El cardenal Bertone afirma que las filtraciones de «Vatileaks» intentan desestabilizar a la Iglesia

El único acusado hasta ahora es el mayordomo del Papa, Paolo Gabrielle, arrestado el pasado 23 de mayo. Bertone revela que «el Santo Padre está dolido no solo por la traición de una persona de su casa y el robo de documentos, sino también porque la dialéctica normal y legítima que debe existir en la Iglesia asume la apariencia de división». El cardenal añade que «el Papa, conmovido, nos ha pedido varias veces explicaciones sobre los motivos del gesto de Paolo Gabriele, al que amaba como a un hijo».

Respecto al eco mediático del caso, el secretario de Estado afirma que «nos encontramos en un contexto italiano, que se propaga a nivel universal, donde la resonancia es menor». En su opinión, «desde el extranjero se percibe mejor que ha sido una violación del derecho a la privacidad, lo cual es un acto inmoral de gravedad inaudita».

Según el cardenal Bertone, «muchos periodistas juegan a imitar a Dan Brown. Se continúan inventando fábulas y repitiendo leyendas». Por desgracia la observación del cardenal es correcta respecto a los tres principales diarios nacionales italianos – Corriere della Sera, La Stampa y La Repubblica- que, junto con crónicas muy acertadas, han publicado también repetidamente noticias inventadas.

Los desmentidos han sido frecuentes en el briefing casi diario del portavoz del Vaticano a última hora de la mañana. Lamentablemente, los diarios no publican el desmentido ni tampoco se reafirman en su historia, aceptando implícitamente que era falsa. Con demasiada frecuencia, inventan otra al día siguiente, a gusto de los aficionados al thriller de intrigas vaticanas, que parecen ser muchos en un país de gran fantasía.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi , informó el lunes que la comisión de tres cardenales presidida por el español Julián Herranz ha entrevistado –no interrogado- a 23 personas en su intento de descubrir a los culpables. Al mismo tiempo desmintió categóricamente que en la audiencia del pasado sábado los tres cardenales hubiesen informado al Papa sobre «los organizadores y los cómplices», como tampoco «se han dado nombres de sospechosos». A pesar de los interrogatorios del mayordomo, arrestado hace casi un mes, la investigación va lenta.