Rafael Yuste:«Las guerras se generan porque hay cerebros con reacciones agresivas que contagian a otros»

El científico español, principal impulsor del proyecto más ambicioso de la neurobiología, mapea el cerebro humano para entender el comportamiento. Y advierte: «Muchas de las cosas que experimentamos podrían no ser reales, sino una especie de realidad virtual»

Rafael Yuste

Rafael Yuste, nacido en Madrid en 1963, es neurobiólogo y catedrático en la Universidad de Columbia. Con el proyecto Brain , promocionado por Obama en 2013, pretende descifrar las raíces de nuestros pensamientos. En su infancia, la lectura de la obra de Ramón y ... Cajal determinó su vocación por la ciencia, y su especial interés por el valor de la educación. Ahora como miembro del Consejo de Inteligencia Artificial español intenta diseñar la sociedad que viene, donde las tecnologías se acoplen a nuestros valores éticos , sin que haya discriminación o injusticias.

Le regalaron un libro a los 14 años de Ramón y Cajal, ¿Hasta qué punto eso determinó sus elecciones profesionales?

El libro de Ramón y Cajal `Los tónicos de la voluntad´ y otro libro que me regaló mi madre ,`Los cazadores de microbios´ de Paul De Kruif, encendieron en mí la llama de la investigación científica. En el primero Cajal describe que la facultad más importante de las personas es la voluntad que puedes hacer crecer como una planta en un jardín regándola todos los días. El libro es un espaldarazo a la gente con vocación por la ciencia. El segundo cuenta la historia de los bacteriólogos del siglo XIX y de cómo armados con sus microscopios resolvieron algunos de los problemas más importantes del mundo sobre enfermedades infecciosas. La imagen que te llevas de ese libro es el de los héroes anónimos que en los sótanos de sus laboratorios ayudan a toda la humanidad. Esa idea me capturó, y es la misma que tengo cuando vengo a trabajar todas las mañanas.

¿Qué significa mapear el cerebro humano y qué implicaciones tendría lograrlo?

El cerebro humano es una red compleja y extensa, tenemos cien mil millones de neuronas que son tres veces más que todo el internet de la Tierra. Sabemos muy poco de esta red y de cómo está conectada entre sí o qué es lo que hace. Por eso, necesitamos mapear la estructura de la red donde están todas las neuronas y cómo se conectan; y luego mapear la función de la red, cuándo se activan estas neuronas y cómo su actividad genera la mente humana. Si lo logramos, podremos entender cómo se generan nuestros pensamientos, recuerdos, imaginación, conciencia o personalidad.

Pero, ¿cada cerebro no es un mundo o hay una base común?

Los cerebros de cada persona son diferentes de una manera importante. De hecho, una cosa que decía Cajal es que la naturaleza es una escultora que moldea el cerebro durante el desarrollo del animal. Y como cada uno tiene una vida distinta nuestro cerebro es un poco distinto. Hay cosas comunes, pero otras varían. Yendo más allá, la actividad de cada cerebro genera el mundo de cada persona. El mundo en el que tú vives es muy posible que sea un mundo virtual generado por la actividad de tu cerebro, y el mundo en el que vivo yo es un mundo distinto. Nos podemos comunicar, pero la manera en que tú piensas y la manera que tienes de ver el mundo son intrínsecamente distintas de la mía.

Si el cerebro es una máquina en constante cambio, ¿cómo observar algo en él?

Una sugerencia es que en estos movimientos continuos hay estados estables de actividad, lo que técnicamente se llaman atractores. Durante cientos de milisegundos la actividad cerebral de ciertas neuronas es estable. Es como contar con unos puntos de referencia, y tenemos la sospecha de que esta actividad estable durante un breve periodo de tiempo es un pensamiento.

¿Cuánto de lo que percibimos es real y cuánto se inventa el cerebro?

Esta es una pregunta que se está investigando ahora con mucho detalle. Hace 50 años se pensaba que todo lo que veíamos era real, pero cada vez más la neurociencia sugiere que el cerebro está generando una especie de realidad virtual. Es como si la vida que llevamos estuviera generada por el cerebro, y a través de los sentidos, el modelo que tenemos del mundo se ajusta al entorno. Si no fuese así no sobreviviríamos en la evolución, ya que tenemos que tener un modelo del mundo que tenga un poco que ver con lo de fuera, sino estaríamos abocados al fracaso. Pero eso también abre la puerta a la posibilidad de que muchas de las cosas que experimentamos puedan no ser reales. Esto ocurre con pacientes que tienen esquizofrenia. Cuando escaneas su cerebro se activa exactamente igual cuando dicen que oyen voces que cuando las oyen de verdad. Solo la realidad que el cerebro genera es la que experimentan los pacientes.

¿Para qué sirve el sueño?

La hipótesis de Maiken Nedergaard dice que sirve para limpiar el cerebro de productos tóxicos que se acumulan a lo largo del día. Durante el sueño, el líquido cefalorraquídeo del cerebro circula con mucha velocidad. Es como si estuviera exprimiéndose fuera del cerebro y se llevara consigo las toxinas que se han ido acumulando. De hecho, parece que una de las cosas que nos protege del alzhéimer es dormir mucho. Posiblemente tenga que ver con limpiar esas toxinas.

«Con Biden la situación es incluso mejor, porque fue uno de los responsables del espaldarazo económico al proyecto en su etapa de vicepresidente»

¿Los cambios presidenciales han afectado al proyecto Brain iniciado con Obama?

Trump quería reducir la financiación de toda la investigación biomédica un 30%, pero el Senado y la Cámara de Representantes, que tienen el control del dinero, ignoraron su voluntad. Incluso aumentaron la dotación. Con Biden la situación es incluso mejor, porque fue uno de los responsables del espaldarazo económico al proyecto en su etapa de vicepresidente. Y ahora están discutiendo unos nuevos presupuestos que darían una gran inyección a la iniciativa.

Ha usado la metáfora de que mapear el cerebro permitiría no solo leerlo, también se podría escribir en él. ¿En un futuro podrían ‘hackear’ nuestro cerebro?

Nosotros nos metemos en el cerebro de los ratones y les cambiamos la actividad cerebral y su comportamiento. Además podemos leer la actividad de su corteza visual y descifrar lo que están viendo. Lo que hoy hacemos con el cerebro de los animales en un futuro lo haremos con las personas. Esto es algo que necesitamos hacer en pacientes esquizofrénicos, con alzhéimer o depresión profunda. Se está empezando a hacer con neurotecnologías invasivas, metiendo dispositivos y electrodos en el cerebro. Hay decenas de miles de personas que ya tienen electrodos implantados para aliviar los síntomas del párkinson o depresiones. Cuando la tecnología evolucione aún más se podrán usar dispositivos para los que no se necesitará cirugía. Ahí está el riesgo si cae en malas manos, que se pueda alterar la actividad cerebral de las personas y cambiarles el comportamiento.

¿Qué tiene en común el cerebro más simple y el humano?

Las hidras son animales llamados cnidarios que en el árbol de la vida son los más primitivos con sistema nervioso. Sus conexiones se pueden mapear completamente, y lo que hemos descubierto es que tienen una actividad cerebral espontánea, o sea que pueden activar sus neuronas aunque no estén haciendo nada. Esto se parece a lo que hacemos las personas. Una de las grandes preguntas de la neurociencia es para qué sirve esta actividad espontánea del cerebro, por qué el cerebro está siempre encendido. Ahí entra la teoría que comentaba antes de que posiblemente esta actividad espontánea genera un mundo virtual. Si eso es así ya está presente en los cnidarios.

El proyecto Brain se ha ido extendiendo por diferentes países, pero comentaba que no cuentan con un centro común que lo esté coordinando todo, ¿ese problema ya lo han resuelto?

Todavía no, acabamos de publicar una propuesta que hemos enviado a la Casa Blanca para crear un laboratorio nacional de neurotecnología, llamado observatorio cerebral. La idea sería que hubiese un centro en Estados Unidos que sirviera de eje de todo el proyecto Brain, y que los investigadores puedan ir allí para usar el equipo neurotecnológico más sofisticado, igual que una astrónoma puede ir al observatorio de Palma a recoger datos.

Ha dicho que cuando se consiga mapear el cerebro humano se creará un nuevo humanismo y seremos más libres, ¿a qué se refiere?

Repasando la historia de la humanidad vemos que cuando llega el Renacimiento la sociedad se da cuenta de que el ser humano en realidad no es el centro del universo. Ahí nos ponemos en nuestro sitio, y esta concepción dio luga a un desarrollo floreciente de distintas disciplinas. Ahora estamos ante un nuevo Renacimiento, entender la mente significa comprender por qué nos comportamos como nos comportamos. Comprenderemos por qué los criminales hacen lo que hacen o cuál es la mejor manera de educar a las personas, porque a lo mejor lo estamos haciendo mal. Se podría acabar con los conflictos bélicos, ya que las guerras se generan porque hay ciertos cerebros que tienen reacciones de agresividad que contagian a otros cerebros y descalabran las cosas. En este sentido elijo ser optimista, podemos mejorar como especie.

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