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Ellas dijeron sí a la vida

Presionadas para abortar en su trabajo, por su familia e incluso por los médicos, recibieron apoyo a tiempo y optaron por seguir adelante con el embarazo. Hoy son madres orgullosas

ERNESTO AGUDO

LAURA DANIELE

Ni la ley de supuestos ni la de plazos han variado el número de abortos que se realizan cada año en España. En 2010 se practicaron 113.031 interrupciones voluntarias del embarazo (IVE), un 1,3% más que el año anterior. La entrada en vigor de la reforma socialista de la ley —en julio de 2010— además de instaurar el aborto como «un derecho de la mujer» blanqueó «el coladero legal» en el que se había convertido la normativa anterior. Las últimas cifras del Ministerio de Sanidad hablan por sí solas. Mientras entre enero y julio de 2010, el 50,07% de las mujeres que se sometieron a un aborto lo hicieron por «riesgo de su propia salud», en el segundo semestre —con la ley socialista— el argumento más citado en los formularios que se entregan en las clínicas donde se realizan los IVE fue «por petición de la mujer» (42,8%).

Ante esta realidad, la protección de la maternidad, anunciada por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, como principio rector de la nueva legislación parece encaminada a dar en la diana del problema del aborto en España. Así lo ven las asociaciones provida , aún temerosas de lanzar las campanas al vuelo ante la falta de precisiones del proyecto del PP sobre la reforma del aborto. «Partiendo de la base de que ninguna normativa puede legitimar la muerte de un inocente, introducir en la ley el derecho a la maternidad puede ser un paso histórico y fundamental si lo que se busca es reducir verdaderamente el número de abortos», asegura el presidente de Red Madre, Antonio Torres. Y es que la experiencia diaria de las asociaciones que trabajan a pie de calle con este drama es que ocho de cada diez embarazadas que reciben ayuda —ya sea psicológica, laboral o económica— desisten de la idea de abortar .

«El embarazo no deseado es un elemento diferenciador dentro de la situación de vulnerabilidad que ya supone de por sí el embarazo para cualquier mujer», apunta Yolanda Melul, directora de Relaciones Institucionales de la Fundación Madrina, cuyo último estudio concluye que una de cada diez mujeres sufre mobbing materno-laboral. Para estas mujeres que atraviesan un embarazo no deseado, «la mayoría adolescentes, poder acudir a una institución que te va a dar apoyo de todo tipo es determinante para seguir adelante con su gestación».

Sin protocolos

Sin embargo, muchas mujeres llegan a las puertas de las clínicas abortistas sin conocer otras posibles alternativas, ya que «no hay protocolos» de información y asesoramiento, explica la directora del Centro de Apoyo a la Mujer Embarazada-Adevida, Rosa Arregui. «Muchas veces en el centro de salud o en los servicios sociales, dependiendo de quién te toque, te envían directamente a abortar si ven que tienes una condición precaria o te encuentras en una situación de vulnerabilidad», apunta. De hecho, el Ministerio de Sanidad, a través de los formularios que completan las mujeres en los centros abortistas, no recoge datos sobre si éstas han recibido suficiente información sobre otras opciones o instituciones de ayuda antes de abortar.

Todos los expertos coinciden en que «ofrecer a las mujeres alternativas al aborto y darles el apoyo necesario para que puedan continuar con el embarazo es fundamental». La realidad habla por sí sola. «Ninguna de las mujeres que hemos ayudado en Red Madre —apunta Torres— se ha arrepentido de haber tenido a sus hijos».

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