Jardín Botánico Wolfredo Wildpret. El mirador ha desaparecido pasto de las llamas y el paisaje continúa ardiendo.
(22:34) #IFArafoCandelaria
— Carlo Brusini (@Carlobrusini) August 16, 2023
Situación actual en el Mirador de Chipeque pic.twitter.com/O1ZZX8aZbX
Restaurar el ecosistema llevará «al menos diez años como poco», aunque el estado en el que quede el suelo será fundamental. «Si se pierde el suelo, es imposible recuperar la vegetación potencial», argumenta. La experta pide, antes de realizar ninguna reforestación, observar cómo responde el territorio tras el paso de las llamas y hacer un inventario de las especies afectadas. La planificación, eso sí, debe comenzar ahora.
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«Lo más importante es que este es un patrimonio único en el mundo», concluye la catedrática.
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