La vida en un planeta ‘sobrecalentado’ a 2 grados: un futuro de veranos a 50 grados y fuegos sin control
En esta España de 2050, los extremos vistos este año en el área mediterránea serán habituales
Sin glaciares en la península y con una subida del mar imparable, los daños en la costa se dispararán con temporales
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl futuro a medio plazo se parece, y mucho, a este verano de extremos meteorológicos. A los incendios imparables contra los que han luchado en Grecia o Turquía; al calor extremo de Italia y España, con registros de hasta 48,8ºC ... y 47,4ºC respectivamente; y a las inundaciones en Alemania que dejaron decenas de muertos solo unas semanas antes. Hoy el calentamiento global se sitúa en 1,1º respecto a la época preindustrial. Parece poco, pero cada décima tiene su impacto. Con 2 grados , un umbral que los países se comprometieron a evitar en el Acuerdo de París, todos estos efectos serán mucho más frecuentes e intensos , sobre todo en el área mediterránea. Ya no es un futuro descartable, ni tampoco lejano.
Imagine que han pasado tres décadas. Se avecina una ola de calor y España está en riesgo extremo, otra vez. Pero esta vez las temperaturas no tocarán techo en los 47,4º, sino que excederán probablemente los 50 grados . En el centro peninsular ya es normal estar casi un mes al año por encima de los 35 grados, y en la zona sur estas temperaturas se superan durante 62 jornadas anuales. Las lluvias tampoco llegan. En promedio, las precipitaciones se han reducido un 5%. En estas condiciones, la humedad del suelo está agotada y el peligro de iniciar unas llamas imparables durante decenas de miles de hectáreas se dispara.
Y este ni siquiera es el peor futuro posible . Es uno en el que la humanidad ha frenado el aumento de las emisiones de efecto invernadero y las ha mantenido estables hasta mediados de siglo, para hacerlas caer a partir de estas fechas. Hoy por hoy se trata de un escenario hasta optimista. «Los compromisos voluntarios adoptados por los países no nos acercan a los 2 grados de calentamiento, sino más bien a los 2,5» , explica Francisco J. Doblas-Reyes, investigador del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona y autor del último informe del Panel de Expertos en Cambio Climático (IPCC).
Con estos no descartables 2 grados de calentamiento global, el día a día cambiará en el área mediterránea y en todo el planeta. La práctica totalidad de los arrecifes de coral, de los que dependen 500 millones de personas, habrán muerto, y el Ártico se verá libre de hielo en verano al menos una vez por década. Los extremos de calor alcanzarían con mayor frecuencia umbrales de tolerancia críticos para la agricultura y la salud. En este 2050, el 37% de la población mundial estará expuesta a olas de calor extremas cada cinco años. Habrá cientos de millones de personas en ciudades costeras en riesgo de inundaciones y marejadas ciclónicas cada vez más frecuentes y más mortales por la subida del nivel del mar, según un borrador filtrado a la agencia AFP del próximo informe del IPCC. Ese mismo texto dice que unos 410 millones de personas que viven en áreas urbanas estarán expuestas a la escasez de agua por sequías severas.
España, una 'adelantada' climática
No todas las regiones del planeta se calientan al mismo ritmo. En el área mediterránea el proceso va mucho más acelerado. «Esta región es muy especial. Es una de las tres ‘regiones híbridas’ que simultáneamente sufren cambios terrestres y oceánicos», cuenta Sergio H. Faria, investigador Ikerbasque en BC3 y autor del IPCC. En un escenario de 2 grados de calentamiento global, serán 2,5 grados los que se experimenten aquí, y «cada fracción de grado tiene un efecto devastador sobre el clima de la región y sobre la frecuencia de los eventos extremos», asegura.
El último informe del IPCC prevé para el Mediterráneo toda una combinación de impactos simultáneos para mediados de siglo: calentamiento, temperaturas extremas, aumento de las sequías y la aridez, disminución de precipitaciones, aumento del clima de incendios, así como niveles medios y extremos del nivel del mar, disminución de la cobertura de nieve y disminución de la velocidad del viento.
Por encima de 50 grados
Conforme transcurran los años, el calor extremo será aún más extremo. En este 2050, olas de calor como la última en España no asombrarán a nadie. Las temperaturas máximas escalarán de media unos 2,6 grados más de lo que debería ser lo normal. «Las temperaturas presenciadas este verano son extremas y típicas de lo que esperamos del cambio climático», valoraba hace unos días la Organización Meteorológica Mundial. Los expertos no pueden decir exactamente cuándo se romperán los récords, pero sí saben que acabará ocurriendo.
«Las consecuencias en el Mediterráneo serán bastante serias», dice Doblas-Reyes. Alcanzar los 50 grados en la península no sería raro. «Es bastante plausible que lo veamos en nuestra vida , por desgracia». Serán, además, episodios muy frecuentes. «Una ola de calor muy excepcional y extrema, que en condiciones normales ocurre una vez por década, pasará a darse cada dos años o menos », resume Faria. Aquellas que son aún más raras, con unas temperaturas que casi no se recuerdan de una generación a otra por ocurrir una vez cada 50 años pasarán a darse cada tres o cuatro años. «Asusta, pero es claro», dice el investigador.
Ciudades costeras bajo amenaza
En esta España de 2050 el nivel del mar no habrá hecho desaparecer ninguna ciudad costera, pero los 25 centímetros de más frente a ciudades como La Coruña, Barcelona, Valencia o Cádiz podrán causar estragos al sumarse a otros fenómenos adversos como tormentas o ciclones, mareas y marejadas.
«Si usamos la tormenta Gloria como metáfora, con los efectos que tuvo en la costa catalana y valenciana, con estimaciones conservadoras los daños serían exponenciales porque el nivel del mar sería mayor», dice Doblas-Reyes. En zonas especialmente vulnerables como el delta del Ebro, donde ya el impacto en 2020 hizo penetrar el mar en los arrozales cientos de metros, tres décadas después la penetración del mar iría mucho más lejos.
El aumento del nivel del mar no se frenará fácilmente, ni siquiera reduciendo las emisiones. Así que en este escenario en el que la humanidad hace caer las emisiones a mediados de siglo, el mar seguirá subiendo durante muchas décadas e incluso siglos más. Quizá para entonces, las ciudades estarán preparándose para afrontar las subidas aún mayores previstas para 2100 : 61 centímetros frente a Santander, 65 en Barcelona, 58 en Huelva, 50 en Málaga... Según el borrador del próximo informe del IPCC, solo un mundo que limite el calentamiento global por debajo de 2 grados «probablemente mantendrá los asentamientos costeros, los sitios del patrimonio cultural y ecosistemas en estado viable en la mayor parte de la cuenca».
Un 5% menos de lluvias
En España, además, lloverá menos y lloverá mal. Junto a episodios de lluvias torrenciales serán esperables sequías más intensas. En el área mediterránea, en promedio, «se reducirá en un 5 o 6% respecto a la precipitación media» de lo que cae ahora, explica Faria. Traducido para España: si la precipitación media hoy es de algo más de 600 mm al año, la reducción esperada será de más de 30 mm anuales. En áreas del suroeste peninsular que no llegan a los 300 mm al año, la caída será aún más dura.
La merma en la disponibilidad de agua para distintos usos es uno de los efectos que más preocupan a Doblas-Reyes. Porque, aunque la cantidad de precipitaciones no cambiase, una atmósfera más caliente evapora más agua del suelo , lo que afecta a los cultivos. Y todo junto «puede llevar a tensiones muy importante entre los principales usuarios del agua», vaticina.
Sin glaciares en España y menos nieve
Los glaciares, la nieve, el hielo y el permafrost (suelo permanentemente helado) del planeta están disminuyendo y continuarán haciéndolo a un ritmo acelerado. Los riesgos para las personas que vivan en estos entornos irán de la mano de deslizamientos de tierra, avalanchas, desprendimientos o inundaciones. En lugares como España, los 2 grados de calentamiento global acabarán con los pocos glaciares que quedan. Ni el Monte Perdido sobrevivirá. «Ya hay poquísimos y estos sufren pérdidas de masa enormes. Lo esperado es que no resistan hasta mediados de siglo. Están en proceso funerario», dice Faria.
En zonas de montaña aún se verá la nieve. Eso sí, se habrá reducido la temporada, la línea de nieve habrá ascendido y este manto blanco será cada vez menor en las montañas que no superen los 2.000 metros. A cotas más altas, sin embargo, podría haber un aumento de las precipitaciones. «Lo estamos investigando», asegura Faria.
Menos alimentos y menos nutritivos
La alimentación tampoco será igual. A 2 grados, caerán los rendimientos del maíz, el arroz y el trigo, y posiblemente de otros cereales , especialmente en África subsahariana, el sureste de Asia y América Central y del Sur, así como la calidad alimenticia del arroz y el trigo. La merma en la disponibilidad de alimentos se notará especialmente en el Sahel, el sur de África Europa central y el Mediterráneo. Subirán los precios. También para la carne. El ganado se verá afectado por el aumento de las temperaturas, la disponibilidad del agua o la propagación de enfermedades.
Noticias relacionadas
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete