La izquierda politiza una marcha por el clima con miles de personas

La mayoría de los manifestantes eran jóvenes con consignas críticas con el actual sistema capitalista «que contamina y destruye el planeta». «No hay plan B», «que cambie el sistema, no el clima», «las empresas contaminan y los Estados lo permiten», «si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado», fueron algunas de las frases más repetidas.

El malestar por la inacción política ante el calentamiento del planeta también estuvo presente a lo largo de todo el recorrido. A su paso por el edificio del Ayuntamiento, frente a la plaza de Cibeles, los manifestantes abuchearon al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. «Este señor criminaliza a los defensores del planeta. A este señor que ama los coches le vamos a decir que esta ciudad es para las personas», se oyó decir por el altavoz a uno de los organizadores de la marcha climática. Entre los jóvenes había muchos que pertenecían al movimiento «Fridays for Future» -creado por la activista sueca Greta Thunberg en agosto de 2018 para denunciar la dejación política frente al aumento de la temperatura del planeta-. «No vamos a parar hasta que nos escuchen. Es cierto que todos podemos hacer algo para luchar contra el calentamiento global pero el cambio debe empezar por los gobiernos y las empresas», aseguró María Serra de «Fridays for Future» de Barcelona.

Chile acaparó ayer gran parte del protagonismo de la manifestación, después de que la situación de agitación social que vive el país andino impidiera que la COP25 se celebrara allí como estaba previsto. Además de las consignas de solidaridad con el pueblo chileno y contra su presidente Sebastián Piñera, varias asociaciones ecológicas andinas estuvieron a la cabecera de la marcha.

José Domingo Rosas pertenece a una de ellas. «Sufrimos una terrible sequía que nos está haciendo perder la autonomía alimentaria. Hay que hacer tomar conciencia a la COP25 y al mundo sobre los efectos del calentamiento global», aseguró este indígena de los Diaguitas de la región de Atacama (Chile).

A ritmo de salsa, rap y «reggae» los manifestantes que habían salido de Atocha tardaron casi dos horas en atravesar el Paseo de la Castellana hasta Nuevos Ministerios, donde la activista sueca Greta Thunberg y el actor Javier Bardem les esperaban para la lectura del manifiesto, titulado «El mundo despertó ante la emergencia climática».

La joven tuvo que salir a mitad de la marcha, a la altura del Paseo del Prado, debido a la masiva afluencia de personas y por consejo de la Policía. En inglés y rodeada de una auténtica muralla humana, Thunberg se disculpaba. «Tenía muchas ganas de estar en la manifestación, pero es una cuestión de seguridad» , dijo antes de montarse en el coche eléctrico rumbo a Nuevos Ministerios, donde hacia las 20.30 horas tomó la palabra ante una abarrotada Castellana a la que a esa hora aún no habían llegado los asistentes que habían salido de Moncloa o Príncipe Pío.

« La esperanza está aquí, entre vosotros, y no en la cumbre del clima », afirmó la activista sueca durante un discurso improvisado. «Estamos en medio de una emergencia climática y por eso estamos aquí para decirle a la COP25 que tiene que parar el cambio climático y proteger a las nuevas generaciones», insistió la joven, quien recordó que el cambio no llegará de manos de los políticos, sino de la gente de a pie. «Tendrán que seguirnos porque les estamos mostrando el camino y ellos tendrán que hacer su trabajo», aseguró.

Si las palabras de Greta fueron críticas con la clase política global, p eor sonaron las de Javier Bardem . Presentado como «un actor a favor de detener el cambio climático», Bardem empañó el cierre de una pacífica manifestación con varios insultos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump y al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. «Los políticos deben estar a la altura de uno de los momentos más críticos de nuestra historia en el que la Tierra se sigue calentando. Estúpido Trump que abandona los acuerdos globales y estúpido Almeida que quiere revertir Madrid Central para permitir que circulen los coches contaminantes», aseguró duramente al actor.

Ante el aplauso de los congregados, Bardem añadió que los ciudadanos «ya no quieren más plabras inútiles, sino hechos».

Los activistas aprovecharon su manifiesto para tildar de «irresponsable» la acción de los países, ya que un año antes de la aplicación del Acuerdo de París sigue «sin existir ningún mecanismo capaz de forzar acciones y medidas que obliguen a que los compromisos nacionales se ajusten una ruta de descenso de las emisiones compatible con las indicaciones científicas». Por ello, exigieron a la COP25 que «fije la voluntad expresa de todos los países de elevar la ambición de sus compromisos antes de la COP26 de 2020».