Quién es Marta Calvo y qué se sabe sobre su desaparición

Han pasado casi dos años desde que Marta Calvo Burón , de 25 años, desapareció en la localidad de Manuel, en Valencia , donde había quedado en casa de un hombre con quien había estado hablando a través de una aplicación de citas. Nada de ella se sabe desde que a las 5:55 horas de la madrugada la joven mandara su ubicación a través de WhatsApp, para que ella estuviera al tanto de dónde se encontraba su hija.

Horas más tardes, al no tener noticias de ella, la madre acudió personalmente a la ubicación que había recibido al móvil y llamó a la puerta. Le abrió Jorge , de 35 años de edad, quien le aseguró que no conocía a la chica. Inmediatamente después de este episodio la madre presentó una denuncia.

Poco tiempo después los medios se hicieron eco de la desaparición y una persona del entorno del sospechoso, el hombre que había abierto la puerta a la madre de Marta, contactó con la Guardia Civil para informarles de que tenía en su poder el coche de Jorge . Como aseguró el testigo, el joven se lo había entregado después de la desaparición de Calvo, con quien había quedado, para que lo desguazara .

Cuatro días más tarde, los propietarios del piso de Jorge alertaron a las autoridades de que no sabían nada de él desde la desaparición.

Con el sospechoso en paradero desconocido, el Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Benemérita acudió al domicilio para registrarlo. Los agentes no encontraron pruebas que situaran allí a Marta Calvo , pero sí que notaron un fuerte olor a lejía.

El joven de 35 años que, como se descubrió posteriormente, tenía antecedentes penales en Italia (fue detenido en 2008 en el peaje de la salida Brescia Oeste (entre Milán y Verona) cuando viajaba en un vehículo con el que transportaba nueve kilogramos de cocaína ), se entregó finalmente a la policía casi un mes después de la desaparición.

Según cuentó a los agentes, la chica y él mantuvieron relaciones sexuales consentidas y consumieron cocaína y, en un momento dado, durante el encuentro, la joven falleció de forma repentina .

Sin embargo, el sospechoso aseguró que no tuvo que ver nada con la muerte y que no había acudido antes a la policía por sus antecedentes . Además, dijo que tenía miedo de que fueran a inculparle, ya que ya fue interrogado en otra ocasión por la muerte de una trabajadora sexual en la localidad de Ruzafa , con quien también mantuvo relaciones y consumió drogas.

Como contó en su declaración, se asustó al ver que la joven estaba muerta y decidió descuartizarla y esparcir sus restos por diferentes contenedores de basura. De hecho, tal y como recogieron las cámaras de seguridad del establecimiento al que acudió tras la muerte de Calvo, compró sierras manuales, bolsas y productos de limpieza .

Investigaciones de la UCO descubrieron que la muerte de la prostituta de Ruzafa y la de Calvo no habían sido las únicas en las que había estado implicado el hombre. El 25 de marzo de 2019 encontraron a una prostituta que sufría convulsiones por sobredosis y que falleció a los pocos días. En ese momento no hubo detenidos, porque se determinó que la causa de la muerte había sido un ataque epiléptico, sin embargo, se encontraron restos de sustancias estupefacientes en sus zonas íntimas y el cliente que había pasado con ella aquella noche era Jorge.

Poco después dos mujeres decidieron hablar y contar que ellas habían sido drogadas sin consentimiento por el sospechoso.

En 2020, el Juzgado de Instrucción número 20 de Valencia ordenó seguir el procedimiento contra el acusado por jurado popular en relación, en este momento y sin perjuicio de ulterior calificación, por dos delitos de homicidio/asesinato consumado; tres delitos de homicidio en grado de tentativa; un delito de omisión del deber de socorro; un delito contra la integridad moral/lesiones; contra la salud pública; un delito de profanación de cadáveres y otro de agresión sexual después de que nueve mujeres delarasen ante el juez como supuestas víctimas de Jorge Ignacio.