Unas 4.000 personas piden la dimisión de Armengol por las calles de Palma en una protesta no autorizada

En la concentración celebrada esta mañana, que no había sido autorizada por la Delegación del Gobierno en Baleares, se han escuchado de forma continua gritos de «¡Armengol, dimisión!». Además, muchos de los asistentes portaban pancartas con el lema «¡Basta ya!». La práctica totalidad de los concentrados portaban mascarillas, pero muchos de ellos no han respetado la distancia de seguridad. Al tratarse de una protesta prohibida por la Delegación del Gobierno, previsiblemente sus convocantes serán sancionados con una multa. De momento, la Policía Nacional ha levantado acta del promotor de la concentración, el empresario Víctor Sánchez, en la que no ha habido ningún detenido.

La protesta ha continuado con posterioridad, en forma de manifestación, por las principales calles de Palma, con paradas en el exterior del Parlamento autonómico y frente al Ayuntamiento de Palma. Ante la Cámara autonómica, cuya entrada estaba fuertemente custodiada por la Policía, algunos manifestantes han encendido bengalas y han tirado petardos. Al mismo tiempo, otros concentrados gritaban « ¡Manos arriba, esto es un atraco!», «¡Libertad, libertad!» o «¡La Policía es del pueblo! ». Ese grupo de personas se han desplazado seguidamente hasta las Avenidas, que es la principal vía circulatoria de la capital balear, en donde han cortado el tráfico durante unos minutos. Seguidamente, han seguido con la protesta, que ha acabado a primera hora de la tarde.

Uno de los gritos que también se han escuchado ante el Parlamento balear ha sido el de «¡Armengol, puta borracha!». Con ese grave insulto se hacía referencia, de forma implícita, a la controversia que se generó hace tres meses en torno a si en la madrugada del pasado 7 de octubre Armengol se encontraba en el interior de un bar de Palma más allá del horario permitido. La presidenta del Govern alegó en su momento que aquel día salió de ese local, el Hat Bar, «en torno a la una». En aquellas fechas, los bares y los restaurantes de Baleares debían cerrar sus puertas como máximo a la una de la madrugada. Unos días después de que la noticia hubiera sido difundida en los medios de comunicación, Armengol pidió «disculpas» de manera pública por lo ocurrido.

Durante la concentración y la posterior manifestación, se ha desplegado un fuerte dispositivo policial, que ha incluido a agentes antidisturbios. Cabe recalcar que no se han producido incidentes destacables, aunque sí ha habido varios momentos de tensión a lo largo de la mañana. Han participado en la protesta no sólo restauradores, sino también empresarios de otros sectores, como el del ocio nocturno o el de los gimnasios, así como personas sin ninguna vinculación con esos ámbitos laborales. En respuesta a la protesta de los restauradores, Armengol ha afirmado poco después, a preguntas de los periodistas, que entiende «la crítica», si bien ha añadido que su «responsabilidad primera» es «proteger la salud».

Por su parte, el PP, Cs, Vox y el partido nacionalista de centro Proposta per les Illes (PI) han coincidido en solicitar al Govern que ayude a los empresarios y a los trabajadores afectados por las nuevas restricciones. En ese contexto, Armengol ha avanzado que se prevén ayudas para «los sectores más afectados». Por lo que respecta a las patronales del sector de la restauración, han recordado que no habían convocado la protesta, si bien se han sumado igualmente a las críticas al Ejecutivo de Armengol. En cualquier caso, las citadas patronales se han desmarcado de los incidentes puntuales que ha habido durante la protesta y al final de la misma. Dichos incidentes habrían sido protagonizados por personas completamente ajenas al sector de la restauración.

Como se ha indicado, desde mañana miércoles los bares y restaurantes de Mallorca y de Ibiza no podrán abrir sus puertas, si bien podrán ofrecer «take away» y servicio a domicilio . En cuanto a las grandes superficies y los centros comerciales de ambas islas, también deberán permanecer cerrados, con la excepción de sus espacios de alimentación e higiene. Además, tampoco podrán abrir los gimnasios y los SPA. Por otra parte, no se permitirá que haya público en ningún tipo de evento deportivo. Todas estas restricciones simultáneas en Mallorca e Ibiza se mantendrán como mínimo hasta el 30 de enero, a la espera de que mejore la crítica situación sanitaria actual.

Cabe recordar que la incidencia acumulada de casos de coronavirus a 14 días en Mallorca era ayer de 617 casos por 100.000 habitantes, cuando el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades considera que por encima de 60 casos debe entenderse que un territorio está ya en una situación de riesgo. En Ibiza, la incidencia acumulada a 14 días era ayer aún más elevada que la de Mallorca, con 690 casos por 100.000 habitantes. Esa situación ha sido determinante para decidir que Ibiza pase mañana del nivel tres de alerta sanitaria —riesgo alto— al cuatro, en el que ya se encuentra Mallorca desde el pasado 15 de diciembre. El Gobierno balear también ha acordado prohibir desde mañana todas las actividades de las fiestas patronales que Mallorca celebra cada mes de enero.

La Delegación del Gobierno en Baleares, que autorizó el pasado mes de diciembre dos actos independentistas, había prohibido ayer que se pudiera celebrar este martes la concentración convocada por los restauradores en base a un informe negativo emitido por la Dirección General de Salud Pública. Dicho informe advertía de que la citada concentración suponía un «riesgo muy alto» ante la situación epidemiológica actual en Mallorca. En la actualidad, la delegada del Gobierno es la socialista Aina Calvo , que fue alcaldesa de Palma entre 2007 y 2011.

Por lo que respecta a los dos actos independentistas que sí fueron autorizados hace dos semanas, se celebraron el 27 y el 29 de diciembre respectivamente. El primero había sido convocado por el Bloc d'Unitat Popular y consistió en una cadena humana ante la antigua muralla de Palma, en la que participaron unas 200 personas. El segundo acto, organizado por el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans y por Arran, fue una manifestación por las calles del centro histórico de la capital balear, que contó con la asistencia de unas 100 personas.

Según han explicado este martes fuentes oficiales de la Delegación del Gobierno en Baleares a ABC , en ambos actos independentistas «se cumplieron a rajatabla todas las medidas de seguridad». Dichas fuentes también han recordado que en su momento la Delegación del Gobierno permitió igualmente marchas convocadas por Vox o por el Foro Baleares, en las que asimismo se respetaron todas las disposiciones sanitarias para prevenir el Covid-19. «La Delegación sólo ha prohibido en estos últimos meses varias protestas de negacionistas y la de hoy de los restauradores, si bien en este último caso sólo por razones sanitarias», han especificado las mismas fuentes.