Francisco viaja a México, el país lindo de Juan Pablo II donde tropezó Benedicto XVI

Francisco hará escala en La Habana para reunirse con el líder de los ortodoxos rusos, el Patriarca Kiril . Es la primera reunión en la historia de la cabeza de la Iglesia Católica y la de los cristianos rusos. Ningún Papa ha viajado a Rusia a pesar de los intentos diplomáticos, especialmente de Juan Pablo II. Junto a China, es el único de los grandes países que no ha pisado ningún Sumo Pontífice desde que Pablo VI , el «Papa peregrino», inició el apostolado por los cinco continentes. Precisamente, en su primer viaje, en enero de 1964, se citó en Jerusalén con el patriarca ecuménico de Constantinopla, Atenágoras, el primer contacto personal desde el cisma de 1054. La distancia con los ortodoxos rusos, ahora salvada, también es milenaria. El encuentro se produce, de nuevo, en un tercer país.

Cuba es el primer país, sin contar Italia, que Francisco visita en dos ocasiones. La primera fue el año pasado. Ningún Papa ha estado allí más de una vez.

Juan Pablo II visitó México en cinco ocasiones. Solo salió de Italia más veces para visitar su Polonia natal, en ocho ocasiones, y a Francia y Estados Unidos, siete cada una. Junto a Brasil, Cuba y Estados Unidos, son los únicos países americanos visitados por los tres últimos Papas.

El único de los cinco viajes de Juan Pablo II donde no paró en la capital mexicana fue en 1993, ya que su visita se limitó a Mérida, en la península del Yucatán. Francisco supondrá el regreso a Ciudad de México y, de nuevo, con una misa de un Santo Padre en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. El actual Papa también visitará también las localidades de Ecatepec, próximo a la capital, Ciudad Juárez, fronteriza con EE.UU., Morelia y Chiapas. Juan Pablo II, además de la capital, se recorrió el país de norte a sur en sus diferentes viajes, con paradas en una quincena de localidades.

Benedicto XVI no recaló en la capital ya que su estancia en México se limitó a León, en el estado de Guanajuato, dentro de un viaje también a Cuba. Benedicto XVI retrasó mucho su viaje a México por motivos de salud. Y, una caída allí que le causó una brecha en la cabeza sin graves consecuencias, le hizo plantearse su renuncia ante la dificultad de afrontar la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 en Brasil.

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