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Los datos reflejan un aumento de las competencias lingüísticas en un 11 por ciento, de las digitales en un 19 y de las llamadas «aprender a aprender» en un 12.

En la competencia lingüística la mejora viene marcada por la exposición oral, su grabación y posterior visualización . En el caso de la digital, el uso de dispositivos móviles promueve espacios de trabajo colaborativo ya que permite que los alumnos se ayuden mutuamente. Las competencias lingüísticas de aprender a aprender se refieren a la habilidad de los alumnos para persistir en el aprendizaje, es decir, su capacidad para motivarse para aprender.

«Por género, en las tres competencias hay un mayor aumento del rendimiento académico en el caso de las mujeres que en el de los hombres», explicó Mar Camacho Martí , profesora de Tecnología Educativa de la Universidad Rovira i Virgili.

Así, en las competencias digitales ellas obtienen un 2,91 frente al 2,82 que sacan ellos. En las lingúisticas hay un empate (ambos sacan 2,87) y en la de aprender a aprender las mujeres obtienen un 2,9 frente al 2,84 de los hombres.

«El informe nos ha dejado consecuencias interesantes respecto a la mejora de la enseñanza. Las tecnologías preparan a los alumnos para desarrollarse con éxito y les abre el camino al mercado laboral», señaló Rondo citando las palabras de Marcial Marín , secretario de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades que no pudo asistir.

Para el estudio se tomó una muestra de 711 alumnos , de los cuales 340 son chicas (49 por ciento) y 353 chicos (51 por ciento), con edades comprendidas entre los 10 y 12 años. La muestra incluye participantes provenientes de las 15 comunidades autónomas , Ceuta y Melilla, que en el curso 2016-17 han participado en el proyecto Samsung Smart School.

Se trata de un programa que se inició en el curso 2014-2015 como fruto de un acuerdo de colaboración entre Samsung, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas.